El riesgo de quedar embarazada en la guerra

Foto: Christian Escobar Mora

El informe lo presentarán en Ginebra (Suiza), mañana 2 de octubre, durante la plenaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés).

Una guerrillera desmovilizada de las Farc, que hoy tiene 21 años, recuerda cómo a sus 16 la obligaron a abortar cuando aún formaba parte de esa organización subversiva. El dolor producido por esa pérdida, será imposible olvidar al igual que la desgarradora imagen del feto que vio flotar río abajo, hasta que lo perdió de vista. Al intenso dolor producido por la vulneración de su dignidad humana y a su derecho a ser madre se le sumó una fiebre muy alta. Antes de que su situación empeorara desertó del grupo ilegal junto a un amigo. Lo primero que hizo fue llegar a un hospital, donde el personal médico le dijo que de lejos se “podía oler la infección en su cuerpo”. La enfermedad destruyó sus órganos reproductivos, dejándola sin la posibilidad de volver a ser mamá.

Este es uno de los 25 testimonios de jóvenes desmovilizadas y reinsertadas que hoy son atendidas por la Asociación Taller de Vida en Bogotá. Otras de las víctimas, que aseguran que el aborto es una práctica común en el interior de estas organizaciones, relataron cómo fueron forzadas a la esclavitud sexual, violadas por militantes del grupo armado ilegal y forzadas a utilizar métodos anticonceptivos dañinos (como el implante subdérmico Nortplant, que lo descontinuaron EE.UU. en 2002, porque miles de mujeres enjuiciaron a la distribuidora local, por los efectos secundarios severos que estaba generando el anticonceptivo en las usuarias).

Agregaron que nunca les dijeron cómo funcionaba el anticonceptivo, sus posibles efectos secundarios como como períodos interminables o ausencia total de los mismos, pérdida del cabello, problemas cutáneos, rápidos cambios de humor, entre otros o lo que podían o no hacer mientras lo usaban. Además, cómo cuando el anticonceptivo fallaba fueron forzadas a abortar en condiciones precarias, bajo los cuidados de médicos improvisados que interrumpían embarazos incluso de seis meses, aumentando el riesgo de muerte para la mujer.

Estos relatos, de mujeres que contaron sus experiencias mientras pertenecieron a grupos subversivos, hacen parte del estudio que adelantaron 14 organizaciones defensoras de los derechos de la mujer. El documento hace referencia a otros temas como la esterilización forzada de mujeres y niñas con discapacidad, la falta de acceso a la salud de mujeres con VIH, los ataques con agentes químicos contra mujeres y el acceso inadecuado de anticonceptivos, entre otros. El informe será expuesto la próxima semana en Ginebra (Suiza), durante la plenaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés).

Esthella Duque, psicóloga clínica y directora de Taller de Vida, indicó que por medio de ‘arteterapia’ y el manejo de las artes plásticas, las jóvenes dibujaron sus experiencias. También contó que están adelantando la campaña “mi cuerpo fuera de la guerra”, en la que participarán 10 niñas desmovilizadas, de las cuales seis vivieron la experiencia del aborto obligado. Estas menores ahora están al cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Entre los testimonios recolectados, comenta la experta que la mayoría de niñas reclutadas inician su vida sexual cuando están entre los 10 y 15 años. “En muchos casos, esas relaciones no son consentidas, en otros persuadidas o simplemente son abusadas. Algunas han contado que las obligaron a usar anticonceptivo, no hubo una rigurosidad y que una forma de protegerse era tener una pareja, así esto implicara correr riesgo de embarazo”.

Duque agregó que el tema del uso de anticonceptivos dañinos y aborto obligado son temas ausentes tanto en las negociaciones con las Farc, en La Habana (Cuba) como en el Marco jurídico para la Paz. Además, de ser un tema invisible e invisibilidad en los protocolos de atención a las víctimas, el cual hasta ahora el ICBF está indagando. La especialista puntualizó que por esta razón, en el país no existen políticas públicas que aborden “la utilización del cuerpo en el conflicto armado, explotación sexual, abuso y maltrato”.

En un informe publicado por El Espectador en enero pasado, se reveló que los organismos de seguridad, después cruzar información de los computadores decomisados a la guerrilla y escuchar los relatos de las desmovilizadas embarazadas, calcularon que las Farc realiza aproximadamente 1.000 abortos al año.