Publicidad

Iglesias, un lugar favorable para el coronavirus

El gobierno presentó las condiciones para reabrir centros religiosos pero la evidencia indica que son lugares proclives al contagio. En EE.UU ya aumentaron los casos por esta razón.

09 de julio de 2020 - 02:00 a. m.
Durante la cuarentena se han celebrado misas online sin asistentes, pero esta semana el gobierno anunció la reapertura de las iglesias del país.
Durante la cuarentena se han celebrado misas online sin asistentes, pero esta semana el gobierno anunció la reapertura de las iglesias del país.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Esta semana el Ministerio de Salud anunció el plan de acción para comenzar la reapertura de iglesias en el país. Sin embargo, los cultos y las prácticas religiosas, en su mayoría, involucran los principales factores de riesgo planteados por los epidemiólogos frente a la pandemia del coronavirus.

Por un lado, las iglesias cumplen la peligrosa regla de las 3 C asociadas con el contagio: cerrados, concurridos y cercanos. Pero hay algo adicional: una alta población de creyentes y de sus practicantes más activos son personas de mayor edad y, por lo tanto, una población en riesgo de las peores complicaciones que provoca el coronavirus. Y para rematar, muchos de los ritos religiosos incluyen actividades como hablar en voz alta y cantar, ambas relacionadas con una mayor emisión de aerosoles (gotículas diminutas que se expelen desde los pulmones) en los que viajan las partículas virales.

El plan de acción obviamente considera estas preocupaciones y busca minimizar el riesgo. Por un lado, contempla la obligación de que los fieles se inscriban de forma previa y el aforo no puede superar las 50 personas. Los lugares donde se vaya a realizar el culto deben desinfectarse y en la entrada debe existir un control de temperatura, desinfección de los zapatos y uso del tapabocas. También se deben crear espacios y rutas que garanticen siempre el distanciamiento de por lo menos dos metros. (Lea también: El protocolo para reabrir las iglesias católicas)

En el caso de ritos como el católico, los elementos de la liturgia deben ser manipulados por dos personas -el celebrante y su colaborador-. Quedan prohibidos los velones, cirios, flores y la repartición de boletines, volantes, lecturas o himnarios. La participación de mayores de 70 años no está permitida. Los protocolos pueden ser consultados en la página del Ministerio de Salud, pues incluyen otras indicaciones.

Al tiempo que Colombia emprende la reapertura de iglesias, las noticias que llegan de otros países que ya lo hicieron no son muy alentadoras. “El virus se ha infiltrado en sermones dominicales, reuniones de ministros y campamentos de jóvenes cristianos en Colorado y Missouri. Ha afectado a las iglesias que reabrieron con cautela con máscaras faciales y distanciamiento social, así como a algunas que desafiaron los cierres y se negaron a prestar atención a los nuevos límites en el número de fieles”, reportaron en las páginas de The New York Times esta semana los periodistas Kate Conger, Jack Healy y Lucy Tompkins.

Desde el comienzo de la pandemia, más de 650 casos de coronavirus se han relacionado con unas 40 iglesias y eventos religiosos en todo Estados Unidos, muchos de ellos durante el último mes.

En Corea del Sur fue célebre el caso del Paciente 31, quien al comienzo de la pandemia decidió no hacerse la prueba diagnóstica, pese a que los médicos se lo aconsejaron por haber estado en contacto con un caso positivo, y en cambio se paseó por Seúl, la capital, y visitó una iglesia en varias ocasiones. Los cálculos varían, pero a ese paciente se le atribuye haber contagiado al menos a otras 1.160. (Puede interesarle: Coronavirus: no actúe como el irresponsable paciente 31)

Uno de los principales argumentos para permitir la reapertura de iglesias, incluso antes de otros sectores, es el de mitigar problemas de salud mental en la población religiosa. Sin embargo, un reporte de La Silla Vacía expuso el lobby que han ejercido líderes católicos y evangélicos directamente sobre el Gobierno para apresurar la reapertura. Y las razones apuntan más hacia preocupaciones económicas.

Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, tomó la palabra a través de medios de comunicación a finales de junio para advertir que muchas parroquias estaban al borde de la quiebra, pues el 90 % de sus ingresos dependen de los feligreses. Por su parte, John Andrés Cuervo, gerente de la Misión Carismática Internacional, comentó también en medios de comunicación que habían sufrido una reducción del 80 % de sus ingresos.

Con un sistema de rastreo de casos débil en muchos municipios, y en medio de una fase de expansión de la pandemia en el país, no será tan fácil evaluar el resultado de la medida.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar