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La noche de este lunes, la Cámara de Representantes aprobó en el sexto de ocho debates el proyecto de acto legislativo que permitirá a senadores y representantes contar con iniciativa presupuestal cuando el Capitolio debata el Presupuesto General de la Nación. De esta manera, se modificaría el artículo 351 de la Constitución Política que prohíbe al Congreso aumentar las partidas del presupuesto de gastos propuestas por el Ejecutivo o incluir una nueva si no cuenta con el aval del Gobierno.
El representante del Polo Democrático, Germán Navas Talero, coordinador ponente de la reforma constitucional, afirmó que el proyecto otorgará mayor independencia a los legisladores que, según dijo, viven “arrodillados” pidiendo inversión para sus regiones. “Entiendo la situación de ustedes en las regiones donde, para conseguir cualquier cosita, tienen que arrodillársele a un ministro. Cuando esto sea una realidad, ustedes verán cómo pueden respirar más tranquilos”, dijo el legislador.
En tal sentido, desestimó las críticas provenientes del uribismo que, durante la discusión, afirmó que el proyecto lo que hacía era legitimar constitucionalmente la llamada “mermelada”. “En vez de tener la llamada mermelada a borbotones que salía de Palacio el gobierno pasado, ahora la veremos salir en tarros pequeños transparentes, y con el sello del Invima, ya que estaría consagrado en nuestra Constitución”, dijo el representante del Centro Democrático, Gabriel Santos.
Por eso, en representación de su partido, pidió a la plenaria de la Cámara hundir el proyecto dado que, según dijo, la capacidad deliberante del Congreso va a quedar doblegada a través del Presupuesto General de la Nación. “Esto normaliza lo que está mal. Este Congreso se ha visto doblegado por cuenta de relaciones turbias con el Gobierno, mediadas por dos posiciones en donde una tiene el presupuesto y la otra, tiene los votos para aprobar los proyectos trasversales a la política del gobierno”, señaló Santos.
Sin embargo, el legislador de la U, John Jairo Cárdenas, fue duramente crítico de la postura uribista, tras afirmar que la inclusión de proyectos de inversión regional en el PGN quedan convertidos en verdaderos “saludos a la bandera” porque, añadió, cuando llega el momento de la repartición del gasto, “a las regiones y a esos proyectos no les llegan los recursos. Aquí lo que estamos discutiendo no es la ‘mermelada’ sino la posibilidad de que el Congreso tenga una iniciativa en materia de gasto a efectos de hacer efectiva la representación de los territorios”.
El proyecto de reforma constitucional, que surtió dos rondas por tratarse de un acto legislativo, aclara que las modificaciones o propuestas que hagan los congresistas con respecto al presupuesto solo podrán hacerse en materias relacionadas con inversión regional, y que no involucren recursos de otros sectores como el pago de la deuda pública, tal y como está estipulado en el artículo 351 de la Constitución del 91.