Publicidad

Agua en la Luna

Aura Lucía Mera
17 de noviembre de 2009 - 01:12 a. m.

CONFIESO QUE SENTÍ  UN FRÍO EN los huesos cuando leí hace unas semanas que EE.UU. había lanzado un cohete que explotaría en la Luna para saber si había agua o no en ella. Ya suficiente con haberla mancillado con el aterrizaje de esos tres lunáticos disfrazados de astronautas (creo que se chiflaron un poquito al regreso) hace unas décadas. Ahora la noticia es que sí hay agua. Y que los terrícolas podemos colonizarla algún día. Habitar en ella y, naturalmente, destruirla como ya lo hemos logrado con la Tierra.

Hace poco vi un programa en Discovery Channel en el que nos mostraba la influencia lunar en nuestro planeta. Sin ella no existiríamos. Ya nos hubieran chupado y desintegrado hace trillones de años los agujeros negros. De la Luna depende que giremos alrededor del Sol, que exista la vida y, por ende, nosotros, aunque duremos un segundo en el cosmos. De ella dependen las mareas, los cambios climáticos y hasta los cambios temperamentales de cada uno de nosotros.

No es solamente la inspiración de poetas, escritores, enamorados, nostálgicos y depresivos. No es solamente un apéndice frío, inerte y ceniciento que nos vigila desde arriba, o desde abajo (depende de cómo estemos girando). No es solamente la esfera que crece y decrece según el Sol la ilumine y que inspira el aullar de lobos y felinos en noches de plenilunio. No es solamente el pedazo de queso con el que sueñan ratones, ni bestias feroces sedientas de yugulares.

Su gravedad nos mantiene en órbita. Su energía nos sintoniza en el cosmos. Su presencia es nuestra vida. Su luz es nuestro equilibrio. Su lado oscuro y frío nuestro misterio. Su posición atrae y cimbra las profundidades de nuestros mares. Su reino es nuestra existencia. Su majestuosidad merece respeto.

¿No tendremos suficiente con el poderío de EE.UU. en todos los rincones del planeta, con su destrucción paulatina y continua de civilizaciones, de países, de culturas que no sean sumisas a sus mandatos? ¿No tendremos suficiente con las consecuencias catastróficas de haber convertido el dios dinero en la única meta del ser humano? ¿No tendremos suficiente con haber dejado agonizar la diversidad de idiomas para someternos a su léxico como única salvación universal? ¿No tendremos suficiente con sufrir globalmente en mayor o menor grado la asfixia de sus tentáculos poderosos? ¿No tendremos suficiente con la globalización de chicles, pop-corn, hamburguesas, papas fritas y perros calientes? ¿No tenemos actualmente suficientes MacDonald’s regados por todo el atlas universal?

¿Ahora le toca a la Luna? Sigo en pánico. Ojalá no esté en este planeta cuando suceda la colonización lunar. Ojalá ya  mi energía esté flotando en otros universos, hechos también de polvo cósmico, pero todavía incontaminados del poderío salvaje e imparable del país que  pretende insanamente dominar el mundo. De una cosa estoy segura. Pagaremos fuerte esta osadía. La Luna no se dejará, de nuevo, mancillar.

De momento la miro, la contemplo, y a través de ella les envío besos y amor a todos aquellos seres que me precedieron en el viaje cósmico, deseando, algún día, volverlos a encontrar.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar