El 23 de enero de 1994, un grupo de guerrilleros del Bloque José María Córdoba de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), y disidentes del Ejército Popular de Liberación (Epl) entró a La Chinita, un barrio de invasión en el municipio de Apartadó, y disparó indiscriminadamente a la población.
De las personas que se encontraban en un baile público, organizado por Rufina Gutiérrez para recaudar fondos para sus cinco hijos, lugar en donde ocurrió la masacre, 35 perdieron la vida y otras cuantas resultaron lesionadas. Varias de las personas asesinadas eran militantes o simpatizantes de ‘Esperanza, Paz y Libertad’, un movimiento político legal que surgió tras la desmovilización del Epl en 1991.
La masacre de La Chinita marca el inicio de una agudización entre el conflicto de la guerrilla y los paramilitares de la zona. Fue entonces cuando ocurrieron matanzas como las de El Aracatazo, en 1995, Bajo del Oso, en 1995, y Osaka, en 2001.
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De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, solo entre 1986 y 1996 ocurrieron alrededor de 60 masacres, y se registraron los más altos niveles de desplazamiento forzado, homicidios y desapariciones.
En el año 2000, grupos de indígenas, campesinos y víctimas del conflicto construyeron comunidades de paz como formas de resistencia. Fue hasta 2010 que, con el apoyo de la Fundación Cultura Democrática (Fucude), se inició un compromiso de trabajo con el Grupo de Memoria de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) para la recuperación de memoria histórica. Así surge la Asociación de Víctimas de Urabá (Asovima).
En 2016, el exguerrillero y jefe negociador de las Farc, Iván Márquez, se reunieron con las víctimas y pidió su perdón. "Compenetrados con el más profundo sentimiento de humanidad y de respeto, hemos venido a La Chinita 22 años después de aquel triste 23 de enero con el corazón compungido, a pedirles perdón con humildad por todo el dolor que hayamos podido causar en el transcurso de esta guerra", fueron sus palabras.
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Este miércoles 23 de enero, 25 años después de la masacre, los habitantes de La Chinita realizarán una eucaristía en el Parque del Sendero de la Reparación Colectiva para conmemorar a las víctimas. Los exintegrantes de las Farc, que pidieron perdón dos años atrás, están invitados a la ceremonia.
Los sobrevivientes de la masacre aseguran que pudo ser evitada cuando, en octubre y noviembre de 1993, fueron amenazados públicamente por las Farc. Sin embargo, las autoridades no acudieron al aviso de la comunidad.
Actualmente, en zonas como el Bajo Cauca, Urabá, Nordeste y Valle de Aburrá, persiste el número de homicidios. En un balance realizado en septiembre de 2018, se encontró que 1.690 asesinatos fueron registrados en Antioquia, lo que significó un incremento del 21.2 por ciento en relación al 2017.