Es la primera en los 20 años del Metro de Medellín que se da un ataque como el que sufrió Jessica Obando este sábado, sin darse cuenta. La joven de 20 años, que se movilizaba sobre la línea A del sistema, sitió de repente un dolor en su cadera, revisó su camisa hacia un costado y la encontró rota, y manchada de sangre. En ese momento el vagón en donde viajaba se encontraba sobrepoblado, indicó la afectada, así que sin ninguna prueba no pudo saber quién fue el responsable.
El tren había acabado de salir de San Antonio cuando Obando se enteró. En efecto, uno de los auxiliares del sistema la asistió, brindándole atención preliminar y trasladándola con ayuda de otros funcionarios a un centro médico. Allí la vacunaron y cocieron su herida, ocasionada al parecer con arma blanca (navaja o cuchillo).
Una de las explicaciones que da la víctima es que hayan tratado de robarla. "No hubiese escuchado por haber llevado audífonos", manifestó la joven. Por otra parte, las autoridades se cuestionan si pudo haber sido un objeto filoso de un bolso o algún descuido. Sin embargo, "la seguridad del Metro por estos días ha estado afectada: primero por los grafitis pintados sobre los vagones y ahora por esta ocasión", denunció Juan David Parra, jefe de Servicio al Cliente del sistema masivo de la capital antioqueña.