El Magazín Cultural

Músicos y artistas marinillos alzan su voz en pro de la defensa de sus derechos

Marinilla es uno de los nueve municipios situados en la zona del Altiplano del Oriente de Antioquia; un pueblo con una tradición cultural, musical, religiosa y conservadora, bastante marcada, que le ha permitido ser reconocido en diferentes regiones de Colombia, incluso, a nivel mundial, por sus diversas manifestaciones.

Henry Orozco/@SoyHenryOrozco
30 de diciembre de 2017 - 05:00 p. m.
Parque principal del municipio de Marinilla, Antioquia. / Archivo particular
Parque principal del municipio de Marinilla, Antioquia. / Archivo particular

Marinila es un municipio que le ha permitido ser reconocido en diferentes regiones del país. Entre ellas se encuentran el Festival Internacional de Música Religiosa, de gran referencia internacional por la calidad de músicos que  lo integran y celebrado en semana santa; además de poseer el museo de cristos más grande del mundo con 2.760 piezas, una iniciativa de Roberto Hoyos Castaño, quien dejó como legado a Marinilla su preciado tesoro: los cristos.

Este Municipio también es conocido como La Esparta Colombiana, acorde a las batallas que otrora se libraron en el territorio y que se comparan con las batallas de la antigua ciudad de Grecia: Esparta; además Marinilla, por su rica cultura musical y la práctica de Luthiers, fabricantes de instrumentos de cuerda frotada y pulsada, se ha atribuido el título de “Ciudad con alma musical”, y meritoriamente se debe reconocer que este pueblo encierra música, alegría y vida en los senderos, caminos,  y aceras  que integran sus calles, donde es muy común ver a un joven –o dos, o tres… o diez o más—con una guitarra en mano, un ukelele, una flauta, una tambora, unas congas, incluso un violín o trombón, haciendo vibrar el alma de quienes disfrutan, interpretar, al aire libre su arte y sus pasiones.

Un pueblo que se enaltece de ser una cuna de artistas, músicos, pintores, escultores, bailarines entre la diversidad cultural de las que se compone.

En diciembre, por ejemplo, se convierte en un escenario colorido, con alumbrados públicos que cautivan el interés de cientos y miles de nativos y turistas que recorren el malecón, turístico de Marinilla, con el ánimo de disfrutar la magia de las luces, de tomarse una foto, de dispersar pensamientos entre risas, pitos, cánticos, música y cuantas actividades se ejercen en sus calles –con ánimo y sin ánimo de lucro—de acuerdo con las necesidades económicas o solidarias de quienes proveen productos, servicios o simplemente buscan satisfacer el espíritu de cuanto transeúnte divague por el camino peatonal que resplandece en este pueblo.

Sin embargo, es un territorio que se rige bajo una normatividad gubernamental, como cualquier municipio en Colombia, con un sistema de gobierno estipulado en una constitución política, para nuestro caso con vigencia de 1991 y en la que se estipula que:

“Artículo 82. Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular.

Las entidades públicas participarán en la plusvalía que genere su acción urbanística y regularán la utilización del suelo y del espacio aéreo urbano en defensa del interés común”.

De acuerdo con eso, la Secretaría de Gobierno en función de garantizar el uso adecuado del espacio público del municipio exige a los habitantes de Marinilla gestionar un permiso para ejercer actividades en el espacio público, bien sean las mismas de carácter económico o con sentido social.

La conducción de Juan Camilo Botero, el músico marinillo

La noche del pasado 26 de diciembre, siendo aproximadamente las 9:00 p.m., se presentó una situación comprometedora con el músico en mención, cuando una mujer –“quien no se identificó formalmente”—según el músico, y a quien reconoció como un funcionario público, le solicitó retirarse del lugar donde se encontraba interpretando su flauta para el deleite de los visitantes al malecón turístico; Botero refutó su orden y exigió a la misma le enseñara el decreto que estipula la regulación del uso del suelo, para ejercer actividades culturales, en pro del arte y de las cuales conoce la protección que brinda la constitución en su país, Colombia.

El hecho trascendió al uso forzoso de la fuerza pública –Policía nacional—y Botero fue conducido a la estación de comando del Municipio, donde se le entregaría información respecto a la generación del oficio, como solicitud de permiso para ejercer su muestra cultural u actividad económica; este suceso no tuvo el desenlace esperado y Botero, en vez de recibir información orientadora en cuanto al permiso acarrea, estuvo retenido y esposado por varias horas.

Ver video: 

Video realizado por representantes del sector artístico y cultural de Marinilla, en cuanto al suceso que compromete a uno de sus miembros.

