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La defensa de Natalia Springer

La politóloga defendió su trabajo con la Fiscalía, la cual anunció que investigará amenazas contra Alejandro Ramelli, quien señaló que el trabajo de Springer no había sido útil.

Diana Carolina Durán Núñez
18 de septiembre de 2015 - 03:48 a. m.

El debate comenzó con una pregunta dirigida por este diario, hace varios meses ya, a la Fiscalía General de la Nación: ¿cuál es el trabajo que han hecho los contratistas elegidos sin licitaciones, incluida la firma Springer Von Schwarzenberg Consulting Services? Hoy, sin embargo, el debate está más lejos que nunca de su punto de partida. En las entrevistas que han dado tanto el fiscal Eduardo Montealegre como Natalia Springer, buena parte de las energías se consumieron discutiendo por qué ella tomó el apellido de su exesposo. Una decisión, por demás, de carácter personal que en nada afecta una contratación con el Estado.

En entrevista con La W, Natalia Springer habló de otros asuntos. Le preguntaron, por ejemplo, por sus credenciales, y ella aseguró que todos los títulos de su hoja de vida eran ciertos, incluido aquel por el que más han surgido dudas últimamente: su doctorado. El Espectador, de manera independiente, había verificado también con la Universidad de Viena y encontró la tesis de grado, titulada: “Disipando las sombras del pasado; la Comisión de la Verdad y Reconciliación en Perú y su contribución a la reconstrucción postguerra”. En el resumen del trabajo se lee: “Tomando en cuenta consideraciones políticas y legales, esta tesis propone unos estándares mínimos y trata de definir qué queremos decir cuando hablamos de los resultados deseables de la justicia transicional”. En hojas de vida entregadas al Estado, Springer asegura que terminó sus estudios en 2007; laUniversidad de Viena certifica que el grado fue en 2009.

Hace dos días el exjefe de la Unidad de Análisis y Contextos de la Fiscalía (Unac), Alejandro Ramelli, decidió hablar públicamente y explicar lo que él había conocido del trabajo de Natalia Springer. Dijo, palabras más palabras menos, que el trabajo no había sido útil. Lo mismo afirmaron fiscales y analistas de la Unac en un documento que se le envió al interventor del contrato de ese momento, Carlos Ariel Useda, en diciembre de 2013. “Ramelli hizo todo lo posible para sacarme de la Fiscalía”, respondió Springer. “Y él no salió de la Unac por mí, él salió de la Unac porque no hizo nada”.

En el año y medio que estuvo al frente de la recién creada Unac, indican los archivos de la propia Fiscalía, el equipo de Ramelli divulgó los resultados de dos grandes casos: las conexiones que se encontraron en los magnicidios de Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro; y el despojo de tierras en el Urabá “La Unidad Nacional de Análisis y Contextos (...) cuenta con fiscales, investigadores y analistas para trabajar en situaciones de macrocriminalidad. Su funcionalidad está dada por la construcción rigurosa de contextos pues enfoca sus esfuerzos en la identificación de los máximos responsables de graves violaciones a los derechos humanos”, explicaba la propia Fiscalía hace más de un año, cuando este escándalo ni se asomaba.

Por esa naturaleza que la misma Fiscalía le dio a la Unac es que personas como Ramelli han asegurado que la contratación de la firma de Springer no era necesaria, porque la Unac podía hacer el trabajo. El fiscal Eduardo Montealegre, sin embargo, ha sostenido que la contratación de la firma Springer Von Schwarzenberg Consulting Services debía hacerse porque se trataba de conocimientos especializados que no tenían los funcionarios del ente investigador. Springer, por su parte, aseveró al respecto: “Tenemos cosas que nadie más ofrece y eso vale”.

Después de todo la polvoreda que ha levantado este tema, Ramelli, el hombre a quien el fiscal le encargó el más importante proyecto de su administración, denunció en este diario que lo estaban amenazando y que esos anónimos venían, estaba seguro, de la Fiscalía. “El fiscal general ordenó el inicio de una investigación para determinar el origen y los responsables de amenazas que dice haber recibido el doctor Alejandro Ramelli, tal como lo denunció en la entrevista de este jueves por el diario El Espectador. La Fiscalía considera que las acusaciones son sumamente graves”, fue el comunicado que leyó ayer el director del CTI, Julián Quintana.

“La impresión que tiene el público es que yo me metí al bolsillo un montón de plata sin hacer nada. Yo no he recibido ningún centavo en el contrato de $ 3.000 millones porque no he entregado productos. Créame lo que le digo cuando le digo”, dijo Natalia Springer en La W”.

Por Diana Carolina Durán Núñez

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