¿Por qué creer en el folclor colombiano?

Fernando Urbina Chuquín tiene un proyecto de vida llamado Tierra Colombiana, la academia artística que preside y con la que recorre el mundo mostrando la verdadera identidad nacional.

Sebastián Arenas / @SebasArenas10
22 de marzo de 2017 - 11:29 p. m.
Fernando Urbina Chuquín en la sede de un proyecto de vida: Tierra Colombiana. / Gustavo Torrijos
Fernando Urbina Chuquín en la sede de un proyecto de vida: Tierra Colombiana. / Gustavo Torrijos

La pelota de fútbol rueda de forma similar en todos los países del mundo, las ruedas de las bicicletas giran igual en cada parte del planeta y la música de moda hoy en día parece tener un ritmo parecido. Por eso, Fernando Urbina Chuquín, director del Ballet Folclórico Tierra Colombiana, considera que “la verdadera identidad de Colombia es su folclor”. A eso dedica su vida, a moldear talentos para que viajen por el mundo mostrando lo que es el país. Es bambuco, mapalé, joropo, cumbia.

Este hombre, que el 14 de marzo cumplió 62 años, lleva más de 40 dedicado a la danza. Su creencia en el folclor nacional comenzó cuando decidió bailar, a los 18 años de edad, con el grupo del Sena, donde estudió y se graduó de administración bancaria. No ejerció dicha profesión porque se dio cuenta de que las coreografías y la formación de artistas debían ser su proyecto de vida y fue así como se decidió a viajar por Colombia, a conocer sus costumbres, música y bailes típicos. Fue llamado para dirigir el ballet del restaurante Tierra Colombiana, lugar de donde hace 37 años nació la compañía que ahora preside, una de las más reconocidas en el país.

“La experiencia de mostrar nuestra identidad por el mundo es algo que me llena de orgullo, que ha fincado en mí la identidad y el orgullo de ser colombiano”, le dijo a El Espectador Urbina, quien “por todo el trabajo realizado, por el rescate del folclor y por mostrar la imagen de Colombia” se ha hecho a galardones como la Orden de la Democracia Simón Bolívar, en el grado de Cruz Comendador, entre otros. Eso sin olvidar los festivales ganados en Francia y Bélgica, los vítores alcanzados en España, Italia y Corea, y los múltiples reconocimientos internacionales.

El arte sí da réditos, pero hay que saber desempeñarlo, sobre todo cuando está en juego la imagen del país en el exterior, “porque es una forma de mostrarle al mundo que en Colombia somos diferentes, que somos bien distintos a lo que aparece generalmente en las noticias. Somos un país maravilloso, con gente maravillosa”.

No hace escándalo de su obra. Forma a niños desde los cuatro años en Tierra Colombiana y después los hace transitar por el ballet infantil, juvenil, preprofesional, profesional y dorado. Con todos ha viajado por el planeta difundiendo el folclor colombiano.

Tiene una hija de 33 años y cuatro hermanos (tres hombres y una mujer). No obstante, su hogar es la academia. Allí lo llaman “Maestro”. No hay mejor calificativo para referirse al hombre que se la ha rebuscado para viajar por Europa, América y Asia poniendo en escena coreografías conformadas con la más hermosa colombianidad.

Por Sebastián Arenas / @SebasArenas10

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