“Nosotros actuamos sin espíritu belicista”: canciller Carlos Holmes Trujillo

Carlos Holmes Trujillo acompaña al presidente Duque en su agenda en Estados Unidos. / AFP

Es la primera comparecencia del Gobierno de Iván Duque ante la Asamblea General de la ONU. ¿Cuál será el mensaje central que va a llevar Duque en su primer discurso hoy ante la comunidad internacional, dado que en años anteriores fue el Acuerdo de Paz?

Naturalmente, el presidente Duque quiere dar cuenta ante la comunidad internacional de lo que son sus propósitos. Y la política en materia del Acuerdo de Paz es, simplemente, implementarlo, pero introducirle algunos cambios que fueron ya puestos a consideración del pueblo colombiano, mediante la sombrilla del pacto por Colombia y a través de cambios institucionales.

¿Esos cambios, que ya conoce la ONU, cuáles van a ser?

Son clarísimos: que el narcotráfico deje de ser considerado conexo al delito político, volver a la erradicación forzosa, pero respetar los acuerdos de erradicación voluntaria que se hayan hecho; imponer severas sanciones a cualquier miembro de la FARC que tenga bienes o recursos que no fueron declarados oportunamente y, finalmente, que el miembro que pertenece al Congreso y que sea encontrado culpable de delitos contemplados en el Estatuto de Roma por la Jurisdicción Especial de Paz debe retirarse del Congreso. En esa circunstancia, la FARC tendrá la competencia de señalar quién va a ser el reemplazo de esa persona.

En la ONU reposa una copia del Acuerdo del Teatro Colón. ¿Qué dice la ONU sobre las modificaciones?

Eso está planteado y es parte fundamental de la política del presidente Duque. Lo que hace la ONU es acompañar la implementación del Acuerdo de Paz y respeta las determinaciones del Gobierno. Usted recordará, entre otras cosas, que el presidente solicitó a la ONU extender el mandato de verificación a lo pactado.

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La embajadora saliente, María Emma Mejía, decía que si en el pasado la ONU volcó sus ojos en Colombia alrededor de la paz, ahora lo hace frente a la crisis migratoria por cuenta de la situación en Venezuela. ¿De qué manera va a liderar Colombia este debate, como uno de los países más golpeados por el régimen de Nicolás Maduro?

El objetivo es actuar en tres niveles: nacional, regional y multilateral. Con respecto al nivel nacional se han tomado muchas medidas, tanto presupuestarias como institucionales y se van a tomar más a raíz de la elaboración de un documento Conpes por instrucción del presidente Duque. En el orden regional se ha avanzado a través de contacto permanente con autoridades migratorias de la región y el último avance se hizo con la integración, en la Organización de Estados Americanos, de un grupo de trabajo que analizará la situación y que presentará un reporte que motive acciones concretas en consecución de fondos y fortalecimiento institucional. En el orden internacional se avanzó en la designación de un alto representante conjunto de la Organización Internacional de Migraciones y de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. Y hoy tenemos un evento al que invita Colombia para mirar el tema de la crisis migratoria, cuyo resultado esperamos que sea el anuncio de la integración de un fondo multilateral de emergencia para fortalecer la capacidad de enfrentarla.

Preocupa, en todo caso, que sigue cobrando fuerza la idea de intervenir militarmente en Venezuela...

La postura de Colombia es clarísima. Nosotros actuamos sin espíritu belicista. Colombia rechaza la violencia, como tantas veces lo ha señalado el presidente Duque, y vamos a continuar acudiendo a todos los mecanismos políticos y diplomáticos, conjuntamente con otros miembros de la comunidad democrática internacional, a fin de crear condiciones para que el pueblo hermano de Venezuela pueda vivir en libertad y democracia de nuevo.

Otro tema fundamental, y que fue resaltado por el presidente Donald Trump, es la lucha contra las drogas y la política que busca implementar el presidente Iván Duque. Las críticas, sin embargo, apuntan a que hay un retroceso en el debate que se está dando alrededor del mismo...

El retroceso fueron las políticas que dieron lugar a que 40.000 hectáreas de cultivos se elevaran a 200.000 hectáreas. Lo que hay que hacer es retomar políticas que fueron eficaces. Eso es lo que quiere hacer el presidente Duque. Enfrentar con toda decisión y claridad el problema mundial de las drogas. De ahí surge el reconocimiento del presidente Trump al presidente Duque por la manera en la que logró su elección a través de una plataforma muy fuerte hacia esa lucha.

¿Eso quiere decir que se volvieron a “narcotizar” las relaciones entre Colombia y Estados Unidos?

Al contrario. Lo que hay es una gran coincidencia. La relación está en un punto muy productivo para adelantar una agenda bilateral en otros asuntos y, en lo que tiene que ver con la lucha contra las drogas, tenemos los mismos objetivos. Nosotros, como colombianos, tenemos que hacer un gran esfuerzo para disminuir los cultivos ilícitos y en eso coincidimos con Estados Unidos. Vamos a trabajar muy estrechamente con ellos para lograr ese propósito.

Finalmente, no puedo dejar de preguntarle por la polémica que despertó la reunión entre el presidente Duque con el empresario Christian Mürrle acá en Nueva York, quien, según dejó consignado en su columna Daniel Coronell, es uno de los hombres detrás de los bonos de agua...

No, mire. Esa es una organización que existe desde 1927. Fue una reunión de empresarios de altísimo nivel que se reúnen para recibir a presidentes colombianos desde hace muchos años. Ahí han estado desde el presidente Belisario Betancur, pasando por César Gaviria, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos. Esta organización ha trabajado con muy importantes centros de pensamiento y de acción como el Woodrow Wilson Center. De manera que ahí lo que hay es un motivo de honra para el presidente colombiano y una gran oportunidad para los colombianos.