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Exparamilitar “Macaco” acepta cargos por 162 crímenes y espera sentencia en Colombia

El exparamilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, fue deportado a Colombia en 2019 y desde entonces está detenido en la cárcel La Picota. Tras reciente indagatoria en la Fiscalía, aceptó su responsabilidad por 162 crímenes, perpetrados contra más de 250 víctimas.

18 de marzo de 2021 - 08:41 p. m.
'Macaco' fue extraditado a Estados Unidos con más de una docena de miembros de las AUC en mayo de 2008.
'Macaco' fue extraditado a Estados Unidos con más de una docena de miembros de las AUC en mayo de 2008.
Foto: REUTERS - HO

Homicidios. Desplazamientos. Desapariciones. Torturas. Violencia sexual. Narcotráfico. Esas son todos los delitos por los que el temido jefe exparamilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, deberá responder en Colombia como máximo comandante del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas. En una reciente indagatoria, rendida ante la Fiscalía y desde la cárcel La Picota, en Bogotá, el exparamilitar reconoció responsabilidad por 162 crímenes, que vinculan a más de 250 víctimas.

En contexto: ¿Quién es “Macaco”, el exjefe paramilitar que acaba de ser deportado a Colombia?

“El procesado (alias Macaco), por línea de mando, aceptó la totalidad de las conductas que le fueron presentadas en indagatoria cumplida en la cárcel La Picota de Bogotá. En la diligencia participaron el abogado defensor, un delegado especial de la Procuraduría General de la Nación y representantes de las víctimas”, explicó la Fiscalía. Jiménez Naranjo está recluido en ese penal desde julio de 2019, luego de que Estados Unidos lo deportara tras pagar 11 años de prisión por delitos de narcotráfico.

De acuerdo con la Fiscalía, alias Macaco responderá a nombre de Bloque Central Bolívar de las AUC por crímenes ocurridos entre 2000 y 2004, en los departamentos de Boyacá, Santander, Putumayo, Risaralda, Caldas, Caquetá, Bolívar, Norte de Santander, Nariño y Antioquia. Entre los crudos episodios está el sufrido por una joven que en 2001 tenía 19 años, trabajaba como mesera en un restaurante de Putumayo y fue violada en diversas oportunidades por hombres del bloque, todo para luego ser obligada a vincularse a la organización. La mujer escapó tiempo después.

Entre otros crímenes, alias Macaco deberá responder por el asesinato del periodista Flavio Iván Bedoya, ocurrido en abril de 2001 en Tumaco (Nariño); el desplazamiento de familias campesinas de que ocupaban la hacienda Las Pavas, en el corregimiento de Buenos Aires de El Peñón (sur de Bolívar); y el secuestro, homicidio y desaparición de las hermanas Mónica, Jenny y Nesly Galárraga, y otra integrante de esa familia, en enero de 2001, en el municipio de San Miguel (Putumayo). En ese caso resultaron desplazadas cuatro personas.

Antecedentes: Alias “Macaco”, exjefe paramilitar, fue capturado por la Fiscalía luego de ser deportado.

Tras aceptar los 162 crímenes imputados por la Fiscalía, se realizará el proceso de terminación anticipada de la investigación. A partir de allí, un juez de Bucaramanga (Santander) evaluará las conductas reconocidas por alias Macaco para proferir sentencia condenatoria. Sin embargo, no es la primera vez que Jiménez Naranjo, quien hoy tiene 55 años, se somete a las autoridades colombianas. En diciembre de 2005, el exparamilitar se desmovilizó junto con 1.900 miembros de las AUC, todo para integrar el sistema de Justicia y Paz, en el cual se le otorga penas alternativas a los “paras” a cambio de verdad y reparación.

Mientras estuvo recluido en la cárcel de Itagüí (Antioquia), luego de dejar las armas, alias Macaco siguió administrando su negocio de narcotráfico. Por tal razón, aseguró en su momento el Gobierno Uribe Vélez, el exparamilitar fue extraditado a Estados Unidos en mayo de 2008, en compañía de otros pesos pesados como Salvatore Mancuso, El Tuso Sierra, Hernán Giraldo, Jorge 40, Cuco Vanoy y Don Berna. Luego de tres años, en 2011, la justicia gringa condenó a Macaco a 33 años de prisión, condena que después fue reducida a 11 años tras someterse a colaborar con la justicia.

Lea también: Tribunal Superior ratificó exclusión de alias ‘Macaco’ de Justicia y Paz.

Las colaboraciones que alias Macaco entregó desde Estados Unidos fueron claves, por ejemplo, en la sentencia condenatoria contra el exgeneral de la Policía Flavio Buitrago, exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe, quien tenía alianzas con el narcotraficante Marco Antonio Gil, alias El Papero. En mayo de 2019, la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena de Buitrago a nueve años de prisión por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

La historia de Carlos Mario Jiménez Naranjo comenzó en 1991, cuando -asegura- las extintas Farc lo extorsionaron tras secuestrar a su esposa en el municipio de Puerto Asís (Putumayo). En ese momento, ha asegurado Macaco en tribunales de Justicia y Paz y ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), fue declarado objetivo militar por incumplir la cita que los guerrilleros le impusieron para la liberación de su pareja. Fue señalado como “colaborador del Estado”. Alias Macaco se desplazó en 1994 a Antioquia, donde también fue extorsionado por miembros del Eln.

Luego, solicitó ayuda a las Autodefensas Campesinas, la cual estaba conformada por los mineros de la región. Desde allí se relacionó con diferentes frentes paramilitares, a tal punto que se vinculó directamente en las actividades ilegales. “Lo que definitivamente precipitó mi ingreso a las autodefensas fue en (…) un atentado (…) fui víctima por parte de los miembros del Eln, el cual ocurrió el día 7 de diciembre de 1996, en el sitio conocido como ‘Las agüitas’ de la vereda La Reserva, sector Piamonte, perteneciente a Cáceres, se trató de un (…) emboscada en la que también falleció el señor Subteniente Zarate Pérez Delfín”, allegó Macaco a la JEP, tribunal que no aceptó su sometimiento.

Le pude interesar: “Macaco” y Pastor Álape también pidieron hablar juntos ante la Comisión de la Verdad.

Y siguió con su historia: “después de ocurridos todos estos hechos tome [sic] la firme decisión de ingresar, asistido del mayor convencimiento, al grupo. No me quedaba duda que era a través de la lucha armada, como podríamos enfrentar el desafío terrorista de la guerrilla comunista de la región. De lo contrario me hubiera tocado salir huyendo de allí como lo hice meses pasados del Putumayo. Todo por la negligencia de los organismos de seguridad del Estado y la falta de cumplimiento de sus funciones del Ejército en la prestación del servicio de seguridad”.

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Berta(2263)18 de marzo de 2021 - 09:46 p. m.
Ni perdón ni olvido. Los genocidios no se perdonan. Pregúntenle a los judíos si han olvidado y perdonado La Shoah. En Colombia tiene que haber una pena así sea en una granja; no acepto que los cabecillas de FARC y herederos de los Paras estén en el Congreso. Y por supuesto, el gran infame, posible genocida debe rendir cuentas a la JEP y al TPI.
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