Emergencia por erosión en Guáimaro, a orillas del río Magdalena.

FB/ Jaime Saul Fontalvo

El corregimiento de Guaimaro tiene más de siete mil habitantes y está ubicado al frente del municipio de Ponedera, Atlántico, a orillas del río Magdalena.

El 17 de febrero, casi que súbitamente, se abrió una grieta que sigue la orilla del río Magdalena, y comenzó a tragarse trupillos y árboles bajos enteros. “Se rajó la tierra”, se lee en redes sociales. En los videos que circulan se ve la inmensa raja avanzar por toda la orilla del Magdalena.

De acuerdo con el reporte de Noticias Caracol, la situación de este corregimiento del municipio de Salamina es bastante grave. La corriente del río ya ha socavado 60 metros del muro de contención que protege a esta población, ya se ha llevado 4 casas del pueblo y algunas están a apenas 5 metros de la orilla.

De acuerdo con la gobernadora Cotes, el día de hoy hubo una reunión con Cormagdalena, Invias, el Departamento Nacional de Planeación, y UNGRD y la Alcaldía de Salamina para analizar la erosión. Lo que temen los habitantes es que, cuando llegue la época de subienda y de lluvias en abril, se les el río Magdalena se trague el pueblo, como sucedió con los trupillos, árboles insignes del Magdalena, que estaban en la orilla:

Video cedido por el habitante de Guáimaro, Juan José Vargas, al portal El Informador de Santa Marta.

Eviris Lara, habitante de Guáimaro, lleva 22 años cerca del río, le contó al diario local El Informador que anteriormente existían cinco calles en la zona, y que la erosión ha acabado con ellas. “Podíamos caminar por el sector. Ahora tenemos el río a pocos metros de las viviendas. Si la tierra se abre hoy ¿dónde me queda la casa? Ya es poco lo que falta. Pido al Gobierno que compre mi inmueble y yo miro para dónde me voy”.

Una grieta anunciada

A pesar de que la tierra se rajó súbitamente el 17 de febrero, según el testimonio de Eviris, el río empezó a “tragarse” la orilla del pueblo desde hace 8 años. Un estudio de Cormagdalena y la Universidad del Norte reveló en 2012 que desde hace por lo menos 15 años, el río se estaba metiendo en el Guáimaro. En ese momento, se determinó que era mejor trasladar a las familias para evitar desgracias.

Sin embargo, no es tan sencillo. Según Daddy Rodríguez, coordinadora departamental de la Unidad de Gestión del Riesgo por el Magdalena, muchas de esas familias son desplazados por la violencia paramilitar que retornaron a la región, y no quieren volver a irse.

 “El puerto de las embarcaciones que viajan entre Guaimaro y Atlántico está despareciendo, desde el año pasado están hablando de inversiones por más de 4 mil millones de pesos, pero nada se ha invertido, añadió Jaime Fontalvo, defensor de Derechos Humanos de ese corregimiento, al medio noticioso Primero Noticias.

Puntualmente, el 16 de mayo de 2017, el alcalde de Salamina, José Díaz, solicitó al Órgano Colegiado de Administración y Decisión de los Municipios Ribereños del río Magdalena y el Canal del Dique, la aprobación de un proyecto por $3.627.800.518 del Sistema General de Regalías para la rehabilitación de la margen derecha del río Magdalena, para evitar la inundación del corregimiento de Guáimaro Según el documento, la ejecución física tardaría 5 meses, es decir, que en septiembre. Ese incumplimiento es el que le reclaman al alcalde los habitantes de Guáimaro.

Desde hace un par de días, la gobernadora del Magdalena, Rosa Cotes, denunció a través de su cuenta de Twitter: “Hago un llamado a @infopresidencia @UNGRD y @Cormagdalena. Falla de San José y erosión amenazan al corregimiento de Guaimaro en el Magdalena. Es urgente la intervención de las entidades gubernamentales. Estamos ante una emergencia que no da espera”.

De acuerdo con Daddy Rodríguez, Cormagdalena, Gestión del Riesgo y la Gobernación estarán mañana en Guáimaro para estudiar acciones de mitigación del riesgo antes de que lleguen las lluvias y el río se crezca. Sin embargo, queda pendiente esclarecer las causas de la erosión.

Según el alcalde, la erosión es ocasionada por una isla que está al frente del corregimiento y desvía las corrientes del río Magdalena. Según algunos pobladores, tiene que ver con las obras de recuperación que se adelantan en el Canal del Dique.