:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/vlWoDO6GOreFCfogqKCeuQMKPCM=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/AG5HPBO2I5GNHLI5OC6VCYJQIQ.jpg)
"¡Los queremos libres, vivos y en paz!": El domingo 6 de junio de 1999 se escuchó el clamor de todo un país que pedía la liberación de 93 personas que fueron secuestradas por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) en Cali.
El domingo 10 de mayo de ese mismo año, casi 200 personas asistieron, como era usual, a la eucaristía de la iglesia La María, ubicada en el barrio Ciudad Jardín.
La paz se disipó cuando hacia las 10:30 a.m., hombres armados y uniformados irrumpieron en el lugar y se presentaron como miembros del Gaula. Dos de ellos, uno a cada lado de la iglesia, se ubicaron junto al padre Jorge Humberto Cadavid, quien lideraba la ceremonia.
“Somos del Gaula. Tenemos información de que hay una bomba aquí. Dígales a todos que tienen que evacuar y que se suban a las camionetas que están afuera”, fue lo que escuchó el padre mientras trataba de continuar con el ritual. El párroco sospechó y repitió las palabras de los hombres en voz alta, pero con un tono de burla para que los feligreses no le creyeran.
Los creyente salieron con desconfianza y fueron obligados a ingresar a los vehículos. No pasó mucho tiempo antes de saber que dichos uniformados eran en realidad guerrilleros. Así comenzó el que sería conocido hasta hoy como el secuestro más numeroso en la historia de Colombia.
También le puede interesar: Homenaje a las víctimas de la masacre de La Rochela
De 194 personas retenidas, 101 recobraron su libertad, algunas porque fueron dejadas en el camino por presión del Ejército, y otras porque lograron escapar. Fueron llevadas al Batallón Pichincha de Cali y allí pudieron reunirse con sus familiares.
La liberación de las 93 personas que seguían en las manos del grupo armado fue progresiva y cada una tuvo un precio. El 11 de diciembre de 1999 (seis meses y medio después) la última persona fue dejada en libertad.
Para conmemorar este hito de la violencia en Colombia, se realizará una eucaristía en la iglesia La María y se presentará la exposición “Pintar para no olvidar. 20 años del secuestro en la iglesia La María”, realizada por Juan Daniel Otoya, una de las personas secuestradas. La obra permanecerá a la vista del público hasta el 3 de junio.