Un buque sin mar

Adquirida en China a un costo de US$13 millones, la embarcación tiene entre sus misiones brindar apoyo a la investigación científica marina. Sin embargo, el desgaste en algunas de sus piezas la tienen inmovilizada hace más de un año. La Dirección General Marítima confía en la garantía del fabricante.

Pedro Mendoza / Cartagena
22 de agosto de 2019 - 07:56 p. m.
El ARC Caribe lleva un año amarrado en el muelle de Cartagena. / Fotos: cortesía
El ARC Caribe lleva un año amarrado en el muelle de Cartagena. / Fotos: cortesía

En junio del año pasado en el muelle de la Base Naval ARC Bolívar, en Cartagena, había fiesta: arribaba a puerto el buque ARC Caribe. Sonaban los himnos, los marinos uniformados, las banderas y gallardetes de los buques empavesados. La fiesta, que se pensaba sería de muchos años, solo duró unas horas. El buque, fabricado en China en 2017, presenta daños en varias de sus piezas y no puede navegar hasta que sean reparadas o remplazadas.

Traído desde el país asiático con un costo superior a los US$13 millones, está amarrado, término marinero que quiere decir que está pegado al muelle, no zarpa. Esta historia ya tiene un año y un par de meses y parece un cuento chino que el buque adquirido para la Dirección General Marítima (Dimar) no pueda cumplir su misión.

Este diario publicó el 8 de junio del año pasado, bajo el titular “Un nuevo buque para investigar los océanos del país”, el arribo del ARC Caribe. “Este buque va a suplir una serie de necesidades a la Armada y complementa nuestro componente de investigación marítima”, aseguró en ese entonces el vicealmirante Mario Germán Rodríguez Viera, máxima autoridad de la Dimar. Palabras que parece se las llevó el viento.

Todo empezó el mismo día que la nave arribó. El buque en su travesía ya había presentado algunos problemas, pero los marinos colombianos, con su profesionalismo, lo trajeron a puerto seguro. La tripulación la componían 28 hombres y dos mujeres entrenados y formados para las faenas del mar en un buque con sesenta metros de eslora (largo) y quince de manga (ancho) y donde se tendrán contenedores configurados para las diferentes misiones y operaciones de investigación científica.

Varias veces El Espectador preguntó por qué estaba siempre en el muelle. Algunas respuestas eran evasivas y otras de silencio. Y es que era lógico verlo, pues a diferencia de los demás buques de la Armada, que son grises o blancos, el color del ARC Caribe, se destaca: es un naranja intenso que tiene el número 152 en la proa.

Respuestas desde el Ministerio

Hace unos días una información prendió las alarmas. Las respuestas oficiales se podrían obtener y así entender por qué si la razón de un buque es navegar, con el ARC Caribe eso no ocurría. Equipos, mamparos, electrónica de última tecnología, sonares y otras piezas esperan tener, igual que sus marinos, contacto con el mar. El Espectador indagó por este asunto en el Ministerio de Defensa, donde el vicealmirante Juan Manuel Soltau, director general marítimo, respondió una serie de preguntas para entender esta historia de mar, que navegó por Hawái y San Diego, para terminar en Cartagena en una travesía que duró dos meses.

Lo primero era saber las características del buque y cuál era el beneficio que obtenían los colombianos. “El buque está catalogado como un buque hidrográfico multipropósito. Esta embarcación tiene como función principal brindar apoyo a la investigación científica marina, en misiones de seguridad integral marítima, transporte de carga y salvamento marítimo”, explica el almirante, quien afirma que este buque es importante en la información sobre los fondos marinos, el subsuelo, la columna de agua y los litorales. “Actividades necesarias para generar productos y servicios que la Dirección General Marítima pone a disposición de la comunidad, para el tránsito seguro de las embarcaciones en las aguas territoriales colombianas”.

Hablemos de la compra...

Desde el mismo día que el buque arribó a Cartagena, El Espectador preguntó por qué se compra en China un buque cuando la tradición en la Armada colombiana es adquirirlos en países como Alemania, Estados Unidos o España. ¿Comprar en un país como este garantiza repuestos, mantenimiento y capacitaciones de tripulación, entre otros componentes?

