La Navidad del Alcatraz

Más de mil hombres y mujeres se encargan de vigilar en la costa Caribe, en la costa Pacífica, en el archipiélago de San Andrés y Providencia. También hacen presencia en los ríos Orinoco y Amazonas.

Pedro Mendoza
17 de diciembre de 2018 - 08:50 p. m.
En Colombia, e Grupo de Guardacostas comenzó a operar en  1979.  / Pedro Mendoza
En Colombia, e Grupo de Guardacostas comenzó a operar en 1979. / Pedro Mendoza

Empezando la tarde en la Bahía de Cartagena, la teniente de navío Stefanny Misse Peñaranda se baja de una lancha tipo Defender. Es la Comandante de la Estación de Guardacostas de Cartagena y la primera mujer en este cargo en la historia de la Armada. Le da unas instrucciones a la teniente de corbeta Andrea Ramírez, una de las cinco mujeres bajo su mando, así como los 103 hombres con los que tiene la misión de desarrollar el Plan Alcatraz que ya se inició en todo el país.

“Esta iniciativa del comandante de la Armada Nacional busca garantizar e implementar todas las medidas necesarias para asegurar la permanencia y el tráfico de los buques en los diferentes puertos y bahías con el propósito de que no sean objeto de hurtos ni de contaminación por parte del narcotráfico”, afirma a El Espectador el Capitán de Navío Carlos Delgado , comandante de Guardacostas de la Armada.

Alcatraz, como una estrategia nacional, está diseñada para las bahías y puertos, además de las zonas turísticas, negando el acceso a las líneas de comunicación marítima en aguas colombianas a cualquier actividad delictiva o grupo organizado que pretenda usarlas. “En este momento el grupo que comando está alrededor de los 1.200 hombres en la parte administrativa como en la parte operacional, desplegados en la costa Caribe, en la costa Pacífica, en el archipiélago de San Andrés y Providencia, estamos haciendo también presencia en la Fuerza Naval del Oriente, en el rio Orinoco, así como en el río Amazonas” concluye el capitán Delgado, al tiempo que destaca el papel de la mujer en la institución y en las operaciones de interdicción marítima.

La Teniente Peñaranda, ya en su oficina, revisa unos papeles. Seguimos hablando de Alcatraz y le pregunto por la Navidad, se siente la nostalgia en su mirada, me cuenta de la cena que tendrá con algunos miembros de su estación, los otros estarán en el mar. Su familia es completamente militar, por eso las navidades son lejanas para los encuentros. “Somos cuatro mujeres, la más antigua soy yo, hay una teniente de la Policía y dos abogadas tenientes de corbeta de la Armada”, su papá fue jefe de la Armada y su mamá fue agente de policía. Un poco difícil coincidir todos, dice esta mujer de mar. “Todos están disfrutando la fecha especial, nosotros allá en el mar protegiéndolos y velando por la seguridad.”En el Caribe, Guardacostas tiene diez estaciones dispuestas en los principales puertos y destinos turísticos. Son 650 hombres y mujeres de mar en estaciones que van desde Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, San Andrés, Ballenas, Puerto Bolívar y Providencia.

Son días con sus noches en un trabajo que se replica también en el país, son catorce puntos que guían la carta naval de estos hombres y mujeres de mar, destacándose la preservación de la vida en el mar, el control de contrabando, tráfico de sustancias ilícitas, armas, mercancías no autorizadas, cuidado del medio ambiente marino y el control de las actividades náuticas entre otras funciones.

El grupo de guardacostas es relativamente nuevo en la historia naval del país, fue creado en 1979 pero su operabilidad empezó en 1991 de manera definitiva.

La seguridad

Sus unidades son grises, color que ayuda a camuflarse en el mar, rayas rojas y amarillas en los cascos, identificación que es a nivel mundial y a diferencia de los Unidades mayores de la Armada colombiana como fragatas y submarinos, no tienen nombre

Todos ellos usan un uniforme de color azul con una camiseta de color naranja, es un material especial reflectivo para ser ubicados con facilidad en el mar. Llevan las identificaciones de color amarillo, el grado militar en el cuello o el hombro, al lado del corazón la especialidad naval y la palabra Armada. Al lado derecho el apellido y el símbolo de guardacostas con dos líneas rojas que se destacan. Botas especiales para trabajo en el mar, comunicaciones y para algunos armamento. Todo esto se esconde navegando en los chalecos salvavidas.Unas 105 millas náuticas separan Cartagena de Santa Marta; el recorrido en un buen mar tipo uno, como dicen los marinos, se puede hacer entre seis y siete horas. Allí se encuentra el Capitán de Fragata Jorge Mario Sánchez García, es de Anserma (Caldas) y lleva 22 años en la Institución. Lo primero que hablamos es sobre Alcatraz, su importancia para la bahía, donde la tradición de la Sierra Nevada se complementa con el Parque Nacional Tayrona.

