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Un defensor de los LGBTI que no votó el matrimonio igualitario

Aunque Efraín Torrado prefirió mantenerse al marguen del debate, en un discurso ante el Senado dijo que el Congreso debe ser cuna de la democracia y lo es de la discriminación.

Felipe Morales Mogollón
26 de abril de 2013 - 07:56 a. m.
El senador Efraín Torrado. / El Espectador
El senador Efraín Torrado. / El Espectador

“Yo quiero iniciar diciéndoles el motivo por el cuál voté negativo. El primer motivo es porque mientras los heterosexuales se quieren divorciar, los homosexuales se quieren casar. En Colombia hay miles de madres cabeza de familia que son producto de esa belleza de heterosexuales irresponsables que dejan mujeres embarazadas y han descuidado a sus hijos. Como me complace ver a esos heterosexuales tan machos. La Inteligencia, la gallardía y el machismo, no reposa sino en la cabeza, y con ella también la inteligencia.

Nadie escoge lo que quiere vivir, los seres humanos vivimos lo que nos toca vivir. Todos los seres, incluyendo los homosexuales y los gays, son el producto del amor de dos heterosexuales. A mí me llamó la atención cuando un pastor de la Iglesia Cristiana, en un tiempo senador, me habló de la maldición. En este escenario he visto argumentos como el del senador Gerleín que tuvo su exposición religiosa. Quiero decirle, a mí me ha pasado una cosa que no le ha pasado a él, él lo aprendió en los conceptos bíblicos, escritos por hombres inspirados por Dios.

Mi caso es diferente, una vez mire al frente y encontré a mis amigos de infancia mirándome con burla. Miré a la izquierda y vi mi madre angustiada. A la derecha no encontré a mi padre porque había muerto, pero su figura representada en mis hermanos y mis tíos, con su machismo disfrazado y su hombría tergiversada, me señalaba. Atrás veía una sociedad mentirosa y falsa construida sobre las costumbres. No tenía sino la alternativa de que Dios me reconociera. Yo le pregunté: ¿Tú me aceptas?, El contesto: Se te olvida que yo te hice.

Yo no necesito de discursos a en la Plaza Pública, el símbolo del matrimonio es el amor. ¿Cuántos de ustedes viven realmente en el amor? El verdadero amor es el que todo lo cree y todo lo espera. No es con palabras, rezos, o predicaciones; la única forma de enseñar a la humanidad es con ejemplo. Hoy quiero decirles, especialmente a los pastores de Colombia, que los amonesto por su falta de misericordia, olvidándose que ellos pueden tener familiares o engendrar hijos gays.
Ayer (miércoles) se me acerco uno de esos hermanos de la fe y le dije: estoy pidiendo a Dios para que en su descendencia hayan muchos gays. El contesto, no me maldiga. ¿Cuál sería el dilema para Dios cuando encuentra que en la humanidad hay seres diferentes?, seres gays, ¿Aborrecerá lo que él mismo hizo? No saben que las palabras afectan, estamos retrocediendo como en la época oscura.

Yo he querido intervenir sin pasiones, sin sentimientos, sin interés particular, porque el día que me quiero casar, me casó, no importa cómo, lo importante es estar inspirado en el amor. Estamos en el epicentro de la democracia, debemos engendrar paz, tolerancia, respeto; hemos escuchado discriminación en el Congreso, por eso les digo: Dios bendiga la vida de ustedes y los hogares que van a tener muchos hijos gays”.

Por Felipe Morales Mogollón

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