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La Sala Civil de la Corte Suprema acaba de tomar la última palabra sobre un proceso que lleva cerca de cuatro décadas entre distintos despachos judiciales. Se trata del pleito entre el Banco de Caldas (hoy banco BBVA) y la firma Prounida Ltda. La génesis de este pleito fue en 1982 cuando esta última intentó infructuosamente adquirir la entidad bancaria por $265 millones. Como el negocio no prosperó, el millonario desembolso terminó en manos de la Federación Nacional de Cafeteros, Compañía Agrícola de Seguros de Vida, Sucesores de José Jesús Restrepo, Propaganda Sancho y Cía, Seguros Atlas, entidades y empresas que eran dueñas del Banco de Caldas.
El último pronunciamiento del alto tribunal determinó que dejará sin efectos una multa que habían interpuesto en segunda instancia el Tribunal Superior de Bogotá en contra de BBVA (que absorbió a la entidad bancaria de Caldas) con una multa de $12.450 millones y que sería entregada a Prounida. Según esta última, el Banco de Caldas había incumplido con varios compromisos que adquirieron las partes en el negocio. No obstante, en distintas instancias, la empresa compradora manifestó que esa multa era exigua en comparación con el dinero que habían perdido.
En una sentencia de 160 páginas, con ponencia del magistrado Aroldo Quiroz de la Sala Civil, el alto tribunal determinó que ambas partes incumplieron lo pactado durante la millonaria adquisición. De este intento de compra también hizo parte la firma panameña Coloca, quien desistió de la compra y le cedió la opción de compra del Banco de Caldas a Prounida. La compañía panameña tiene otros pleitos con el estado colombiano de la década de los ochenta y de los que también recientemente hubo pronunciamientos por parte de un juzgado de Cáqueza, Cundinamarca. “las sociedades mencionadas prometieron en venta la cantidad conjunta de 18′889.994 acciones del Banco de Caldas S.A. -hoy BBVA Colombia S.A., en favor de a Coloca y Prounida”, recuerda la Corte.
Volviendo a la determinación judicial de la Corte Suprema, el alto tribunal señaló que los $265.000 millones que recibieron los dueños del Banco de Caldas por parte de Prounida, principalmente. Y añadió la Sala Civil del alto tribunal que “no fue irregular, por el contrario, se ajustó a las instrucción dadas al Banco, según las cuales bastaba que le acreditaron el otorgamiento de los permisos de la Comisión Nacional de Valores y la Superintendencia Bancaria”.
Además, la Corporación decidió que no existió “mal proceder del Banco de Caldas por la entrega anticipada que hizo a los prometientes vendedores de las arras penitenciales pactadas en las promesas, arras que fueron conferidas a título de encargo fiduciario a la entidad bancaria, en razón a que aquella naturaleza penitencial imponía ese traslado. En consecuencia, exoneró al Banco de la responsabilidad que le endilgaron los prometientes compradores y revocó en ese aspecto la decisión de segunda instancia”. El magistrado Octavio Tejeiro salvó parcialmente su voto en este fallo.