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Un paciente chino infectado por el nuevo coronavirus y hospitalizado en Francia desde finales de enero murió el viernes por la noche, anunció este sábado la ministra francesa de Salud, Agnès Buzyn. La muerte de este hombre, un turista de 80 años, es "la primera afuera de Asia, la primera en Europa", subrayó la ministra en una conferencia de prensa.
Hasta ahora se habían registrado sólo tres decesos fuera de China continental: en Filipinas, Hong Kong y Japón.
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"Fui informada ayer por la noche", precisó Buzyn. La salud del paciente, hospitalizado en el hospital Bichat en París, "se había degradado rápidamente y desde hacía varios días se encontraba en un estado crítico".
El paciente fue hospitalizado hace tres semanas, luego de que cayera enfermo mientras visitaba la capital francesa junto con su hija (de 50 años), quien también es portadora del virus y se encuentra hospitalizada, pero en condición estable y rumbo hacia una recuperación pronta.
La pareja son originarios de Hubei, la provincia china epicentro del virus. El hombre, que murió en el hospital Bichat luego de una infección pulmonar producto del virus, había sido hospitalizado desde el 25 de enero, nueve días después de su llegada a Francia.
Seis de los 11 casos de infección confirmados en Francia permanecen hospitalizados sin que su estado de salud sea preocupante, entre ellos cinco británicos contaminados en los Alpes. Otros cuatro casos ya fueron dados de alta, agregó la funcionaria.
La epidemia de neumonía viral COVID-19, detectada en China en diciembre en la provincia de Hubei, ya contaminó a más de 66.000 personas y dejó más de 1.500 muertos en el país.
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Fuera de China continental, se confirmaron cerca de 600 casos de contagio en unos 30 países y territorios, entre ellos un primer caso anunciado el viernes en el continente africano.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que es imposible prever la dirección que tomará el coronavirus. El funcionario, que habló durante una conferencia en Munich, Alemania, manifestó su preocupación por la llegada del virus a países con sistemas de salud menos robustos que China, epicentro de la enfermedad.