Una vez se logre la imputación, será oficial que al gobernador lo investigan por los delitos de peculado y concierto para delinquir, en relación con el denominado cartel de la hemofilia.
Hasta ahora, Besaile ha señalado que es inocente de cualquier acto corrupto. Sin embargo, en contra suya juegan dos testimonios claves: el de Alejandro Lyons, su antecesor en la Gobernación, y el de Leonardo Pinilla. Como mandatario de Córdoba, Lyons encabezó el llamado cartel de la hemofilia y se apropió de miles de millones que provenían de los recursos públicos.
Él mismo ya admitió su responsabilidad en ese desfalco y aceptó cooperar con la justicia, lo cual ha venido haciendo desde mayo del año pasado. Continúa en Miami por solicitud de la DEA .
Lyons, sin embargo, ha protestado porque el Tribunal Superior de Bogotá admitió a la Gobernación de Córdoba como víctima en su principio de oportunidad con la Fiscalía. Es decir, la Gobernación, hoy en cabeza de Edwin Besaile, tendrá acceso a la información que brinde como testigo Lyons contra el propio Besaile.
Pinilla, por otra parte, es un abogado cordobés que ha defendido a exfuncionarios aparentemente involucrados con el cartel de la hemofilia. Él también logró un principio de oportunidad, que fue avalado la semana pasada, para volverse testigo de cargo en contra de 13 personas que estarían comprometidas con el cartel de la hemofilia.
Entre ellas, además de Edwin Besaile, está el congresista del Centro Democrático Daniel Cabrales —quien lo ha negado rotundamente— y el hermano de este, quien fue escudero de Lyons en la Gobernación, Cristóbal Cabrales. Está también una prima de Lyons, la representante del Partido de la U Sara Piedrahita Lyons.