El chef de la Filbo

El chef y cantante lírico Leandro Carvajal. / Cortesía

En esta versión de la Feria la carpa Libros para Comer tendrá una programación exclusiva para hablar del maridaje entre la gastronomía y la literatura, y para probar algunos platos inspirados en grandes clásicos. 

El chef y cantante lírico Leandro Carvajal es uno de los gestores de este espacio desde hace tres años, pero esta será la primera vez que esta carpa estará enteramente dedicada a una programación tan nutritiva. Será como hacer visita en la cocina: en la tarima estará Carvajal preparando una receta en vivo y una mesa en la que los invitados conversarán acerca de un clásico literario y su relación con la gastronomía. Se busca que el público lea, escuche y coma, pues al final le llegarán a sus manos bocados de ese plato que se ha estado preparando.

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Esta idea comenzó en la Librería Casa Tomada con el club Gastronomía y Literatura y fue repensada para que en la Filbo pudiera llegar a un público más amplio: “Pensamos en cómo hacer que nuestra conversación llegara al otro lado, creara chisme, que el otro se interesara”, comenta Leandro Carvajal. Así, en “Más allá de las magdalenas de Proust”, el chef cocinará para el público un risotto de calamares; en “La charcutería del vientre de París” se hablará de la comida en la obra de Émile Zola; en “Francachela y comilona” se recordará a Rafael Pombo no solo por su escritura para niños, sino por su poesía para adultos; “Las galletas de jengibre y anarquía de Bartleby” será una charla entre Santiago Rivas y Javier Beltrán, y en “La mesa y la barra, los lugares del flâneur moderno”, participará el escritor español Ignacio Peyró con su libro Comimos y bebimos, notas de cocina y vida.

Además de eventos performáticos como estos en los que habrá cocina en vivo, la carpa Libros para Comer tendrá lanzamientos y conversatorios dedicados a literatura que de alguna manera se pueda también degustar, pues, como dice Carvajal, “leer es comer. Escribir es como cocinar”.

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Es interesante esta búsqueda por desmitificar la “alta gastronomía” o repensar el término de “literatura de culto” para que estos mundos sean también un divertimento y se acerquen a todos, incluyendo a los niños. Habrá eventos para saborear los dulces de Roald Dahl, los caminos de migajas de Hansel y Gretel y los pasteles de Alicia en el País de las Maravillas. Aquí, aclara el chef de la Feria, “lo importante es la literatura. La cocina es el bajo fondo, es lo que nos reúne”.