Los ‘aplicativos’ de Sepúlveda para la campaña Zuluaga

De acuerdo con Revert, Andrés Felipe Sepúlveda desarrolló varios aplicativos para interceptar las comunicaciones de algunos de los guerrilleros en La Habana y para hacer seguimientos ilegales a miles de internautas. Uno de ellos era “lamesadeconversaciones.com.co que era un aplicativo web donde la gente entraba y ponía su opinión pública y se quedaba guardado ahí (…) En ese aplicativo estaban todas las opiniones de la gente, correos, nombres, había también las normas que había en ese aplicativo, las normas de privacidad, los comunicados que tenían que ser aprobados entre Gobierno y Farc antes de salir, se aprobaban con dos ‘checks’. El comunicado tú lo veías ahí”.

Sepúlveda “entraba y podía ver toda la gente, los correos, los nombres, incluso tomó unas capturas de pantallas de eso, cuando se tuvo, para poder informar qué estaba pasando. Nombres, correos, opinión política, dónde vivían, o sea, básicamente el relleno de la mesa que estaba en la parte pública y lo que tenían por detrás (sic.)”; es decir, le permitía conocer los comunicados de las Farc antes que estos fueran revelados al público. “De ahí él sacaba la información y decía ‘listo, este comunicado se lo vendo a tal persona por tanto precio’ o ‘le vamos a dar un golpe muy fuerte’”, agrega Revert.

“Incluso David Zuluaga, el hijo der Óscar Iván, una vez preguntó por qué personas y qué otros países estaban en ese proceso de paz. Recuerdo que en una parte de la mesa, cuando se le informó estaba Holanda y Polonia. Dentro de la mesa hay un documento dentro de sus archivos, donde buscas por países y salen los países que están, no a favor, pero sí apoyando”. Mucha de esa información iba a dar a una página “Diálogos a Voces, donde se le explica a la gente, obviamente quiénes son los negociadores de La Habana, bueno no quiénes son sino simplemente su perfil, su curriculum vitae”.

Aplicativo para Facebook

Sepúlveda desarrolló, incluso, un aplicativo para acceder de forma ilegal a datos de miles de internautas. “Fue un aplicativo de Twitter que no nos pagó nada a los desarrolladores. Simplemente, (nos dijo) ‘no es que está dentro de vuestro trabajo’, y él se metió otros $20 millones en cuestión de 2 o 3 días por hacer el aplicativo que era básicamente un aplicativo en Facebook donde te salían los loguitos de la campaña, los colorcitos, a quién vas a votar, clic, votas a ese, y en un portal se almacenaba la información”.

“Incluso se almacenó más información al inicio porque uno de los aplicativos que se metió dentro del propio aplicativo era un geolocalizador, entonces se intentaba que por el Facebook se geolocalizaba la gente, le sabías el nombre, el correo, el email, los gustos de Facebook, sus fotos, todo, para tener una base de datos de eso, para saber quiénes estaban en contra. Más o menos como la lista que firmó Chávez cuando entró en el poder, quién estaba en contra y a favor, más o menos así quería hacer él. Porque pusimos ese ejemplo en la mesa”.

Y advierte vehemente que “se terminó el aplicativo y está funcionando y está en una base de datos en el cloud, en Amazon. Y están votando por allí. No sé cuántos, porque la verdad haces el aplicativo, lo dejas, y lo dejas funcionando, y ya, y lo dejas ahí”. Puede que todavía haya miles de internautas cayendo en la trampa de Sepúlveda.