Antioquia también le debe un “gracias” al presidente Santos

Guillermo Zuluaga
11 de agosto de 2018 - 05:00 a. m.

En diciembre del año pasado, durante la inauguración de las obras del túnel del Toyo, el gobernador de Antioquia, en un emotivo discurso, dijo que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos era el que más recursos había invertido en Antioquia a lo largo de la historia. Claro, en la tarima central estaba el presidente Juan Manuel Santos.

Porque son muy pocos los escenarios —por no decir ninguno— donde los antioqueños reconocen los aciertos, o al menos algún aporte, del presidente Santos. Defender el Gobierno de Santos en Antioquia es casi tan productivo como hablar de las bondades de la planificación familiar en el atrio de la Basílica Metropolitana, un domingo a la salida de misa.

El asunto cobra alguna relevancia tratándose de esta “Antioquia altiva y altanera”, como cantan los ditirambos locales. Porque Santos, con sus modales y sus prosapias, es un personaje que representa, o que ajustaría bien, en esos ideales antioqueños de la raza y los abolengos que tanto aman nuestras abuelas del parque de Bolívar, de Envigado, de Santa Rosa o Marinilla. Sin embargo, si se hiciera un concurso de antipopularidad, sería en lo único que Santos saldría ganador en estas “pujantes” tierras.

Ahora bien, es conocido que en Antioquia se sabe de tasar recursos en la bolsa y de inversiones. Y hasta tenemos cierta fama ganada de buenos administradores (no quiero decir “metódicos”). Entonces resulta incomprensible que quien más ha traído recursos a estas tierras no sea bienquerido: según datos del DPN, el Gobierno Santos por ley (SGP) debió destinar $30,2 billones a Antioquia; pero Santos dobló la apuesta y con recursos del Presupuesto General de la Nación entregó, además, $27,9 billones, y $1,6 billones del Sistema General de Regalías. Así, gracias a este Gobierno, durante los ocho años el departamento de Antioquia recibió la friolera de $59,7 billones. Antioquia, la provincia de Antioquia, encerrada entre montañas de vértigo desde hace casi medio siglo, gracias al apoyo de ese gobierno se conectará más pronto con el mar, con el occidente y con el centro, a través de las autopistas de la Prosperidad y por sus túneles del Toyo y de la Quiebra, entre otras obras de infraestructura.

Nunca he visto en Juan Manuel al santo de mi devoción. De hecho maldije un poco su nombre cuando atacó al gobierno de Samper y luego cuando se alió con Pastrana. En 2010 me dejé llevar por aquella ola verde y voté por Mockus para que Juan Manuel no fuera presidente. Sin embargo, en 2014 “me tragué un sapo” y voté por él para que terminara el proceso de paz iniciado con las Farc. Y si la vida me diera la oportunidad, volvería a votar por él.

Y si bien los paisas somos muy dados a medir todo en cuestión de dinero, creo que otro gran aporte que le deja Juan Manuel Santos a Antioquia es que muchos campesinos de San Francisco y Cocorná, de Briceño y de Ituango, y de Peque y de otros pueblos podrán salir a caminar tranquilos sin temor a una mina antipersona; también, muchas madres de soldados campesinos podrán conciliar el sueño. Porque si bien con los acuerdos con las Farc no se logró esa “paz” de la que tanto se hace propaganda, la verdad sí abre un poco el camino hacia la esperanza. Y eso también vale. Y eso también cuesta. Y eso también nos beneficia en Antioquia y tenemos que valorarlo.

Gracias, presidente.

 

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