El oeste de los Estados Unidos, con sus paisajes famosos gracias al cine, vive una crisis hídrica. Eso había escuchado Brian Richter, experto hídrico de la organización Sustainable Waters, pero no le había prestado atención al problema sino hasta que lo vio durante un viaje por carretera. Él, que había crecido en esta región, recordaba amplios campos de alfalfa y heno que hoy lucían desérticos, donde pastaba un sinfín de cabezas de ganado. Animales que terminarían en la mesa de algún estadounidense en forma de filetes, hamburguesas o lácteos. Sabiendo que lo único que podría hacer florecer esas montañas eran grandes cantidades de agua, decidió a investigar ¿qué estaba pasando? (Lea: Describen 69 nuevas especies de hongos en todo el planeta)
Para ello convocó a sus colegas, con los que empezó a investigar de dónde provenía el agua con el que los ganaderos irrigaban sus cultivos. En la mayoría de los casos, los científicos lograron trazar el recorrido del agua desde los ríos y arroyos hasta las granjas. Gracias a esa tarea se dieron cuenta que los principales usuarios de estas cuencas era la industria ganadera. Más del 50 % de la cuenca del río Colorado, por ejemplo, estaba destinado a alimentar a los animales. Esto, según ellos, suma mayor riesgo para más de 50 especies de peces que amenazan con extinguirse en estos ecosistemas.
Con ese resultado, publicado en la revista Nature Sustainability, los autores utilizaron datos económicos para ver las cadenas de suministro entre estas granjas hasta los corrales de engorde, donde salen convertidos en productos de lácteos y carne. El consumo de ellos por parte de los estadounidenses, estimado en abundancia de hamburguesas, filetes, leche, yogures, está relacionado con la sobreexplotación de agua de ríos en el oeste.
“Podemos ver cómo extraen el agua de un río específico, cómo la destinan a un cebadero específico y cómo se convierte en un producto que se lleva a un lugar concreto, donde se consume”, sostuvo Richter para National Geographic. Los científicos, además, precisaron que el ganado alimentado con agua de la región termina en grandes ciudades como Los Ángeles y Long Beach y el Área de la Bahía de California; Portland, Oregón; Denver, Colorado; y Seattle, Washington.