“La estación de Guardacostas Santa Marta la conforman 95 tripulantes, entre ellos cuatro mujeres y 91 hombres; estos se encargan de garantizar la seguridad de la vida en el mar, planear y ejecutar operaciones que permitan minimizar el número de emergencias en el mar”, explica el capitán Sánchez. Añade que aparte del narcotráfico, en la ciudad se presentan diferentes casos como operaciones de búsqueda y rescate, pesca ilegal, evacuaciones en el mar y en áreas protegidas, derrame de hidrocarburos, desastres naturales y robo. Para su trabajo tiene el apoyo de lanchas de reacción rápida, unidades Midnight, binomios caninos antinarcóticos y buzos para atender las emergencias.

Su Estación primaria ha logrado impedir que las organizaciones de crímenes transnacionales empleen rutas marítimas como principal medio de transporte. Evidencia este trabajo la incautación, en el mes de octubre pasado, de 608 kilogramos de clorhidrato de cocaína durante la inspección de una motonave con bandera internacional, de Monrovia, el “Hammonia Husum”.

En el Pacífico se encuentra el Capitán de Fragata Ibis Luna, Comandante de Guardacostas de esa área del país, con una longitud de costa de 1.300 kilómetros desde la frontera con Panamá hasta la frontera con Ecuador, se muestra satisfecho con la operación Alcatraz, la cual implementa en tres estaciones: Bahía Solano, Tumaco y Buenaventura.

El Capitán sostiene que en su jurisdicción el Plan reviste importancia debido a que en el Pacífico colombiano el transporte marítimo es el principal medio usado por sus habitantes. “Esto hace muy relevante que el incremento de las medidas de seguridad tomadas por la Armada Nacional en el Plan Alcatraz se apliquen adecuadamente para brindar la tranquilidad necesaria a la comunidad marítima en todas las actividades que se realicen en el mar”. Doscientos tripulantes tiene bajo su jurisdicción, de los cuales ocho son mujeres. Fiel a la tradición naval, hará la cena de Navidad y la compartirá con sus tripulantes. Una noche de trabajo de compañeros, de mar pacifico.

Y de este mar de nuevo al Caribe en Cartagena, donde el apoyo de guardacostas cobra un interés por las instalaciones portuarias y turismo. Para la sociedad Portuaria de Cartagena la actividad de cruceros completó entre el 11 y 15 de diciembre, 14 embarcaciones con un total de 38.373 visitantes y un gasto estimado de 4,2 millones de dólares que impactaron positivamente la economía local. La temporada 2018-2019 traerá en total 227 cruceros y 655.445 visitantes a la ciudad de Cartagena con un impacto económico de US $70.835.783.

“Los colombianos hemos evolucionado mucho, hubo un tiempo que teníamos la espalda al mar, la conciencia ha ido mejorando no solamente en no contaminar si no enfocar nuestro desarrollo como país hacia la parte marítima, el comercio el transporte las actividades náuticas el turismo”, comenta el Capitan de Fragata Didier Fernando Duarte Garay, encargado del grupo de Guardacostas del Caribe.

Las luces de Navidad empiezan a encender las murallas y se ve la silueta iluminada de la torre del reloj de Cartagena. Por esa magia del Caribe pasan volando muy cerca de la lancha Defender un par de alcatraces, los pescadores dicen que solo vienen a tierra para anidar y cuidar las crias, pregunto por la Navidad al Capitán Duarte, quien sonríe y contesta “Nuestro mejor regalo es la sonrisa de un niño o de un ciudadano que se siente seguro”. Con voz fuerte dice : “Marino , todo el timón a babor, enfile a puerto seguro”.

 

Por Pedro Mendoza

 

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