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“El poder no se hereda, sino que se cultiva”: Martín Santos

“Utópicos”, revista de la Universidad Santiago de Cali, realizó una serie de entrevistas con herederos de políticos colombianos, denominada “Delfines”, que serán publicadas por El Espectador. La primera de ellas, con el hijo mayor del dos veces presidente de Colombia y premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, quien asegura que no está interesado en hacer carrera política.

Olga Behar*
14 de septiembre de 2020 - 02:00 a. m.
Santos tiene 31 años, es abogado de la Universidad de los Andes e hizo una maestría en Asuntos Públicos y Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia.  / Twitter @MartinSantosR
Santos tiene 31 años, es abogado de la Universidad de los Andes e hizo una maestría en Asuntos Públicos y Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia. / Twitter @MartinSantosR

Su padre proviene de una familia que se formó en torno a una figura que, en la primera década del siglo XX, combinaba el ejercicio del periodismo con el político. Tanto es así que su tío bisabuelo, Eduardo Santos, tuvo estrecha relación con el primero (como dueño del periódico El Tiempo) y con el segundo (llegando, en 1938, a ser presidente de Colombia, por el liberalismo).

Sus herederos (Enrique y Hernando Santos Castillo) consolidaron ese gran proyecto periodístico, pero solo uno de ellos, Juan Manuel Santos —de la tercera generación—, logró llegar a la Presidencia de Colombia. Al haber una generación intermedia en la que ninguno de los sobrinos se decidió por la política, a Juan Manuel Santos no se lo ha tildado de “delfín”, porque técnica y políticamente construyó su propio camino hasta llegar a la jefatura del Estado. Sin embargo, en las nuevas generaciones (y hablo de 2022), el nombre de Martín Santos ha saltado a la escena pública. Teniendo en cuenta lo anterior:

¿Se considera un “delfín” de la política? ¿Ha pensado en dedicarse al servicio público y construir un camino para ser presidente?

En repetidas ocasiones se me ha hecho esta pregunta y todas las veces he dicho enfáticamente que no, ese no es mi plan, no solamente porque estoy enfocado en otros intereses, sino porque también creo que hay que brindarles espacio a otras personas jóvenes, muchísimo más preparadas que yo para incursionar en ese ámbito de la política. También he sostenido varias veces que el poder no se hereda, sino que se cultiva. El liderazgo se crea, no se hereda; entonces dentro de mis planes no está hacer carrera política para convertirme en presidente de Colombia.

Antes, las herencias políticas se forjaban con preparación intelectual y académica. Ahora, se perciben otras condiciones (que adquirieron notoriedad durante la parapolítica) y hoy se aspira a conservar el poder político y económico ante el retiro de la vida pública de los patriarcas. ¿Le han propuesto tomar las banderas de su padre?

Tengo que decir que la propuesta de asumir las banderas políticas de mi padre me la han hecho en repetidas ocasiones; sobre todo ahora, que hay mucha gente que extraña la forma en la que mi papá hacía la política de centro, de la tercera vía. Desde congresistas hasta empresarios y académicos se me han acercado para intentar empujarme y aventurarme en este camino, y he dicho que no, que a mí me honra su intención, pero que definitivamente no está en mis planes.

¿Le cree a Tomás Uribe, cuando dice que va solamente a asesorar a Óscar Iván Zuluaga? , o ¿no será que está en un proceso de aprendizaje de la minucia política para empezar un recorrido que lo lleve al poder, tal vez no en 2022, pero sí en 2026?

La verdad es que preferiría no entrar en controversias con Tomás Uribe. Cada quien tiene derecho a pensar y actuar como prefiera; si él tiene aspiraciones políticas, como cualquier colombiano tiene todo el derecho de hacerlo. Entonces, prefiero no opinar por otros, especialmente en este contexto de polarización y agresividad en el que desafortunadamente nos encontramos los colombianos.

Para dejar en claro su camino profesional y público futuro, ¿qué ha sido de usted en estos años?, ¿a qué se dedica?, ¿qué proyectos tiene?

Yo hace tres años me mudé a Nueva York (Estados Unidos), a hacer una maestría en Asuntos Públicos y Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia. La saqué adelante, fue una experiencia increíble para mí, no solamente por el aprendizaje que tuve, sino también por las personas que conocí. Mi plan original era volver a Colombia inmediatamente después de eso, pero me contrataron en una consultora que se llama K2 Intelligence, en un puesto que me llamaba mucho la atención. Entonces actualmente trabajo como consultor para esta firma, pero al mismo tiempo lancé hace poco una consultora propia, se llama Metodica Consulting. Es un emprendimiento que lo he pensado y desarrollado durante estos últimos cinco meses en que el COVID-19 me ha hecho reflexionar sobre nuevas formas de abordar la realidad.