“Si bien la construcción del buque se llevó a cabo en China (construido previamente a la adquisición por Colombia), un factor que se tuvo en cuenta para la selección de este buque es el soporte y la garantía por venta, que incluye los fabricantes de equipos y componentes principales”, sostiene Soltau, quien en su comunicación hace referencia a las garantías que se ofrecen. “Es de resaltar que China es uno de los principales actores mundiales en materia de construcción naval”.

Para este proceso de adquisición del buque, dice la Dimar, se hizo un estudio de mercado internacional en el que participaron dieciocho empresas, entre astilleros constructores, brokers y armadores. Además, comenta que recibieron información de 73 tipos de buques con las características que se requería.

¿Y por qué no se construyó en Colombia un buque con esas características, cuando se promociona la industria naval nacional por medio del Astillero Cotecmar? La Dirección General Marítima dice que el astillero colombiano “anunció no poder ajustarse dentro de los tiempos requeridos en el cronograma establecido para la construcción y puesta en operación del buque, por lo cual se decidió comprar un buque ya construido”.

Entonces, si se estructuró una compra y había garantías, ¿por qué el buque comprado a China no cumple sus funciones?

El ARC Caribe tiene problemas de navegabilidad que empezaron en su tránsito hacia Colombia, responde la Dimar. “El buque presentó algunos niveles de vibración en una de sus líneas de ejes, que transmite la fuerza del motor propulsor hacia las hélices, permitiendo el movimiento del buque, siendo reportado de inmediato al vendedor dentro del período de garantía de la unidad”.

A su llegada a Colombia, la embarcación fue sometida a una verificación minuciosa, que permitió evidenciar desgaste en algunas piezas. “Con el fin de evitar daños mayores, se decidió suspender las operaciones del buque, en espera del reemplazo por garantía de las piezas afectadas y la corrección de la causa raíz de la falla”, dice Soltau en la comunicación recibida por El Espectador. Y añade: “El vendedor del buque, Marine Assets Corporation (MAC), en acompañamiento de la casa clasificadora ABS y Caterpillar (CAT) se encuentran adelantando los trabajos para su puesta en operación, en cumplimiento de la garantía técnica”.

Una variable que ha llamado la atención en esta historia es la relación de economía con la calidad. Un buque no se compra todos los días y las necesidades de las marinas van mas allá de tener unidades a flote. La Dimar dice que la compra de la nave a China se sustentó en diferentes estudios en varios puertos del mundo. “La evaluación de las propuestas contemplaba diferentes variables técnicas de ponderación relacionadas con el impacto económico (costo y año de construcción), soporte logístico (garantía y respaldo posventa) y de cumplimiento de características esenciales para el cumplimiento de la misión. Por tanto, la selección del buque ARC Caribe conllevaba implícita su construcción en China”.

La respuesta hace referencia a que “el buque ARC Caribe fue adquirido mediante un proceso de compra internacional a través de la Agencia de Compras Fuerza Área Colombiana (Acofa) que suscribió el contrato n.° 026-Acofa-ARC-2017 con la empresa Marine Assets Corporation (MAC), por un valor de trece (13) millones de dólares. Además de dicho costo se adquirió dotación y equipo para el buque, considerados como elementos de seguridad, herramientas y material consumible entre otros, por valor de 935.640 dólares”, sostiene el documento en el que se explica que el último valor se incorporó al contrato “utilizando recursos de diferencial cambiario, dado que para las fechas en que se realizaron los diferentes pagos del contrato, la tasa representativa del mercado se encontraba por debajo del valor del dólar proyectado para el mismo”.

Desde septiembre de 2018, añade la Dimar, se decidió suspender las operaciones del buque en espera del reemplazo por garantía de las piezas afectadas y la corrección de la causa raíz de la falla, a fin de evitar daños mayores a los sistemas de propulsión. En estos momentos, según el almirante Soltau, “la reparación se está llevando a cabo en cumplimiento de la garantía técnica, a cargo del contratista. Los entes de control del Estado se encuentran al tanto del proceso adelantado y la situación actual del buque”.

Decía Gabriel García Márquez, cuando navegó por el río Magdalena, que lo mejor del viaje era si el barco se varaba porque entonces vendría una fiesta de varias semanas con acordeón. En este caso, aunque Gabo es Caribe como el buque de la Dirección General Marítima, las cosas no están para fiestas.

Por Pedro Mendoza / Cartagena

 

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