“La paz necesita una mejor implementación”: Frank Pearl, candidato presidencial

Excomisionado de Paz y exnegociador en La Habana, aspira a la Presidencia por firmas. Dice que la gente está cansada de los políticos de siempre y que las Farc deben responderles a las víctimas antes que pensar en política.

Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil
16 de diciembre de 2017 - 04:02 a. m.
Frank Pearl fue gestorde las negociaciones con el Eln que se llevan actualmente en Quito.  / Óscar Pérez - El Espectador
Frank Pearl fue gestorde las negociaciones con el Eln que se llevan actualmente en Quito. / Óscar Pérez - El Espectador

Recogieron más de medio millón de firmas en 25 días. ¿Cómo fue?

Estuvimos en más de 11 ciudades. La forma como lo hicimos fue clave: identificamos unas redes de trabajo, les contamos que la idea era traer gente nueva a la política, darles participación a los ciudadanos, y los equipos de recolección interiorizaron el proyecto. Por eso fueron más efectivos de lo que pudieron haber sido otros equipos. Íbamos a tocar las puertas de las casas, armamos reuniones pequeñas en los barrios, en centros comerciales. El mensaje es que la gente quiere oír opciones nuevas, porque están cansadas de los partidos y los políticos de siempre.

Usted nunca ha estado en una elección popular. ¿La gente lo conoce?

Mucha gente todavía no me conoce. Muchos me preguntaban quién era, pero, en general, veo mucha receptividad en los más jóvenes y, fuera de Bogotá, el apetito por algo distinto es claro.

¿Y por qué aspirar a la Presidencia sin antes, como dicen muchos, hacer la carrera por el Congreso?

Porque somos un movimiento nuevo, independiente, y no tenemos ningún tipo de estructura política para soportar una lista en el Congreso. Eso requiere de logística y financiamiento, puede ser incluso más costoso que una campaña presidencial. El segundo factor es que el voto de opinión funciona mucho menos en mayo que en marzo. Hay ejemplos, como Fajardo, que en 2010 iba muy bien, pero su lista al Congreso no pasó el umbral y se le hundió la candidatura. En mayo funcionan también las maquinarias, pero hay más voto de opinión. Mi espacio está ahí.

¿Y no contempló aspirar por un partido al Congreso?

Si uno quiere un cambio no puede estar con un partido de los que existen, que ni siquiera pasaron la reforma política y no tienen ninguna intención de reformarse. Por ejemplo, en la cabeza del Partido Liberal están las mismas personas que estaban hace 30 años, peleando con los que peleaban hace 30 años para ver quién tiene el control. ¿Qué renovación hay ahí? Ahora se necesita excelencia en el servicio público, poner a funcionar la economía y resolver los problemas sociales. Eso no lo van a hacer los partidos de hoy.

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Pero eso de la política diferente también está en el discurso de otros. ¿Podría darse una alianza con los que se muestran como diferentes?

No hay un solo candidato que tenga coherencia entre ese discurso y las acciones. Todos tienen detrás alguna estructura política con historia. Fajardo, por ejemplo, estará con el Polo, que fue el partido de Samuel Moreno. ¿Dónde está lo ciudadano, lo renovador?

Pero esa es la única opción que les queda a los candidatos que se quieren desmarcar de la derecha y quienes se oponen al proceso de paz para tener posibilidades de llegar a la Presidencia...

A la larga, si uno quiere hacer cambios tiene que ser consecuente con lo que propone. Lo que necesita la política colombiana es consecuencia en el discurso y las acciones. La forma de hacer la campaña también es el fondo de hacer la política.

En el contexto histórico actual, ¿está descartando adherirse a los candidatos que tengan opción y que no sean, por ejemplo, Iván Duque o Vargas Lleras?

No estoy pensando en ninguna alianza. Imagínese uno hacer una alianza con un partido o un candidato sin siquiera haber visto el programa. Las alianzas que están planteadas hoy no son programáticas ni coherentes.

¿Considera que hay opciones reales si no hay unión?

Creo que la unión no debe ser entre la gente de izquierdas o derechas, debe ser de todos los colombianos. Esto no es hacia un lado ni hacia el otro, es hacia adelante. Cuando uno quiere ganar una elección dividiendo, se profundiza la polarización, y si alguien divide para ganar, después no puede unir para gobernar. La trampa es pensar que uno tiene que escoger entre la izquierda y la derecha.

Uno de los temas constantes de la campaña será el proceso de paz, que divide al país. ¿Su programa se enfoca en ese proceso?

Tenemos cinco temas de campaña: un gobierno que funcione para la gente, esto es, excelencia en el servicio público; poner a producir el país, hacer fácil la creación de empresas, formalizar la economía; lo social tiene que funcionar como un reloj en lo que tiene que ver con niñez y familia, salud y educación; el tema ambiental, en donde hay un gran futuro, y sanar las heridas, que tienen el componente de restablecer la autoridad a través de la confianza, la cultura y el deporte.

Usted no figura en las encuestas. Ya hay unos candidatos favoritos y usted no está en esa baraja. ¿Cuál es la estrategia para ganar mayor reconocimiento?

Yo entregué firmas hace tres días. La campaña no ha empezado y hay muchos que llevan trabajando desde hace diez meses. Claramente tienen una ventaja y algunos tienen muy buena imagen. Soy realista. Estamos también en un escenario donde algunos de los apoyos que reflejan las encuestas no son de gente convencida, que dice que va a votar por el menos peor. Hay poca gente convencida de su candidato. Ahí es donde creemos que hay un espacio. Aquí nos están haciendo pensar que hay que tenerle miedo o asco a la política de siempre. No, ni miedo ni asco, vamos a escoger lo mejor.

