La revista Semana publicó el 25 de octubre un artículo titulado: “La encrucijada del ministro”, en el cual reconoce que el Gobierno quiere reiniciar las fumigaciones con glifosato, pero necesitará el visto bueno de su ministro de Salud, Fernando Ruiz, quien en el pasado se opuso a estas rotundamente.
En vista de que el resto del artículo lo dedicó Semana a publicar evidencias científicas reafirmando los peligros del glifosato contra la salud humana, me dediqué a averiguar por Google sobre este tema hasta que, tras mucho buscar, hallé nada menos que una publicación de la Environmental Protection Agency de los Estados Unidos (EPA) contraria a Semana.
“En enero de 2020 —comienza la publicación de la EPA— tras recibir y considerar los comentarios del público sobre los riesgos del glifosato, tomamos una decisión temporal como parte de la revisión del registro que le hacemos a los fungicidas cada 15 años, porque el glifosato ha estado en uso en todo el mundo, para decenas de cultivos, bajo el nombre de Roundup, desde 1974”.
“Como resultado de tal decisión, reconocemos continuar hoy sin hallar riesgos contra la salud humana de los hombres ni de los niños, por culpa del glifosato, mientras se use este de acuerdo con las instrucciones escritas en sus envases. Más aún, hemos encontrado como improbable que cause el glifosato el cáncer en los seres humanos”.
Traduzco y resumo a continuación más párrafos del documento original de la EPA: “No hay riesgo de que los niños en el útero, los recién nacidos, los infantes o sus madres se enfermen tras ingerir residuos de glifosato con sus alimentos”.
“Insisten de nuevo. No existe evidencia de que el glifosato les cause cáncer a los humanos. La EPA no está de acuerdo con International Agency on the Research for Cancer (IARC), cuando afirma que el glifosato es probablemente carcinógeno para los humanos. Porque carecen de rigor científico sus conclusiones basadas solo sobre ocho casos de cáncer en animales”.
“Para afianzarse en su desacuerdo con la IARC, citan a continuación paneles de expertos en Canadá, Australia, Europa, Alemania, Japón, FAO, OMS… que están de acuerdo con la EPA sobre la no evidencia de que el cáncer humano pueda ser causado por el glifosato”.
“No hay certeza de que el glifosato posea potencial para interactuar y descuadrar el estrógeno, el andrógeno o la tiroides”.
“Debido a su extendido uso, sí pueden existir residuos de glifosato en algunas frutas frescas, vegetales y cereales, sin causar mayores problemas, siempre y cuando se encuentren bajo su nivel de tolerancia definido en la lista contenidos máximos de la EPA en su resolución 40 CFR & 180.364”.
“Admite la EPA que sí pueden presentarse riesgos potenciales para algunas plantas acuáticas, para los pájaros y para las abejas de miel. Ayuda eliminar estos riesgos fumigar durante las primeras horas de la mañana, cuando aún no hay vientos fuertes, empleando drones para fumigar a baja altura y bombas de llevar a la espalda para asperjar a ras de piso y solo lo absolutamente necesario.
Las soluciones. De acuerdo con el expresidente Álvaro Uribe, las oposiciones más graves a las aspersiones aéreas con glifosato provienen de la Corte Constitucional y de no haber excluido de las consultas populares los temas relacionados con el orden público. En cuanto a la autoridad de la Corte para prohibir las aspersiones, se considera que prevarica, al extralimitar las funciones del presidente para mantener el orden público y la viabilidad financiera. Colombia más el mar de coca, igual a cero paz y cero viabilidad financiera. En cuanto a las consultas a las comunidades, lamenta el expresidente haber dejado pasar demasiado tiempo para excluir de ellas los temas de orden público.