Robledo, López y Fajardo, una alianza por madurar

Los verdes tienden lazos con Jorge Robledo, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle en busca de consolidar un frente amplio como alternativa a la polarización entre santistas y uribistas.

Redacción Politíca
20 de febrero de 2017 - 02:00 a. m.
Los senadores Claudia López y Antonio Navarro.   / Archivo
Los senadores Claudia López y Antonio Navarro. / Archivo

La Alianza Verde —antes Partido Verde— ha sido desde su nacimiento, en las elecciones de 2010, la fuerza política revelación. En la primera elección del presidente Juan Manuel Santos jugó un importante papel en lo que se denominó la Ola Verde, con Antanas Mockus como candidato. En 2014, para las elecciones de Congreso, consiguió 11 curules (seis en Senado y cinco en Cámara), cuando se le auguraba que no alcanzaría el umbral para conservar su personería jurídica. Y para los comicios de 2018 ya se perfila como el germen de una coalición de fuerzas políticas que piensa ser una alternativa de poder a la polarización entre santismo y uribismo.

Ante esta posibilidad ha tomado la delantera en la campaña de 2018 y lanzado a la senadora Claudia López como su candidata presidencial. Con una consigna que se ha convertido en el puerto de llegada de otras corrientes políticas: la lucha contra la corrupción. En esa tarea han convergido las candidaturas de Jorge Robledo, del Polo Democrático, y Sergio Fajardo, de Compromiso Ciudadano. Sin embargo, aunque es claro que estos proyectos políticos son afines, falta mucho trecho para que sean una coalición. La campaña presidencial vive sus primeras de cambio y aún no se sabe cuál será el cartel ni el escenario. Todavía quedan cosas trascendentales por definir.

Para las presidenciales, el cuadro tiene ya unos jugadores en la partida. En la Alianza Verde pura están la senadora Claudia López, que ya se echó al agua, y el senador Antonio Navarro Wolff, quien se debate entre lanzarse como precandidato presidencial, volver al Senado o ir por la Alcaldía de Bogotá. A los electores más grandes de la Alianza los acompañan en su cruzada anticorrupción el senador Jorge Enrique Robledo, que tiene una fuerte disputa interna en el Polo, y el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, que ha tomado un poco de distancia para definir, antes de mitad año, la posición de su agrupación política, Compromiso Ciudadano. Y cierra esta primera fotografía el exvicepresidente Humberto de la Calle, del Partido Liberal, que hace una semana anunció su intención de construir una coalición que defienda los acuerdos de paz con las Farc y el proceso de diálogos con el Eln.

Ahora bien, la llegada de Humberto de la Calle a esta coalición requerirá de mucho trabajo pues su bandera, claramente, será la defensa del acuerdo de La Habana, mientras que los sectores predominantes de la Alianza le han apuntado al combate de la corrupción como plataforma electoral. “Bienvenido De la Calle en nuestro partido, pero como candidato independiente del liberalismo”, dijo a El Espectador un sector de los verdes. Otros piensan que la alianza se puede sellar a través de una consulta interpartidista o, incluso, de un sistema de encuestas. Y es que en la Alianza Verde y en los sectores afines, como el Polo o Compromiso Ciudadano, hay, como se diría coloquialmente, mucho cacique y poco indio, y todas sus figuras quieren ser el broche en torno al cual cierren filas. Con un elemento adicional en el panorama: la posibilidad de que se produzca un acercamiento con el exalcalde Gustavo Petro.

Mientras eso se resuelve, se tendrán que definir las reglas a las que se someterán los candidatos en la contienda electoral del año entrante. Por eso el Gobierno ya habló de un revolcón en el sistema político y electoral y, para empezar, según anunció el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, esta semana llevará al Congreso dos proyectos fundamentales para las minorías en Colombia. El primero tiene que ver con los derechos para las colectividades o movimientos políticos que están en riesgo de desaparecer. Según la propuesta, se busca abrir una especie de categoría por debajo de los partidos tradicionales ya inscritos ante el Consejo Nacional Electoral y se les exigiría menos requisitos para su supervivencia.

Adicionalmente será radicada la ley estatutaria de coaliciones. Otro salvavidas para aquellas minorías que temen perder su personería jurídica. Su contenido, básicamente, tendría que ver con que los partidos que no hayan superado el 15 % de la votación en las últimas elecciones puedan hacer coaliciones para conformar sus listas a corporaciones públicas. Porque para la Alianza Verde, el Polo Democrático y los movimientos independientes pequeños la prueba de fuego de estas elecciones serán los comicios al Congreso de la República. En el caso de los dos primeros partidos, sus principales electores ya desecharon volver al Capitolio y sin ellos corren un enorme riesgo de no recaudar los votos suficientes para mantenerse activos en la vida electoral.

En el caso específico de la Alianza Verde, en las elecciones del 2014 consiguió 11 curules con una votación del 6 %. Sin embargo, sus actuales senadores y representantes no están seguros de querer regresar al Capitolio. Son los casos de los senadores Jorge Iván Ospina y Jorge Prieto. En la Cámara, Ángela María Robledo tampoco está segura de aspirar nuevamente al Legislativo, así como la representante Angélica Lozano medita si aspirar a una curul en el Senado o mantenerse donde está. La duda, en cualquier caso, es quién llenará el vacío que deja Claudia López. El ministro de Justicia, Jorge Eduardo Londoño, ya anunció que quiere regresar al Senado. Aun así, los tarjetones están vacantes y sólo el tiempo podrá despejar el panorama.

Lo único que está claro es que la Alianza Verde es un proyecto político que nació y vive de las convergencias electorales y programáticas, y para poder sellar este propósito de frente amplio de cara al 2018 tendrá que depurar su militancia, pues muchos de los sectores que podrían llegar no estarían dispuestos a convivir con políticos de dudosa reputación y que no representen la plataforma anticorrupción que están defendiendo. En definitiva, el proyecto de coalición de la Alianza Verde está biche.

Por Redacción Politíca

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