“No hice nada por debajo de la mesa”: Jaime Rincón

El hoy rector de la CUN se defiende por la denuncia que pusieron en su contra por estafa y otros cargos. Dice que tal vez cometió errores, pero no delitos.

DIANA DURÁN NÚÑEZ
09 de diciembre de 2017 - 02:00 a. m.
Jaime Rincón, comunicador social, es hoy rector de la Corporación Unificada Nacional.  / Cristian Garavito - El Espectador
Jaime Rincón, comunicador social, es hoy rector de la Corporación Unificada Nacional. / Cristian Garavito - El Espectador
Foto: Cristian Garavito / El Espectador

A Jaime Rincón, rector de la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (más conocida como CUN), lo han citado al menos cinco veces para imputarle los cargos de estafa agravada, falsedad en documento privado y fraude procesal. La última vez fue hace pocas semanas —cuando esta entrevista ya se había realizado—. Ninguna de las audiencias se ha llevado a cabo y en la Fiscalía nadie da razón de por qué, a pesar de que las citaciones comenzaron en 2014.

El lío fue la compra de S3 Wireless por parte de Servisatélite, empresa que representaba Rincón hace unos años. En la Fiscalía reposa una denuncia detallada de los socios de S3 Wireless, quienes cuentan cómo Rincón pactó la compra de unas acciones que nunca pagó y, de paso —aseguran—, se apropió de la tecnología que manejaban para favorecer a Cablecentro. Rincón, por su parte, rechaza esa versión. Dice que en los negocios es fácil que se cometan errores, pero que él no ha cometido delito alguno.

¿Cómo entender que ha habido cuatro imputaciones fallidas de la Fiscalía en contra suya?

Ok, yo primero quiero aclarar que los temas fallidos no son a raíz de mi (ausencia), sino porque en dos de aquellas (citaciones) no hubo asistencia del abogado.

Pero es su abogado, ¿por qué no fue?

Tocaría preguntarle al doctor Jaime Bernal Cuéllar. Él fue y solicitó a la Fiscalía la no presentación; fue más por cuestiones de su agenda. La última fue por una fractura que tuve ahorita en vacaciones, tuve 30 días de incapacidad, estuve en la Clínica Country.

Ahí van tres imputaciones. Hubo otra a la que usted no asistió.

O sea, eso fue lo que sucedió, no hay otra cosa detrás. Lo que no tocan en el artículo de El Espectador es que yo, por voluntad propia, cuatro veces le he solicitado a la Fiscalía presentarme con elementos probatorios.

(Vea: El lío del rector de la CUN, Jaime Rincón)

¿Recibieron sus pruebas?

Sí, claro, la fiscal me ha recibido por voluntad propia. Porque eso es lo que quiero aclarar, que en el artículo suena como si yo estuviera evadiendo a la fiscal y eso no es cierto.

¿Cuál ha sido la respuesta de la Fiscalía?

Por mi buen nombre –soy rector y empresario–, quiero aclarar varias cosas. Nosotros ya ganamos un laudo arbitral donde el Consejo de Estado nos dio la razón, o sea, en el civil nosotros ya ganamos todo el tema. Ellos, al ver que pierden, me meten una denuncia penal. Con una implicación adicional: que Jaime Rincón no compró la empresa, yo no soy socio de ellos, no me pueden culpar cuando yo soy es el representante de una organización, Servisatélite, que tenía una junta directiva y yo actuaba como representante legal, pero me implican a mí como si yo fuera quien hizo personalmente todo. El doctor Jaime Bernal Cuéllar me lo dijo: “Están utilizando a la Fiscalía como mecanismo de presión”. Por último, nosotros somos los que nos sentimos estafados, porque nos vendieron una empresa que no era.

¿Cómo así?

La Superintendencia de Sociedades dijo que la compañía que nos vendieron tenía un problema estructural en la contabilidad, a esa compañía tocó llevarla a la 1116, que es la Ley de Quiebras, y fue intervenida por la Superintendencia, la cual determinó que tocaba castigar a esa empresa porque la contabilidad, los impuestos y toda la estructuración contable no correspondían. A mí me toca asumir esa compañía porque hacemos un negocio, entramos a administrar la compañía y nos encontramos con que todo lo que ellos nos habían dicho desde el punto de vista técnico y jurídico no coincidía.

¿Discutieron esa situación?

Tuve citas con ellos en Nueva York, en la Embajada americana, y les dije: “Miren, arreglemos esto por lo sano, yo les entrego la compañía, devuélvanme mi plata, yo no quiero problemas”. ¿Qué hacen ellos? Nos mandan por correo certificado las acciones y me dicen: “Para nosotros este negocio está hecho, hagan lo que quieran”. Ya no podía incumplir, mis abogados dicen que toca salir con esto adelante, y ahí comienza el conflicto. Por esto digo que esto es civil. A mí me tocó capitalizar la compañía, asumir todas las responsabilidades en su momento. Nosotros confiamos que con ese laudo todo estaba supremamente detallado y que no habría ningún problema, pasaron cinco años y ahí es cuando me imputan cargos.

