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El contratista Orlando Fajardo aceptó y fue condenado este lunes por los delitos de abuso de confianza calificado, interés indebido en la celebración de contratos y cohecho por dar u ofrecer. Todo, por las irregularidades en el Consorcio Canoas, integrado por la multinacional brasileña Odebrecht y Cass Constructores, con los que suscribieron un importante proyecto que pretendía reducir la contaminación del río Bogotá, conocido como el interconector Tunjuelo-Canoas. El contrato se hizo con la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAAB) y tenía un valor de $243.000 millones de pesos. Sin embargo, cerca de $49.000 millones fueron desviados.
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Con la aceptación de cargos que formalizó este lunes el juez 20 penal del circuito de Bogotá, el empresario se compromete a reintegrar el dinero apropiado a la empresa Acueducto. A cambio, según negoció Fajardo con la Fiscalía, solo pagará seis años y ocho meses de prisión por su rol en este entramado, que es una de las vetas del caso Odebrecht en Colombia.
Según relató la Fiscalía, el dinero, que hacía parte del anticipo del proyecto, sirvió para hacer ofrecimientos económicos a Manuel Sánchez Castro, quien representaba en ese momento los intereses del otro oferente, la Unión Temporal Cartellone. Fajardo tenía como propósito descalificar a cualquier otro participante de la licitación para facilitar la adjudicación del contrato a Odebrecht y sus socios. Además, se conoció que Andrés Cardona Laverde, subcontratista del consorcio y miembro de la firma contratista ACC Ingenieros, también habría trabajado en conjunto con Fajardo para sobornar al abogado Sánchez.
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El ingeniero Fajardo se entregó a las autoridades en diciembre de 2017, luego de que se emitiera una orden de captura en su contra por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación y cohecho por dar u ofrecer. Además de él, por este caso también está en juicio Carlos Solarte, figura visible de la firma CSS Constructores.
En la audiencia en la que fue llamado a juicio Solarte se conoció parte del papel que jugó el también constructor Orlando Fajardo. A través de él, los Solarte obtuvieron información privilegiada para quedarse con este contrato, pues Solarte y Odebrecht le habrían ocultado al Acueducto que él era el tercer socio del consorcio y, además, porque Fajardo le habría ofrecido dinero a Manuel Sánchez Castro, abogado que representaba en ese momento los intereses del otro oferente, la Unión Temporal Cartellone para que mantuviera una actitud “pasiva” en su representación.