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Medellín tiene nuevo director de Fiscalías

Su aparente falta de conocimiento sobre el criminal más importante de la ciudad, que tendría relación con un posible atentado al alcalde, terminó sacándolo del cargo.

Andrea Aldana
08 de septiembre de 2016 - 03:00 a. m.
Germán Giraldo, exdirector de fiscalías de Medellín. / El Colombiano
Germán Giraldo, exdirector de fiscalías de Medellín. / El Colombiano

La capital de Antioquia tiene una nueva funcionaria a cargo de las fiscalías de esa ciudad. La renuncia del director seccional de Fiscalías de Medellín, Germán Giraldo, se produjo este miércoles, después de la encendida polémica que está dándose en la capital antioqueña: la ausencia de acciones contundentes en el ente investigador contra “Pedro Pistolas”, identificado como el patrón criminal del centro de Medellín. 

La problemática se inició en febrero, luego de haberse interrumpido la negociación aparentemente exitosa que había iniciado, el 19 de noviembre de 2015, la fiscal Alexandra Vélez Rincón, entonces coordinadora de la Unidad de Vida, con Julián González (alias “Barny”), Edinson Rojas (alias “Pichi”) y Juan Camilo Rendón (alias “Peluco”), exjefes de la organización criminal conocida como Oficina de Envigado, hoy detenidos.

El proceso de negociación, basado en un principio de oportunidad, se interrumpió porque la fiscal Vélez fue repentinamente trasladada de su cargo y los exintegrantes de la oficina no quisieron continuar negociando con otro fiscal. Argumentaron falta de confianza en la dirección seccional de Fiscalías y en la Fiscalía en general, debido a que ellos mismos la habían infiltrado en el pasado. 

Como lo reveló El Espectador en un primer informe, la negociación fue interrumpida después de que los exjefes de la Oficina de Envigado contextualizaron la criminalidad en el centro de Medellín y mencionaron a “Pedro Pistolas”, quien no tiene orden de captura en su contra, aunque, en el centro de la ciudad y en investigaciones policiales, es reseñado como un posible criminal que controla todo el tema de narcotráfico, extorsión, prostitución y otros delitos en el centro de Medellín. 

Luego de su traslado, el 12 de febrero de 2016, la fiscal Alexandra Vélez denunció un posible acoso laboral del director seccional Germán Giraldo. Ella instauró una queja disciplinaria en contra de Giraldo en la Procuraduría, el 7 de marzo pasado. Tres meses después, el 21 de junio, fue víctima de amenazas en las que le advirtieron que debía retirar las denuncias contra el “jefe” por “orden del patrón”.

La queja, que terminó archivada, sólo le fue notificada a Giraldo el 18 de agosto de este año, un día después de que El Espectador denunció la persecución de que fue víctima la fiscal. La amenaza, que se hizo desde unos teléfonos públicos ubicados en el centro, en zona controlada por “Pedro Pistolas”, sólo empezó a investigarse mes y medio después, cuando el tema empezó a seguirse acuciosamente en otros medios de comunicación.

A su vez, el director seccional Germán Giraldo, también se vio involucrado con el incidente de la amenaza que recibió Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, quien había anunciado, desde el comienzo de su mandato en enero de este año, una ofensiva total contra el crimen organizado en Medellín, especialmente en el sector del centro de la ciudad. Esa postura le habría valido la amenaza, que fue denunciada por un ciudadano ante la Procuraduría, el 1° de febrero de este año.

Entonces estalló otra polémica porque el alcalde fue notificado de la amenaza 17 días después de la denuncia. La amenaza detallaba con precisión cómo iba a ser el atentado y dónde pensaba fraguarse. Supuestamente, el encuentro de los criminales (todos mencionados por “Barny”, “Pichi” y “Peluco” a la Fiscalía), para concretar el plan, habría ocurrido la última semana de enero en el motel Lafayette, a pocas cuadras del parque Bolívar, zona controlada por alias “Pedro Pistolas”. 

El atentado se iba a cometer con un carro bomba, que explotaría en una ruta por la que transitaría el mandatario, durante un operativo futuro que sólo conocía un consejo de seguridad privado en el que había estado el director Giraldo.

El alcalde, el 17 de febrero, hizo pública su incomodidad en una rueda de prensa y, aunque la queja tuvo resonancia nacional, sólo una semana más tarde el director seccional Germán Giraldo ordenó el allanamiento del motel Lafayette, incluso solicitando infructuosamente al Ejército el apoyo con un helicóptero. 

