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Por no encontrarse pruebas suficientes para continuar con la investigación y tras la inasistencia de la denunciante para ampliar su historia, la Fiscalía archivó el expediente que llevaba en contra de varios jugadores del equipo de fútbol Santa Fe por, supuestamente, haber abusado sexualmente a una trabajadora sexual en febrero del año pasado. Fuentes cercanas al ente investigador confirmaron que la decisión de archivo se tomó el pasado mes de abril.
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Los hechos ocurrieron en febrero del año pasado cuando el equipo de fútbol celebraba su victoria en la Superliga 2017. Entre la noche del 31 de enero al 1º de febrero de 2017, una trabajadora sexual, quien fue la que presentó la denuncia, llegó al Hotel Dann Carlton, ubicado en el norte de Bogotá, donde transcurría la fiesta por el triunfo.
Lo que sucedió allí fue narrado por la mujer ante un fiscal local, a donde acudió tras presuntamente ser agredida sexualmente por varios jugadores. De acuerdo con indagaciones realizadas por este diario, se pudo establecer que fueron varias las trabajadoras sexuales las que acudieron a la celebración. Sin embargo, ella aceptó ofrecer sus servicios al jugador Carlos Mario Arboleda. El pago por sus servicios había quedado saldado hasta el momento en que ella decidió regresar al salón del evento principal, situado en el primer piso del hotel.
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Según lo relatado por la denunciante, ella estaba disfrutando del evento cuando otro jugador le ofreció $500.000 por un rato de relaciones sexuales. En medio del servicio que ella estaba prestando en una de las habitaciones del hotel, otros integrantes del equipo tocaron la puerta. El jugador, cuyo nombre no aportó porque no lo conocía, abrió y entraron a la habitación seis jugadores más diciendo que querían participar.
Ante el ofrecimiento, la trabajadora sexual se negó, pero ninguno de los jugadores respetó su petición. La mujer relató que después de negarse, los jugadores abusaron de ella. Tras los hechos, la trabajadora sexual huyó del hotel, no sin antes cobrar el valor de $500.000 que fue pactado con el segundo jugador. Sin embargo, este no quiso pagarle el dinero por lo que la mujer decidió formalizar su denuncia en la URI de Paloquemao. Al final de la diligencia, la denunciante fue enviada a Medicina Legal para que fuera evaluada y todo el tiempo estuvo asistida por un abogado cercano a su familia.
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Aunque se dijo que la mujer llegó a un acuerdo económico con el equipo, tal versión no fue confirmada. Los directivos de Santa Fe señalaron que tal asunto era exclusivo de los jugadores del equipo que estaba involucrador y que lo sucedido no era responsabilidad del club. El escándalo que ensombreció la alegría de la Superliga ya es caso cerrado para las autoridades y la realidad de lo sucedido solo la conocen sus protagonistas.