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Condena por masacre en Cali

El juzgado Quinto Penal del Circuito de Cali condenó a 32 años de prisión a Johan Alexánder Mosquera Itier por la masacre de nueve personas, perpetrada el 8 de noviembre de 2013.

Redacción Judicial
13 de noviembre de 2014 - 03:51 a. m.

“Según la investigación de la Fiscalía 44 Especializada adscrita a la Dirección Nacional contra el Crimen Organizado, los hechos ocurrieron en el establecimiento público La Barra de la 44, al nororiente de la capital vallecaucana, donde varios hombres armados ingresaron y dispararon contra las personas que se encontraban en el lugar, dejando como consecuencia la muerte de nueve de ellas, y otras seis heridas”, sostuvo el ente investigador.

De hecho, a los pocos días de ocurrida la masacre, las autoridades revelaron un vídeo que muestra la sevicia con la que los sicarios asesinaron a estas nueve personas, al parecer, por cuenta de una guerra entre dos organizaciones delincuenciales que hacen presencia en Cali: La 40 y La 39. A las 8:30 de la noche, los sicarios intimidaron a los vigilantes del establecimiento La Barra de la 44, ingresaron al lugar y empezaron a disparar contra una mesa en la que se encontraban 12 personas. Algunas de ellas se escondieron debajo de las mesas; no obstante, los asesinos los buscaron y los remataron.

Las víctimas mortales, cuyas edades oscilaban entre los 18 y 43 años, fueron identificadas como: Iván Ruíz Giraldo, Isaac García Martínez, Benny Rodríguez Burbano, Carlos Augusto Rojas Rojas, José Enrique Martínez, Johan Sebastián Muñoz Carrisoza, Jefferson Romario Bonilla Bonilla, Armando Holguín Manzano y Rafael Pinto Velazco.

Miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y de la Sijin capturaron a Mosquera Itier ese mismo 8 de noviembre de 2013, luego de que un juez librara la respectiva orden, previa solicitud del fiscal del caso. El hoy condenado deberá purgar la pena en la cárcel Villahermosa de Cali. Ésta es la segunda condena por estos hechos. A finales de septiembre, un juez de Cali condenó a 26 años de prisión a José Luis Mosquera, alias Chisto, quien fue detenido el 23 de noviembre del año pasado.

Hechos como este llevaron a que durante el presente año la Defensoría del Pueblo emitiera una alerta temprana en la que se señalaba, entre otras, que “infortunadamente la situación de la capital vallecaucana no es un síntoma aislado, sino el reflejo de una realidad que golpea al departamento en su conjunto, pues durante el año 2013 registró 3.329 asesinatos, de los cuales al menos 1.371 fueron cometidos bajo la expresión del sicariato (809 en Cali)”.

En por lo menos 30 barrios se denunció la presencia de estructuras criminales, particularmente de los grupos armados surgidos luego se la desmovilización, como Los Urabeños y Los Rastrojos, que se disputan el control de ciertos sectores mediante actividades como el microtráfico, la extorsión y el reclutamiento de menores.

El alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, ha dicho que, pese a estas masacres, “nunca hemos tenido una reducción en el número de muertes tan significativa como la de ahora. Que falta mucho, sí; que debemos hacer más, sí; pero nos estamos moviendo en la dirección correcta y estamos mostrando resultados”.

Lastimosamente —y pese a las medidas que han tomado las autoridades locales— las guerras entre bandas criminales siguen siendo una pesadilla para Cali. Prueba de ello la matanza de ocho personas perpetrada en zona rural de la capital del Valle el pasado 3 de octubre y que, según las autoridades, fue producto de una cruenta disputa al interior de una banda criminal. Por estos hechos —relacionados al parecer con la incautación de un cargamento de cocaína, en un proceso que ha salpicado, incluso, a un coronel de la Policía— ya han sido capturadas varias personas. Las pesquisas continúan. 

Bandas en Cali

De acuerdo con un informe de la Defensoría de inicios de este año, por lo menos 30 barrios de esa ciudad sufren con la presencia de  estructuras criminales, particularmente de los grupos armados formados luego de la desmovilización como Los Urabeños y Los Rastrojos, que se disputan el control de ciertos sectores mediante actividades como el microtráfico, la extorsión y el reclutamiento de menores. Algunas han llegado incluso a perpetrar masacres dentro de la misma ciudad, como la masacre de La Barra de la 44.

 

 

Por Redacción Judicial

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