Pero el tribunal de arbitramento dijo que, efectivamente, había unas irregularidades en los pagos de las acciones de parte de Servisatélite a S3 Wireless.

Eh, no soy abogado.

(Interviene Nixon Forero, abogado).

El Consejo de Estado dijo: acá hay mutuo disenso. ¿Qué es eso? Que ninguna de las dos partes cumplió, por la discusión jurídica que hubo. La compañía no era lo que pretendió que se vendía, y no hubo pago como consecuencia de eso.

Pero Jaime Rincón acaba de asegurar que el laudo arbitral lo ganaron, y lo que acaba de decir el abogado Forero es otra cosa.

Nixon Forero: Es que nosotros éramos los demandados. Luego (la gente de S3 Wireless) acomoda su versión para decir cuál fue su pérdida económica. Ellos dijeron que tenían un conocimiento, un know-how que no lo tenía nadie en Colombia, y que era que nosotros usábamos una tecnología inalámbrica, porque él ya se dio cuenta de que patrimonialmente no fue por cuenta del mismo laudo. Pero ese conocimiento ni siquiera se estaba desarrollando en Colombia, Orbitel se quebró por eso y nadie lo explotó. El Ministerio asignó licencia y a los seis meses ninguno la usó.

Jaime Rincón: Yo quisiera aclarar una cosa. En el mundo de los negocios, que es donde yo ando, uno puede tener un incumplimiento, pero, ¿dónde está el hecho penal? Nosotros obramos siempre dentro del marco de la ley, tratando de demostrarles que el negocio que me habían vendido no correspondía a unas condiciones que yo esperaba que tuviera y nosotros comenzamos a evidenciar eso. Fuimos a la Superintendencia y le pedimos que actuara en esa vaina; les pedimos a todos los entes regulatorios, como suele hacerlo uno, o sea, yo no hice nada por debajo de la mesa.

¿Cuándo empezó usted a buscar a la Fiscalía para que conocieran su versión?

Nixon Forero: El proceso estuvo ahí un tiempo, porque no entendíamos que no se había hecho una dinámica de las pruebas de parte nuestra. Entendemos que faltó un ejercicio, digámoslo, juicioso, tal vez por la misma confianza que dice el doctor Rincón, porque como estaba resuelto el arbitramento… Además, por otra cosa en particular, y es que el doctor Rincón nunca estuvo en las negociaciones salvo al final.

¿Cómo resultó Daniel López firmando tantos pagarés en favor de Servisatélite?

Nixon Forero: Lo que pasa es que cuando el negocio empieza a tener conflicto, nosotros decidimos que no se podía dejar quebrar en nuestras manos porque seguramente tendríamos un conflicto a futuro. Por eso se le ingresó unas capitalizaciones, unos dineros que se le prestaron efectivamente a la compañía. Daniel, que era un representante legal, recibió la plata. La Super(sociedades) reconoce los $1.700 millones que prestó Servisatélite (a S3 Wireless) mientras la compañía se sostenía. Ahora, los tipos penales necesitan demostrar mala fe porque la denuncia es por estafa, falsedad y una especie de fraude

¿Cuánto dinero alcanzó a pagar en Servisatélite a S3 Wireless?

Nixon Forero: Es una suma cercana a 150 mil dólares, hay otros pagos, ¿no? La decisión de los asesores externos jurídicos y de los asesores internos fue que girar el dinero a la compañía para que quedara constancia de que el dinero estaba ahí.

Jaime Rincón: Pero en términos coloquiales, no jurídicos, era que yo tenía que tomar una decisión. ¿Qué haces tú con un muerto, con un herido que tienes en tus manos? Porque así son las organizaciones. Si se nos caía iban a decir que nosotros, de todas maneras, éramos los responsables. Yo sigo pensando en mi imagen: ¿dónde está el hecho penal que hice yo? Aquí me han enlodado. Puede que haya un error económico, de pronto nos equivocamos, pero el hecho penal, ¿dónde se suscita?

¿Su versión es entonces que Servisatélite hizo un negocio pensando en una expansión internacional, y después del primer pago se dan cuenta de que la compañía que están adquiriendo no responde a las expectativas?

Jaime Rincón: Eso pasa. Compra uno un apartamento, un carro, y le aparecen cosas por aquí y por allá. En los negocios es lo mismo. Yo hago un “due diligence” basado en unos elementos básicos de información, y normalmente la gente no entrega las operaciones hasta cuando uno haga como un contrato. Yo parto de la buena fe, porque así se haga el mejor “due diligence”, una compañía va siempre a tener unas contingencias, pero no de esta magnitud. Lo que yo quiero es limpiar mi nombre. Si una compañía tiene errores o algo, pues la entramos a mirar, pero cuando los errores son de este nivel, cuando ya no corresponden a la realidad, pues uno dice “wow, espérate que aquí ya estamos hablando de otra cosa”.

Por DIANA DURÁN NÚÑEZ

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