Abejas, agroquímicos y alimentos

Juan Pablo Ruiz Soto
03 de abril de 2019 - 05:00 a. m.

Un informe reciente del Centro de Ecología e Hidrología de Gran Bretaña demuestra que muchas especies de insectos polinizadores están desapareciendo. El estudio hizo el seguimiento a 353 especies durante 35 años: un tercio de las especies estudiadas están declinando y un cuarto de ellas han desaparecido.

Un factor determinante es la pérdida de hábitat. En la medida en que simplificamos el paisaje, también se reduce la diversidad de especias que polinizan, quedando aquellas que aprovechan lo que permanece en el paisaje. Los polinizadores no agrícolas que dependen de la existencia de la biodiversidad son vitales para un campo sano, rico en biodiversidad. Por ello, la presencia de bosque en medio de los paisajes agropecuarios es clave. Los polinizadores juegan un papel crucial en la polinización de las flores silvestres y son recurso alimenticio para otras especies silvestres. Flores silvestres y polinizadores dependen unos de otros para sobrevivir. Las pérdidas en cualquiera de los dos son una causa importante de preocupación cuando consideramos la salud y la belleza de nuestro entorno natural, dice el estudio.

El resultado de la investigación señala que existen múltiples presiones ambientales que llevan a cambios en el comportamiento de las abejas, que manejamos para la producción de miel para consumo humano, y de otros polinizadores muy importantes para la producción de comida y el equilibro ecosistémico. Los hallazgos del estudio respaldan estudios previos que sugieren que acciones de conservación —como la agricultura amigable con la vida silvestre y la presencia de reductos de bosque en predios dedicados a la producción agropecuaria y en corredores biológicos— tienen gran impacto en los polinizadores silvestres de paisajes rurales y urbanos. Otro factor que está afectando a los polinizadores es el cambio climático, que reduce o modifica sus espacios vitales.

El Instituto Earthwatch afirma que las abejas son el ser vivo más importante del planeta y que en número de individuos han desaparecido en un 90 %, debido a razones asociadas principalmente a deforestación, uso indiscriminado de pesticidas y cambios de uso de suelo. Recientemente, Francia prohibió el uso de cinco agroquímicos considerados altamente tóxicos para las abejas.

En Gran Bretaña, donde se hizo el estudio mencionado, se dice que hace falta información e investigación. ¡En Colombia sí que estamos mal! No hay datos que nos permitan seguir la situación de los distintos polinizadores, pero la poca información existente demuestra la urgencia de una política pública para su protección, promoviendo el desarrollo apícola y la producción agrícola sostenible. En el contexto de las discusiones políticas actuales, diversas fuentes aseguran que el glifosato también mata a las abejas.

Debemos tomar medidas sobre agroquímicos, deforestación, función ecológica de la propiedad y manejo de polinizadores rurales y urbanos. Investigaciones realizadas por organizaciones de la sociedad civil señalan que ha desaparecido, por uso de agroquímicos, el 34 % del total de colmenas manejadas para producción de miel en Colombia.

El semestre pasado se presentó un proyecto de ley que busca impulsar una política nacional para la conservación de los polinizadores, promover el desarrollo apícola y la producción agrícola sostenible. Este proyecto se debe retomar en esta legislatura. De cada 100 productos alimenticios, 70 dependen de la función de polinizadores. ¡¡¡Cuidémoslos!!!

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