Dejó claro que en primera vuelta va solo, ¿y en segunda vuelta?

No pensamos en alianzas.

El próximo gobierno también tendrá que lidiar con modificaciones que se querrán hacer a los acuerdos de paz en los que usted participó. ¿Cree que se necesitan esos cambios?

Necesita una mejor implementación, que se aprovechen los mecanismos para hacer cumplir el Acuerdo. Que las Farc cumplan y que el Gobierno cumpla.

¿En qué no han cumplido las Farc?

Entregaron una lista con 20 narcotraficantes, entregaron 31 menores y le juro que hay más. Hay que ver qué pasa con el tema de los bienes y tiene que haber un verdadero compromiso con las víctimas. El principal deber de los miembros de las Farc que cometieron delitos de lesa humanidad es responderles a las víctimas. Necesitamos hablar de deberes, no sólo de derechos. Después, que participen en política, pero mientras tanto que pongan a participar a otros.

¿No comparte que miembros del Secretariado lleguen al Congreso sin antes haber pasado por la JEP?

Primero tienen que responderles a las víctimas. Como organización pueden tener gente en el Congreso, pero por qué ponen a la que tiene delitos de lesa humanidad. Eso es una provocación al país. Primero las víctimas, el Acuerdo lo dice. Se necesita un gobierno que conozca a las Farc, que conozca las entrañas de los acuerdos y que pueda exigir su cumplimiento.

Y en un eventual gobierno suyo, ¿cómo manejar las mayorías en el Legislativo cuando partidos como el Centro Democrático o Cambio Radical tienen una gran oportunidad para ser más?

Lo primero que hay que hacer es sincerar las relaciones. Aquí no podemos seguir haciendo política transaccional, que son los acuerdos entre Gobierno y Congreso a cambio de presupuesto y puestos para aprobar normas. Esa relación necesita borrón y cuenta nueva, porque el presupuesto y la capacidad institucional deben funcionar para los ciudadanos. ¿Habrá costos? Sí, pero hay que asumirlos, porque el mayor riesgo es seguir como estamos.

Y uno de esos costos es poner en riesgo la implementación del Acuerdo. ¿Son pertinente esos cambios profundos en momentos cruciales en los que se necesita negociar con el Congreso para sacar los proyectos?

Sí, pero no pueden ser en los términos que tenemos hoy. En plata blanca, las negociaciones hoy son pasar recursos públicos a los bolsillos de los particulares y los partidos. Eso es inaceptable. Si siempre estamos esperando el momento ideal para cambiar lo que se tiene que cambiar, vamos a estar cada vez peor. El momento es ya. Un gobierno elegido con el apoyo ciudadano no necesita legitimidad para cambiar ese tipo de cosas. Por ejemplo, no se sabe si esas listas inscritas son listas del Inpec o al Congreso. Nosotros nos merecemos algo mejor. Hay gente buena ahí, pero hay nombres que son inaceptables.

Por ejemplo, se terminaron embolatando las circunscripciones de paz…

Hay que dejar claro que no son curules para las Farc ni partidos políticos, son para las víctimas y para regiones que no han tenido representatividad en el Congreso y que las necesitan. El Congreso hizo su tarea y me parece que el Gobierno no puede jalar la pita de esa manera, forzando la institucionalidad. Hay que encontrar un mecanismo dentro de la institucionalidad para sacarlas adelante. Estando de acuerdo con las curules, no estoy de acuerdo con debilitar las instituciones para conseguirlas.

Hablemos de los candidatos. Uno de los más fuertes es Vargas Lleras, que hizo parte del Gobierno, pero que hoy se aleja...

Representa todo lo que la mayoría de los colombianos no queremos en política. Es un delfín, lleva 30 años haciendo empresa política, tiene maquinarias (mire las listas del Congreso y los avales que ha dado), entonces, eso es lo que Colombia no puede tener. Como estructura, probablemente tiene la más fuerte, pero él como candidato probablemente es el más débil por lo que es y lo que representa.

Gustavo Petro también ha demostrado tener una gran popularidad, pero también mucha resistencia...

Creo que los colombianos creemos en la empresa, en el libre mercado, en la propiedad privada. No queremos un modelo económico estatista, que subsidie todo y regale todo. Creo que esa es la parte de Petro que no acaba de convencer.

Entre los favoritos también está Fajardo, pero veo que a usted no le gusta mucho...

En Fajardo veo un tema de coherencia porque habla de un movimiento ciudadano, pero realmente va a estar respaldado por un partido político, que es el Polo, que tiene una historia que todos conocemos. Hay que mirar hasta dónde llega esa alianza, porque puede haber un tema de incoherencia programática. Jorge Robledo, que es un senador serio, está en contra de los TLC, y pregunto: ¿cuál es la posición de Fajardo en ese tema?

Y De la Calle...

Lo respeto profundamente, lo quiero mucho, somos amigos. La diferencia es que escogió el camino del Partido Liberal y este no tiene nada de renovación en este momento y por eso estamos en donde estamos. Aquí se necesita hacer las cosas distinto, porque la forma es el fondo. Uno no puede hacer política con los partidos de siempre y decir que está renovando la política.

Y el uribismo ya definió a Iván Duque como su candidato, ¿cómo lo ve? ¿por fin va a despegar?

Es un tipo preparado pero le falta experiencia en ejecución. Pero es un tipo serio. Creo que sin duda cualquier candidato ya designado como el representante de Uribe va a tener más fuerza.

¿Quién cree que va a ser el próximo presidente de Colombia?

Yo, si no, no estaría en estas.

Por Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil

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