El Secretario de Gobierno de Marinilla, Juan Carlos Tobón Naranjo, asegura qua a Juan Camilo Botero:

“Primero se le hizo un llamado de atención, no porque estuviera tocando, sino que se le llamó la atención porque estaba haciendo un indebido aprovechamiento del espacio público.

Para hacer un aprovechamiento del espacio público, bien sea una protesta, manifestación, cabalgata o cualquier actividad en espacio público, se deben sacar unos permisos y se debe cumplir con una normatividad legal que está vigente al día de hoy”

Además, agregó que:

“A Juan se le requirió por eso; porque estaba haciendo una indebida utilización del espacio público; ejerciendo una actividad económica y cultural, porque se estaba lucrando de ella; por esto se le requirió, se le dijo que por favor se retirara y que gestionara el permiso ante la inspección de policía y la dependencia de espacio público” (SIC).

Según declaraciones oficiales, Botero “se alteró y dijo que tenía sus derechos, pero sin reconocer que también tiene sus deberes, que son correlativos a esos derechos”.  

“Siguió inacatando la autoridad cuando se le había informado que necesitaba un permiso. El hecho de que sea músico y que esté haciendo una expresión musical no tiene absolutamente nada que ver con el cumplimiento de la normatividad legal, que haga su manifestación pero que saque el permiso”.  

Juan Carlos Tobón Naranjo, Secretario de Gobierno del municipio de Marinilla.

Para obtener el permiso es necesario hacer una solicitud, por escrito, dirigida a la Secretaría de Gobierno, a la Inspección de Policía o, a, Espacio Público; en esta, se debe especificar  qué tipo de actividad se pretende realizar, con qué finalidad, -si es cultural, social o económica-  en qué lugar o espacio físico, durante qué días y en qué horarios;  para que así, de este modo los entes encargados de administrar el espacio público, sepan qué va a estar ubicado en dichos espacios, los cuales se hacen llamar públicos.

Depende de la actividad se le determina el uso del espacio, en el que están los horarios y las pautas que no alteren la convivencia de los ciudadanos, entre ellas están:

-No usar altos niveles de volumen

-No alimentarse del alumbrado público

-No obstruir el paso de los caminantes

-No atentar contras las normas sanas de convivencia

Estos permisos pueden tener un cobro dependiendo de la actividad que se vaya a realizar, si es una actividad comercial en la que se genera un lucro, la Administración Municipal cobra una suma menor a un salario diario, aproximado a los 20 mil pesos colombianos.

“Si es una actividad cultural, social o de carácter comunitario no se cobra porque no se está persiguiendo un lucro, en este caso lo que lucra a la Administración es social porque visibiliza que está prestando el espacio público para beneficio social, en pro de la comunidad, o va a llevar beneficios. Dependiendo el permiso se cobra, si es para un tema cultural no se cobra”,  asegura Juan Carlos Tobón Naranjo.

Tobón manifiesta que usualmente se conceden los permisos. Lo que es muy recurrente es ver que la comunidad no está acostumbrada a solicitarlos, lo cual se representa como un desacato a la autoridad y a la norma, sin contar con el principio base que reza “el desconocimiento de la ley no lo exime de ella”.

Para los representantes, músicos y culturales en Marinilla, el acto presente se evidencia como una agresión en contra de la libre expresión cultural y una vulneración a un derecho constitucional, tomando en cuenta que, según la constitución:

“Artículo 70. La cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad. El Estado reconoce la igualdad y dignidad de todas las que conviven en el país. El Estado promoverá la investigación, la ciencia, el desarrollo y la difusión de los valores culturales de la Nación.

Artículo 71. La búsqueda del conocimiento y la expresión artística son libres. Los planes de desarrollo económico y social incluirán el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura. El Estado creará incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecerá estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades.”

Por lo anterior, y en defensa de sus derechos, varios ciudadanos proponen realizar una "Toma cultural" el día jueves 4 de enero, a las 3:00 pm, en el parque principal de Marinilla donde varios músicos y artistas del municipio y lugares aledaños, expresarán libremente sus artes, y manifestarán el rechazo a la represión, al abuso de la autoridad y a todo acto que implique una vulneración a los derechos que los seres humanos poseen, de modo universal.

De igual manera, invitaron a participar de esta ‘Toma cultural’ a los artistas, músicos, bailarines, pintores, escultores y demás que deseen vincularse en alzar su voz, artística, como muestra de afecto a las diversas culturas nacionales.

Por Henry Orozco/@SoyHenryOrozco

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