Apuesta por la modernización del transporte de carga

Ángela María Orozco
16 de julio de 2019 - 09:14 p. m.

Hace unas semanas, cuando el presidente de la república, Iván Duque Márquez, le dio vida al nuevo programa de modernización de vehículos de carga pesada en el país, tras la entrada en vigencia del Decreto 1120 del 26 de junio de 2019, no dudó en catalogarlo como el “más ambicioso de Latinoamérica y el Caribe”, y sin duda así lo es.

Hay varias razones para esa afirmación. Esta nueva estrategia de modernización promueve la eficiencia del transporte de carga, activa el emprendimiento en los actores del sistema y mejora el medio ambiente y la calidad del aire, toda vez que reduce las emisiones de CO2 y material particulado.

Se trata además de un programa más que necesario. En Colombia existen 119.000 vehículos de transporte de carga pesada con un peso bruto vehicular (PBV) superior a 10,5 toneladas, según el RUNT. Cerca de 51.000 de estos vehículos tienen veinte años o más de antigüedad. Con el nuevo programa de modernización de vehículos de carga pesada, los grandes beneficiados serán, en su gran mayoría, los pequeños propietarios dueños de estos automotores, que podrán modernizarlos y así aportar a lo que el presidente Duque ha denominado el crecimiento limpio del país.

Para lograrlo, ellos pueden acceder a una serie de beneficios integrales, como un reconocimiento económico del 50 % de lo establecido actualmente y la exención del IVA del 19 % para la reposición de los vehículos. Para esto se ha creado el Fondo Nacional de Modernización del Parque Automotor de Carga, que contará inicialmente con un presupuesto de $260.000 millones para este fin y que se alimentará en el futuro del 15 % de contribución ambiental, de los recursos provenientes del proceso de normalización y otras fuentes en desarrollo.

En la concepción y puesta en marcha del programa fue fundamental el respaldo y acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial, comprometidos con este nuevo esquema orientado hacia la eficiencia energética.

Más allá de eso, vale la pena destacar que este logro del Gobierno del presidente Duque, alcanzado en menos de un año de su mandato, fue concertado con los transportadores en mesas regionales y nacionales de diálogo y no es un simple plan para cambiar vehículos viejos por otros más modernos de última tecnología, mediante la aplicación de incentivos tributarios. Se trata, sin lugar a dudas, de una verdadera revolución en materia de política pública de transporte, para un sector que mueve la economía del país, pero que también beneficia la calidad de vida del ciudadano de a pie.

En estos once meses logramos propiciar la eficiencia y el emprendimiento, y generamos incentivos para la renovación del parque automotor en el sector de carga. Gracias a esto, Colombia reducirá drásticamente el impacto negativo de las emisiones de gases efecto invernadero en la atmósfera, mejorará la calidad del aire y también contribuirá a reducir el número de siniestros viales. Son beneficios que impactarán directamente la salud de los colombianos, además de mejorar la productividad del transportador, en la medida en que se reducirán de manera sustancial sus costos de operación y mantenimiento.

Estudios de caso internacionales han evidenciado que pueden aumentar la utilidad del transportador hasta en nueve veces, que se deberá a más kilómetros recorridos por su mayor disponibilidad operativa y menores costos por mejores tecnologías. De manera que logramos construir con todos los actores un programa que permite modernizar la flota de carga y aportar al medio ambiente del país.

 

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