“Seamos claros: las pseudociencias matan. Y no solo eso, sino que son practicadas con impunidad gracias a leyes europeas que las protegen”. (Lea: ¿Nos estamos haciendo los locos con las pseudoterapias?).
Así inicia el primer manifiesto internacional contra las pseudociencias en salud. Un documento impulsado por diez asociaciones, firmado por 2.750 médicos y científicos de 44 países, que busca dejar claro que “ni el sector científico ni el de la salud apoyan las prácticas que están en contradicción con la evidencia científica”. También, espera sensibilizar a los medios de comunicación sobre el problema de las pseudoterapias y establecer una lucha contra estas prácticas a nivel mundial. (Le puede interesar: Científicos europeos firman manifiesto contra la pseudociencia)
El manifiesto inicia resaltando los casos de varios fallecidos a causa de las pseudociencias en salud: Francesco Bonifaz, de 7 años, quien murió de una otitis en Italia porque su médico le dio un tratamiento homeopático en lugar de antibióticos; Mario Rodríguez, de 21, que fue tratado con vitaminas para vencer el cáncer y murió en España. O Jacqueline Aldersiada, de 55, que dejó su medicación para el asma a tras las recomendaciones de su homeópata y falleció en Irlanda. Como ellos, miles de personas más en el mundo han decidido renunciar a la medicina tradicional y tratarse con tratamientos alternativos que no están validados científicamente, poniendo en riesgo su vida y su salud. (Le recomendamos: Cristales para sanar, pura charlatanería)
El fenómeno los tratamientos homeopáticos y otras terapias sin fundamento científico ha ido en auge a escala global, por lo que la intención de este manifiesto es enfrentarlo, por primera vez, desde una perspectiva internacional, exigiendo que las normativas que mantienen estas pseudoterapias y las presentan como “medicamentos” aunque no haya sido probada su utilidad médica más allá del placebo, sean reevaluadas.
“Venden azúcar a personas enfermas y les hacen creer que pueden curarlas o mejorar su salud. Esto ha ocasionado muertes, y lo seguirá haciendo, hasta que Europa admita una realidad indiscutible: el conocimiento científico no puede doblegarse ante los intereses económicos de unos cuantos, máxime si eso implica engañar a pacientes y vulnerar sus derechos”, asegura el manifiesto.
Para los firmantes, no solo se debe detener el fomento de la homeopatía, sino también luchar de forma activa por erradicar “las estafas de salud pública que implican las más de 150 pseudoterapias presentes en nuestro territorio”. En la exhaustiva lista figuran terapias pseudocientíficas como la acupuntura, terapia de ángeles, la Nueva Medicina Germánica, el biomagnetismo, la iridiología, la terapia ortomolecular, la apiterapia, aromaterapia y ayurveda, la terapia con cristales, ventosas, comunicación facilitada, homeopatía, iridología, MMS, naturopatía, reflexología, Reiki, EFT, la terapia de Gerson, la dieta alcalina… y un largo etcétera, de las que dependen las vidas de miles de ciudadanos. (Le puede interesar: El regaño de 250 científicos a los periodistas)
“Existe la creencia de que hay un conflicto entre la libertad de elección de un tratamiento médico y la eliminación de las pseudoterapias, pero no es cierto”, asegura la misiva. “Según el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a la asistencia médica. Mentir a los enfermos para venderles productos inservibles que pueden matarlos incumple el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz sobre su salud. Así que, aunque un ciudadano tiene derecho a renunciar a un tratamiento médico estando correctamente informado, también es cierto que nadie tiene derecho a mentirle para obtener un lucro económico a costa de su vida”.
Desde el punto de vista de los médicos y científicos firmantes, no es admisible tampoco que las leyes europeas amparen estas prácticas. Por lo que piden tomar medidas y crear leyes que ayuden a detener este problema y a frenar las pseudoterapias, “porque no son inocuas y producen miles de afectados”. “No es coherente que desde Europa se eleve la preocupación por el fenómeno de la desinformación y a la vez se ampare uno de sus tipos más peligrosos: la desinformación en tema de salud”, concluyen.
El manifiesto se presenta en un contexto clave. En medio de la pandemia, son muchos los falsos tratamientos que han sido presentados como la cura al coronavirus. Un estudio reciente publicado en el American Journal Of Tropical Medicine and Hygiene, y citado por el diario El País, recopilaba más de 800 muertes, casi 6.000 hospitalizaciones y 60 cegueras causadas por el uso de falsos remedios y por el consumo de productos nocivos y tóxicos para tratar el COVID-19 en países como Irán, Turquía o India.
En Colombia, el Ministerio de Salud también ha emitido varias alertas en contra de los “kits” de tratamiento contra el COVID-19 que han sido difundidos ampliamente en redes sociales y que promueven la automedicación, potenciando otros peligros como el daño renal, intoxicaciones o lesiones gastrointestinales. El Instituto Nacional de Salud también anunció que, a raíz de la pandemia, durante el primer semestre del año se incrementaron las intoxicaciones con sustancias de limpieza y desinfección como el hipoclorito y otros detergentes.
La insistencia frente al COVID-19 (pero que también aplica para los tratamientos pseudocientíficos que aseguran curar todo tipo de enfermedades) es la de siempre: “Estas sustancias NO deben ser consumidas como tratamiento, su utilidad no existe”.
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