Jorge I. Ospina: “No creo ser objetivo de alto valor estratégico para las personas que ‘chuzan’”

El alcalde de Cali encontró en su despacho dos micrófonos para espiar sus conversaciones. El hecho ya está en conocimiento de las autoridades.

13 de enero de 2020 - 11:00 a. m.
Jorge I. Ospina: “No creo ser objetivo de alto valor estratégico para las personas que ‘chuzan’”

En momentos en que se destapa un nuevo escándalo nacional por las “chuzadas” ilegales por parte del Ejército a magistrados, políticos y periodistas —reveladas por la revista Semana—, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, denunció que fueron encontrados en su despacho dos micrófonos para escuchar las conversaciones privadas que se dieran en dicha oficina. El mandatario habló con El Espectador de lo sucedido y de sus planes al frente de la administración de la capital vallecaucana.

¿Qué fue lo que encontraron en su oficina?

Yo estaba el sábado en un consejo de seguridad en Tuluá, y decidimos adelantar una jornada de organizar nuestra oficina para colocar mis cuadros, mis esculturas y mis souvenirs. En la medida en que mi equipo de trabajo adelantaba eso, se encontró un micrófono instalado debajo de una mesa y otro dentro de un reloj. Todo el mundo nos señala que se trata de artefactos electrónicos de escucha y por eso lo he denunciado. Hablé con el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y también con la Fiscalía. Hoy van a llevar equipos electrónicos para seguir revisando. No sé si esto lo hayan colocado para escuchar mis conversaciones o estuviese previamente.

Llama la atención que eso se descubre cuando se destapa un escándalo de “chuzadas” por parte del Ejército…

En Colombia debe haber una hiperregulación de este tipo de tecnologías, porque todos tenemos derecho a la intimidad, a que la información pública no sea utilizada con propósitos inapropiados o corruptos y tenemos derecho a que no nos espíen, a no ser que exista una orden judicial. Pero yo no creo ser un objetivo de alto valor estratégico para esas personas que chuzan a magistrados, políticos y comunicadores.

¿Qué le dijo el ministro de Defensa?

Nos va a orientar en términos de todo el acompañamiento para que eso no suceda. Y vamos a adelantar unos protocolos de seguridad, que definiremos en el consejo de gobierno que tenemos este lunes, de tal manera que todos los servidores públicos de la administración tengan unos lineamientos a seguir frente a la información sensible y estratégica que tiene la ciudad.

¿Tiene sospechas de quién o quiénes pueden estar detrás?

No, realmente creo que esto a lo mejor no era ni para mí. Hemos encontrado esos micrófonos de manera casual, muy coincidente con las denuncias nacionales que se han hecho, pero no creo que tenga ni siquiera un punto de relación. Solo puedo decir que al haber encontrado esos dispositivos electrónicos en la oficina, yo debo denunciarlo y convocar a la Fiscalía a que investigue.

Por cierto, ¿cómo recibió la administración?

Son varios puntos, pero mencionaré dos esenciales. Uno, que institucionalmente es una Alcaldía más robusta, dado que en 2017 se hizo una reforma administrativa que amplió el número de secretarías, subsecretarías e instituciones, lo que da mayor capacidad resolutiva al Estado local. Sin embargo, esto ha presionado el gasto en servicios personales y podríamos tener una robustez en talento humano, pero con una dificultad presupuestal para la inversión en infraestructura, para lo social y para otros programas. El reto es ser mucho más eficientes e identificar fuentes de financiación alternativas. Y dos: Maurice Armitage endeudó a la ciudad en más de $500.000 millones, un cupo de endeudamiento que no tuvo ninguno de los ocho alcaldes previos. Invirtió en educación e infraestructura, pero eso restringe nuestra capacidad de inversión y gestión en los próximos años. El desafío es renegociar la deuda pública para liberar recursos y con un gasto eficiente poder movilizar la economía de Cali. Otro tema es el del espacio público, porque la Alcaldía anterior tuvo una mirada demasiado paternal y posibilitó que el mototaxismo, los carros piratas y la informalidad avanzaran, y me preocupa que eso se vuelva un tema cultural.

La seguridad es un tema crítico en Cali, con una tasa de 47,3 homicidios por cada cien mil habitantes, ¿cuál va a ser su estrategia?

No consolidamos la Fiscalía General en Cali si no fortalecemos las ayudas tecnológicas y el talento humano. No podemos tener las cifras de impunidad que registramos hoy. Hay que promover al máximo al ente acusador en la consolidación de su presencia institucional. Otro planteamiento es la respuesta intersectorial frente al delito, incorporando a nuestros jóvenes en procesos culturales y sociales, sin descuidar el acompañamiento en zonas críticas.

Hay quienes dicen que la solución es militarizar la ciudad, ¿lo haría?

Depende de la situación, pero ante hechos altamente impactantes no cabe duda de la necesidad de militarizar la ciudad. Aunque reconozco que lo que más necesitamos es investigación, inteligencia e identificación de los actores de inseguridad y violencia.

¿Qué hacer respecto a la situación financiera del MIO?

Cali es una ciudad con demandas cuantiosas, una de las más apremiantes es la que tenemos en el transporte masivo MIO, MIO Cable y Metro Cali. Allí tenemos cuentas por pagar por el orden de $200.000 millones y la empresa se encuentra en ley de insolvencia. Y está la desafortunada circunstancia del MIO Cable, nuestro sistema de transporte aéreo de Siloé, que fue suspendido por una orden de la Superintendencia. El reto es pagar estas deudas a por lo menos treinta años y adelantar desde ya los procesos tecnológicos para poder recuperar el servicio del MIO Cable.

También es un reto la movilidad en general...

La adquisición de motos y de carros rompe récord, situación que es positiva para los vendedores de carros, pero negativa frente al colapso en la movilidad, producto de nuestra escasa oferta vial. Trabajaremos para aumentar las infraestructuras viales, apuntando a una cultura de movilidad sostenible.

Esto está muy relacionado con la crisis del medio ambiente y el calentamiento global y Cali es una ciudad que no asume con criterio esta responsabilidad.

¿Cuál va ser el aporte de Cali con el proyecto del Tren de Cercanías del Valle?

El objetivo es que podamos conformar una compañía de carácter mixto, con participación de la Gobernación y de los municipios de Yumbo, Cali, Palmira y Jamundí. La idea es que este que se convierta en el vehículo promotor y desarrollador para nuestra zona metropolitana. Esta compañía tendría como diferencial que estaría conformado por personas naturales y jurídicas que quieran ser accionistas. El Tren de Cercanías es un gran anhelo colectivo y generacional, y esperamos que el Gobierno Nacional lo ubique en su marco fiscal de mediano plazo. Además, tendrá energías renovables para su funcionamiento.

¿En qué va la propuesta de poner un peaje urbano? ¿Ya identificaron el sitio en los que lo ubicarían?

Siempre he dicho que Cali debería tener muchas maneras que conecten con Buenaventura y no solo una. Como nuestros recursos son precarios, la propuesta del peaje sería una vía alterna a Buenaventura o al kilómetro 18, y con eso trataríamos de resolver un problema crónico de movilidad. No sería sobre la actual vía al mar por La Portada, tendría que ser una vía de ingreso al viaducto.

¿Qué hará con los taches viales que puso la administración de Armitage y de los que se quejan muchos ciudadanos?

Quiero solicitarle a la caleñidad que comprendan que una ciudad como la nuestra no debería renunciar al uso de la bicicleta y las ciclorrutas. No podemos renunciar a tener esos taches que posibilitan el uso de la bicicleta, aunque los inservibles podrían ser retirados.

¿Cómo sintió el ambiente del Concejo?

Somos respetuosos de las diversas formas de pensamiento que tiene la corporación, conformada por el Polo, las comunidades cristianas, los verdes, la U, el Partido Liberal, al Centro Democrático, el Partido Conservador y Cambio Radical. No existe partido único que tenga toda la mayoría y cuando un concejo tiene tal diversidad y pluralidad, hay mayores oportunidades de tomar las mejores decisiones.

Siente entonces que tendrá buena gobernabilidad…

Sí, siempre respetando los espacios y las funciones de cada uno.

¿Qué lectura hace de la elección del personero, que fue suspendida?

No creo que deba ser mi función participar de la decisión para la escogencia de personero y contralor. El Concejo debe de tener sus propias reflexiones y sus propias medidas. Veo como controversial que la decisión se tome en procedimientos elaborados por la anterior corporación, para ser asumidos por la actual. Ahí debe de haber un diseño institucional distinto para que esa polémica se zanje, para que no sean los exconcejales los que definan los parámetros del Concejo que hoy decide.

¿Qué pasó con la audiencia de imputación de cargos en su contra, que ha sido aplazada dos veces?

No entiendo por qué, después de once años de haber ocurrido las supuestas irregularidades, me llaman a una audiencia en pleno momento electoral, y cuando las elecciones pasan y estoy deseoso de participar de la audiencia pública, la Fiscalía la aplaza. La primera vez porque la fiscal iba a perder un vuelo y la segunda, sin razón alguna.

¿Hay alguna posibilidad de que Cali se quede sin alcalde por las presuntas irregularidades de las que lo acusan?

Desde mi perspectiva no, pero eso lo determinarán los jueces y fiscales. Estoy convencido de lo que se realizó en mi anterior administración y no reconozco ningún tipo de irregularidad. Lo que me preocupa es que en el imaginario de la gente quedó lo de la audiencia y ahora no me la quieren realizar.

Durante el proceso electoral usted denunció una campaña de desprestigio contra su candidatura, ¿quiénes fueron los responsables de eso?

Los contradictores políticos, quienes, sin mayores argumentos y con poca creatividad, tomaron la decisión de hacer política por la fácil. Roberto Ortiz, con los periódicos “La Razón” y “Extra”, que circulaban por las calles y decían mentiras sobre mí. Luego, el periódico “El País” publicó una información patrocinada de hoja entera que reflejaba información no cierta sobre mí. Alejandro Éder lo hizo de una manera más sofisticada, pero con la misma finalidad. Ellos huyeron al debate político para presentar la mentira como ruta, cosa que los dejó muy mal parados.

Pero usted estaba preparado para eso…

Sí, pero la verdad es que la campaña fue realmente tan dura, que una parte de la felicidad que tenía mi alma se ha perdido. Siempre fui un entusiasta en la política, pero al ver la manera tan cavernícola utilizada para tratar de derrotar al contrario, me ha hecho una persona lúgubre, nostálgica y triste. Tal vez con el tiempo me vuelva a curar.

¿En algún momento contempló renunciar a su campaña?

No, no les iba dar el gusto, pero nunca celebré con alegría, ni siquiera cuando gané. No era la alegría total, porque fueron muy malditos, ellos son conscientes de que yo no soy lo que ellos decían y utilizaron todas las herramientas para dañar a una persona. Espero que algún día Éder y Roberto hagan catarsis de la manera como plantean una campaña electoral.

Si no hubiese sido candidato, ¿por quién habría votado?

Habría votado en blanco, porque algunos eran muy populistas, otros querían vivir de apellido y otros no tenían la experiencia suficiente.

Por Valentina Parada Lugo

Comunicadora Social - Periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, con experiencia en cubrimiento de conflicto armado y crisis humanitaria. @valentinaplugo vparada@elespectador.com

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