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Armando Tapias recogió un huevo de caimán y lo llevó a su casa en El Paso (Cesar), hace cinco años. Según contó a el diario El Heraldo, había visto matar a la madre en las playas de Machique, en Venezuela, y 15 días después regresó al lugar, vio el nido y tomó la decisión: en la casa habría una nueva “mascota”. Sin embargo, el tamaño que alcanzó el animal hizo que decidiera entregarlo a las autoridades ambientales del departamento. Lea también: Caimán del Magdalena reaparece en Neiva luego de 30 años.
“El señor Tapias reportó la situación a Corpocesar manifestando el deseo de entregar al caimán, posteriormente el equipo técnico se desplazó al lugar donde se formalizó la entrega voluntaria del espécimen y trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre de la corporación, donde se le practicaron los exámenes correspondientes para establecer el estado de salud”, manifestó al diario El Heraldo el médico veterinario de Corpocesar Marino Zuleta.
En el rescate participaron funcionarios de la alcaldía, miembros del Ejército Nacional, profesionales de la Corporación Autónoma regional del Cesar y la Fundación Hidrobiológica George Dahl, pertenecientes a la Red de Fauna y Flora de este departamento.
El animal fue trasladado a las instalaciones del Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar, donde se evaluará si es capaz de cazar por sí solo y se determinará la fecha y lugar de liberación.
Sobre el caimán aguja
En su adultez, el caimán aguja puede alcanzar los 5 metros de largo y un peso promedio de 500 kilogramos. Se alimenta de toda clase de vertebrados, incluidos mamíferos de gran tamaño.
Desde 1994 está catalogado como especie vulnerable y por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, desde 1998, como especie en peligro de extinción. Esto a debido a que es blanco de traficantes que venden su piel para la creación de bolsos, zapatos y carteras.