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Los comicios para elegir los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado de la República, que integrarán el Congreso entre el 7 de agosto del año en curso y el de 2018, tuvieron la calma y la seguridad como común denominador.
Sin embargo, las denuncias por la compra de votos, el uso de publicidad política cerca de los puestos de votación, el costreñimiento a los ciudadanos y la suplantación siguen siendo protagonistas de la jornada electoral.
Las fallas en el sistema biométrico en lugares como Tuluá y Barranquilla, en donde el magistrado del Consejo Nacional Electoral, Pablo Gil de la Hoz, se quejó por la lentitud en las filas para entrar a los puestos de votación, exasperaron a los ciudadanos. Esta situación hizo que la Registraduría aplicara el sistema de manera aleatoria.
En el municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, un hombre fue baleado en un puesto de votación, por lo que varias personas salieron de allí y decidieron no votar.
El mal clima generó poca afluencia de público durante las primeras horas de la jornada electoral en algunas ciudades del país.
Los habitantes de Tierra Bomba, en Cartagena, destruyeron los tarjetones y se negaron a votar.
Antioquia
El departamento tenía un potencial de votación de 4’241.489 ciudadanos y 12.090 mesas para sufragar instaladas. Los problemas climáticos retrasaron la jornada electoral en Argelia, Santa Fe de Antioquia, Sabanalarga y Cocorná. Según le dijo a Caracol Radio el coordinador de la Misión de Observación Electoral (MOE) en Antioquia, Álvaro Córdoba, se habría presentado compra de votos de miembros del Partido Conservador por los que se ofrecían entre $160.000 y $360.000. Asimismo, se denunció el uso de propaganda extemporánea de los partidos de la U y Liberal. Estos casos serán investigados por la MOE.
Nariño
En Nariño fueron instaladas 3.370 mesas de votación y contaba con un potencial de sufragantes de 1’032.588 potenciales sufragantes. Debido al desplazamiento de más de 90 familias en la costa nariñense el 24 de febrero, fue trasladada una mesa de votación de la vereda de San Pedro del Vino al casco urbano del municipio Francisco de Pizarro. Pasto, capital del departamento, estuvo entre la lista realizada por Misión de Observación Electoral en la que se denunciaban casos por constreñimiento o presiones sobre los sufragantes.
Valle del Cauca
Más de 3 millones de personas representaban el potencial de sufragantes en este departamento, para el cual se instalaron 9.451 mesas de votación. En Palmira se reportaron votantes que no pudieron ejercer su derecho al voto por la concentración de personas en la institución educativa San Vicente de Paúl y el coliseo de ferias Álvaro Domínguez Vallecilla. En Tuluá se presentaron problemas en una de las estaciones biométricas. En Buenaventura, lugar que fue noticia esta semana por el hallazgo de las “casas de pique” en las que se harían descuartizamientos, la jornada electoral transcurrió con normalidad. La mayor afluencia de público se presentó en la tarde, puesto que en las primeras horas del día hubo lluvias en la mayor parte del departamento. El primer reporte de la Registraduría revelaba un 86,33% de abstencionismo.
Un herido en Norte de Santander
En un puesto de votación del municipio Villa del Rosario, en la frontera con Venezuela, se reportó que una persona, cuya identidad no se ha establecido, fue herida y trasladada a un centro asistencial. De acuerdo con las primeras versiones, desconocidos la interceptaron y le dispararon varias veces por la espalda.
En Bucaramanga, la capital del departamento de Santander, las principales críticas indicadas por la Misión de Observación Electoral (MOE) fueron por la publicidad política cerca de los puestos de votación y por tres puntos en el área metropolitana donde no dejaron entrar a tiempo a los observadores electorales. La Policía reportó ciudadanos manejando en estado de embriaguez que violaron la ley seca decretada desde el sábado. En otro sector del departamento, el Ejército tuvo que acercar las urnas a unos 100 habitantes de Cimitarra, debido a que la creciente del río Carare les impidió trasladarse hasta el puesto de votación.
Barranquilla, filas largas por la biometría
La principal queja de los habitantes fue la demora para ingresar a los puestos de votación en el sur de la ciudad. Algunos señalaron lentitud en la operación del sistema biométrico (que verifica electrónicamente las huellas dactilares), por lo que la espera para el ingreso tardaba horas.
Incluso, la registradora delegada departamental, Patricia Jiménez, decidió que el sistema biométrico se aplicaría de manera aleatoria.
Además, el ciudadano Ignacio Zuleta denunció a este diario que en Barranquilla habían declararon inválidos 90 mil registros de cédulas, “de manera indiscriminada”, entre las cuales estuvo el suyo.
Zuleta cuenta que cuando llegó a la mesa de votación los jurados le indicaron que su cédula había sido invalidada por “doble zonificación” y señalaron que era un caso de “transhumancia (votar en un lugar distinto al de residencia)”, de manera que no pudo hacer mucho para aclarar su situación, pues agrega que él llegó a vivir a la ciudad desde junio de 2013. Ahora quedó identificado como transhumante incluso para las próximas elecciones presidenciales, a menos que haga la denuncia ante la Registraduría hoy mismo.