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Piden reconocer a víctimas militares

Este militar retirado, después de ir a La Habana, dice que cree en la reconciliación, pero no en el olvido de los crímenes que cometieron las guerrillas.

Camila Zuluaga
23 de diciembre de 2014 - 01:47 a. m.
Quinta comisión de víctimas del conflicto que asistieron a la mesa de negociación de  La Habana.  / AFP
Quinta comisión de víctimas del conflicto que asistieron a la mesa de negociación de La Habana. / AFP
Foto: AFP - ADALBERTO ROQUE

La semana pasada viajó el último grupo de representantes de víctimas del conflicto a La Habana para plantear sus puntos de vista sobre el proceso de paz. En representación de los militares y policías asistió Juan Manuel Hernández Sossa, quien presentó una importante ponencia aduciendo que en su voz estaban los muertos, heridos, desaparecidos, secuestrados y los internos en cárceles civiles y militares. El Espectador habló con él sobre su planteamiento en la mesa y la necesidad que expone de reconocer a los militares como víctimas del conflicto.

- Dicen que su voz es clave dentro de las víctimas de las Farc que fueron a La Habana…

Sí, porque fui representando a los militares caídos en acción, a los policías y a su familia.

- ¿Le molestó que lo incluyeran solo en la última delegación que viajó?

Eran cinco viajes, en cualquiera de ellos podíamos ir víctimas militares, daba igual si íbamos de primeros o de últimos, lo importante era que nos dieran la oportunidad de expresarnos.

- ¿Cómo fue la experiencia de hacer parte de ese último grupo de víctimas que viajó a La Habana, que además fue muy significativo y polémico?

Fue una gran experiencia en la que se compartió con las demás víctimas en un ambiente cálido y donde había expectativa sobre las ponencias que llevábamos para presentar en la mesa, pero sobre todo con mucho respeto. Fue muy agradable, la verdad.

- ¿Y la experiencia en relación con los representantes de las Farc?

En mi caso, por ser miembro de la Fuerza Pública había una cierta tensión, pero lo importante es que se logró el objetivo, decir lo que se tenía previsto y de esa manera visibilizar las víctimas de la Fuerza Pública y su familia, las cuales hoy ellos no quieren reconocer. Pero así como tomaron la decisión de reconocer a las víctimas de Bojayá y pidieron perdón, si se va a llegar a un acuerdo de paz, ellos tienen que reconocer a las víctimas militares y sus familias.

- ¿Usted de verdad cree que se va a reconocer a las víctimas de las Fuerzas Militares en este conflicto?

Si ellos quieren un acuerdo de paz claro y diciendo la verdad, deben reconocerlas, porque ellos han cometido crímenes de lesa humanidad contra la Fuerza Pública.

-En representación de la Fuerza Pública, ¿principalmente qué era lo quería decir? 

Solicitar que se incluya a los miembros de la Fuerza Pública activos y retirados, así como a sus familias, como víctimas en igualdad de condiciones.

- ¿La ponencia que presentó en La Habana la preparó usted o fue un trabajo en conjunto con otros integrantes de la Fuerza Pública?

Fue hecha en conjunto con la fundación que tengo y con los militares que hacen parte de ella, para que se pudiera expresar lo que todos querían y que de esa manera no quedara ningún miembro de la Fuerza Pública ni su familia fuera de esa ponencia.

- ¿Cuánto tiempo trabajaron en esa ponencia?

Prácticamente todo este año, desde el momento en que empezamos a asistir a los foros de víctimas con la fundación íbamos elaborando el documento.

- ¿Cómo termina siendo víctima usted de las Farc?

Fui víctima de un carro bomba activado por las Farc el 16 de agosto de 2002 en San Vicente del Caguán, recién rotos los diálogos de paz del momento. Me encontraba haciendo operaciones en el restablecimiento y control del área cuando a las 10:05 de la noche se activó el carro, el cual explotó dejándome una limitación física, la pérdida de mi ojo derecho, quemaduras de segundo grado en la cara y pérdida auditiva.

- Después de ese episodio de 2002, ¿qué empieza a hacer?

Inicié la recuperación en el Batallón de Sanidad, que duró tres años. Después de esa recuperación me hicieron una junta médica y en ella me dictaminaron el 81,35%, es decir, que fui retirado del Ejército y pensionado por invalidez.

- ¿Y qué hizo al retirarse del Ejército?

Empiezo a hacer cursos en el Sena y a capacitarme, después lo hice a través de una fundación que se creó en 2011 en Valledupar, llamada Funsol (Fundación de los Soldados heridos en combate del Cesar).

- ¿Usted dejaría que sus dos hijos hicieran parte de la Fuerza Pública?

No quiero que hagan parte de esta guerra absurda. Si se logra la paz y el Ejército se emplea para lo que fue creado, que es cuidar las fronteras, sí estaría de acuerdo en que siguieran mis pasos.

- Como víctima y miembro de la Fuerza Pública, ¿cree en el proceso de paz?

Soy optimista, porque soy uno de los colombianos que quieren que la guerra termine para que a mis hijos no les toque vivir este flagelo.

- Cuando escuchan anuncios del fiscal y del presidente sobre las penas alternativas que se le buscarán a los guerrilleros, ¿ustedes como víctimas cómo lo interpretan?

Todos aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad y están vinculados con el narcotráfico deberían pagar cárcel, deben pagar una condena ejemplar, porque si no, se van a rearmar y van a decir que ser delincuente paga.

- ¿El perdón que usted plantea hasta dónde va?

Tiene que haber una reconciliación, pero no hay que olvidar los hechos que cometieron, las generaciones que vienen tienen que saber cómo fue la guerra y cuáles fueron sus causas, porque la guerra no es el camino para hacer política ni para llegar al poder.
 

Por Camila Zuluaga

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