Desde el momento de la denuncia hasta el allanamiento pasaron más de veinte días. En el operativo no se obtuvo ningún resultado significativo. No obstante, Giraldo hizo circular un mensaje, vía chat, entre los miembros del gabinete municipal, con un mensaje contundente: “Neutralizada amenaza contra el alcalde”.

La polémica se agudizó el pasado 25 de agosto, cuando Federico Gutiérrez, seis meses después de conocer de la amenaza en su contra, nuevamente, en un consejo de seguridad, enfrentó a Giraldo. Según narró el alcalde Gutiérrez a El Espectador, le preguntó a Giraldo si conocía “en lo personal o en lo criminal” a “Pedro Pistolas”. 

De acuerdo con el alcalde, el director dijo que no lo conocía y que no tenía información. La respuesta del mandatario entonces fue: “Si la Fiscalía no tiene información de los criminales más reconocidos de la ciudad, estamos en la olla”. Giraldo manifestó entonces que la Policía tampoco sabía. El alcalde respondió que el general José Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, sí tenía información.

Al parecer, esta polémica desbordó al director seccional de Fiscalías, Germán Giraldo. Ayer, el fiscal general aceptó su renuncia, la cual presentó el pasado martes 6 de septiembre. En su lugar quedó la fiscal Claudia Patricia Carrasquilla como directora encargada.

¿Quién es “Pedro Pistolas”?

El lunes 5 de septiembre, los medios de comunicación hicieron público el nombre de Pedro Javier Piedrahíta Ceballos, quien sería conocido alias “Pedro Pistolas”, según reportes policiales. No obstante, en Medellín circulan otros dos nombres como posibles identidades del nuevo capo del narcotráfico en aquella ciudad. Fuentes cercanas al gabinete del alcalde y la Policía informaron que el nombre que salió publicado sería la identidad de la persona que figura en los expedientes que fueron trasladados a Bogotá por la presunta infiltración de las autoridades en Medellín.

Pedro Javier Piedrahíta Ceballos es hijo del primer matrimonio de Francisco Javier Piedrahíta Sánchez, un ganadero que fue fundador de la Convivir Nuevo Amanecer y a quien señalan de, supuestamente, haber tenido nexos con el jefe paramilitar Rodrigo Mercado Peluffo, alias “Cadena”.

De los antecedentes de Pedro Javier Piedrahíta se encontró que cuenta con dos investigaciones por concierto para delinquir, que se abrieron en 2006 y que hoy están inactivas. También, se halló un proceso de 2010 por constreñimiento ilegal, el cual estaría en etapa de indagación. No obstante, El Espectador  contactó a Pedro Javier Piedrahíta Ceballos y este afirmó que no era él el mencionado “Pedro Pistolas”.

Pedro Javier Piedrahíta fue enfático en advertir que nunca ha sido desmovilizado de ningún grupo paramilitar y que no ha pertenecido a ningún grupo armado. Además, acusó a Ana Paulina Uribe Lopera de estar detrás de todo lo que le pasaba. Sostuvo que la mujer enfrenta un proceso judicial luego de que él la denunció por envenenar a su padre, de quien era amante.

Pedro Javier Piedrahíta manifestó que no tiene propiedades en el Centro Comercial Hollywood, desde donde se dice que opera “Pedro Pistolas”, y que desde que fue víctima de un atentado, el 26 de mayo de 2012, sólo transita desde su trabajo a la casa y viceversa y que no tiene vida social alguna. Y cerró diciendo que no conoce a Germán Darío Giraldo, pero que sí ha ido a la Fiscalía por el proceso mencionado.

Ana Paulina Uribe Lopera fue mencionada en la sentencia de Justicia y Paz contra el Bloque Cacique Nutibara. Su nombre figuró entre las 496 cuentas bancarias que se encontraron en el allanamiento al parqueadero Padilla, proceso que reveló la base contable y de financiadores del paramilitarismo en Antioquia y por el que fueron asesinados casi todos los investigadores judiciales.

La otra posible identificación de “Pedro Pistolas” sería un hombre de apellido Montoya, que tampoco tiene orden de captura. Contra esta persona cursó una investigación por concierto para delinquir con fines de narcotráfico, en 2004, de la que fue condenado a siete años de prisión en 2005.

La trama sobre “Pedro Pistolas” parece que empieza a desenredarse. Asimismo, Pedro Javier Piedrahíta Ceballos manifestó que él está dispuesto a dar la cara y presentarse a la justicia cuando sea necesario, porque, según dice, no se está escondiendo y agregó que sólo tiene miedo de los criminales que ya quisieron matarlo.

Por Andrea Aldana

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