Mis planes por los siguientes años serán dedicarme de lleno a la consultoría, no solamente para la empresa para la que trabajo, sino para la mía, que consiste en cuatro áreas de trabajo: desarrollo de negocios, sostenibilidad, comunicación y estrategia, y asuntos públicos y de gobierno.

Usted es una celebridad en Twitter, con casi 425.000 seguidores, ¿a qué adjudica su éxito en redes? ¿Cuál es el valor que le da a expresar sus opiniones en redes sociales?

No me considero por ningún motivo una celebridad en Twitter. Simplemente, yo creo que el número de seguidores refleja, tal vez, que a la audiencia le gusta el contenido de mis publicaciones; entonces, por eso podría llegar a ser considerado como una persona influyente en esta red social, pero no va más allá de eso. Hay personas que son exitosas en sus redes sociales, con contenido humorístico, con contenido visual, fotográfico; hay otras en muchas áreas distintas, y yo creo que el número de seguidores es reflejo del gusto que tal vez la audiencia tiene por mis trinos y mis contenidos.

¿Qué tanto hay allí de opiniones personales y qué tanto hay de conversaciones y del pensamiento de Juan Manuel Santos?

Existe esa idea de que detrás de mis redes sociales está mi papá. Eso es totalmente falso. Yo soy totalmente responsable de cada una de las letras que ahí se digita y se publica. Incluso, muchas veces he tenido confrontaciones con mi papá, porque no está de acuerdo con algunos planteamientos que he hecho en estas redes sociales y de ninguna manera consulto o le pido consejos sobre lo que yo publico ahí. Soy dueño de mis tuits, de mis palabras y de mi propio contenido.

Si lo comparamos con Tomás Uribe (117.100 seguidores), vemos que lo cuadruplica. ¿Por qué pasa esto?

No veo alguna razón puntual y no me gustan ese tipo de comparaciones. Cada persona, como lo había mencionado, es libre de hacer lo que quiera, lo que piense y el contenido que desee (publicar). Yo sí he procurado no incurrir en esta tendencia tan negativa para la sociedad y es todo el tema de las noticias falsas. Vemos que a diario se publican miles y miles de informaciones imprecisas, que lo único que hacen es tergiversar el debate y aumentar la agresividad en redes sociales. Yo procuro, por supuesto, ser crítico frente a algunos temas, pero, sobre todo, cerciorarme de la veracidad de la información que comparto, que publico, que cito, que escribo.

Entonces, yo más bien me enfocaría en decir que existen dos tipos de tendencias en las redes sociales: aquellos que quieren hacer ruido, crear zozobra, crear pánico con noticias falsas, y existen las personas que entran al debate, que controvierten, como es sano en una democracia, pero con fundamento y con información certera.

*Nota del editor: Algunas respuestas de esta entrevista fueron publicadas por la autora en su columna en el Washington Post.

Por Olga Behar*

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Fernando(57223)15 de septiembre de 2020 - 06:58 p. m.
Oigan. Y qué ha hecho este pelao?. Que resultados nos puede mostrar, qué experiencia puede compartir? qué cargo notable ocupa en alguna empresa del país o del extranjero nos puede mostrar esta "belleza", hijo del mas temible dañino que perjudicó al país?. No tiene ni pinta, como para decir, este güipa es bueno para se le adjudique este Proyecto. Viviendo de lo del papá-delincuente. !!!
Adrianus(87145)14 de septiembre de 2020 - 05:26 p. m.
Es notable diferencia de pensamiento y formación entre el hijo de un intelectual y el de un ganadero.
-(-)14 de septiembre de 2020 - 03:58 p. m.
Este comentario fue borrado.
Usuario(51538)14 de septiembre de 2020 - 01:42 p. m.
Frente a los hijos del reo #1087985 sí se nota una diferencia abismal. El tipo no quiere entrar en controversias ni discusiones estériles. Por otra parte, este señor, estudioso y con empresa propia, es, el "vago y mantenido" del que habla la desvergonzada Vicky Dávila? Pues bien: uno de los dos miente.
william(gn8c6)14 de septiembre de 2020 - 11:38 a. m.
Oigan a Olga Behar, periodista que en la época de la Toma al Palacio de Justicia era mujer de Gerardo Ardila comandante del M-19, dándole coba a este inútil hijo de papi oligarca.
  • Usuario(51538)14 de septiembre de 2020 - 01:45 p. m.
    Olga Behar siempre ha sido una periodista e investigadora muy incómoda para los de su ralea, los de los perfilamientos y acoso sistemático a los críticos de este régimen narco paramilitar. Ella tiene la dignidad que los sicarios del régimen como usted nunca tendrán.
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