Buscando recursos con las cuentas llenas

Columnista invitado EE
17 de diciembre de 2019 - 09:19 p. m.

Por: Miguel Samper Strouss

En alguna de las defensas públicas que el presidente Duque ha hecho sobre la Ley de Crecimiento Económico le escuché decir que el proyecto, que hace trámite en el Congreso, es necesario entre otras razones porque ayuda a enfrentar “problemas que envejecieron mal, para que podamos mejorarles la calidad de vida a los colombianos”. Esto, ha explicado, con el recaudo de $13,5 billones en impuestos para financiar programas de impacto social y generando mayor dinamismo en la economía.

Pero el Gobierno está saliendo a buscar más recursos, subiendo algunos impuestos para las personas naturales, aún sin ejecutar los que tiene. En efecto, del presupuesto disponible este año para esos programas que mejoran la calidad de vida de los colombianos, el Gobierno ha dejado de invertir lo equivalente a casi 1,5 leyes de crecimiento económico.

Al 12 de diciembre de 2019, 40,5 billones de pesos del presupuesto nacional estaban sin cumplir el objeto para el que fueron asignados. Restemos los rubros que tienen que ejecutarse antes de que finalice el año, como transferencias en salud o educación o el pago de prestaciones sociales de la Fuerza Pública (excluyendo así los sectores de Hacienda, Salud, Trabajo, Educación y Defensa), y la cifra sigue siendo sustancial: a escasos días de que culmine el 2019, el Gobierno no ha ejecutado más de 19,6 billones de pesos, recursos con los cuales se podría construir otra línea de metro en Bogotá, y sobraría plata.

De este monto, el Ejecutivo ni siquiera tiene claro en qué se va a gastar 7,8 billones de pesos, pues no los ha comprometido en ningún contrato, recursos con los cuales se podrían construir más de 178.000 viviendas gratuitas.

El sector de Ciencia y Tecnología, por ejemplo, solo ha logrado ejecutar en 11 meses el 17 % de los recursos para inversión que le fueron asignados. Es decir que tiene aún más de 277.000 millones de pesos por invertir en uno de los sectores consentidos de la economía naranja.

La Presidencia de la República está pendiente de ejecutar el 88 % de su presupuesto de inversión, lo que equivale a la suma de 120.000 millones de pesos. De ahí que un programa como el de “Contribución para promover la sostenibilidad ambiental y socio-económica en municipios PDET y territorios afectados por el conflicto nacional” solo cuente con una ejecución del 2,5 %: faltan por obligar o pagar 95.000 millones de pesos asignados a programas en los 170  municipios más  azotados por el conflicto armado.

De los presupuestos de las principales agencias y entidades encargadas de la implementación de la paz, incluyendo el Fondo Colombia en Paz, solo se ha ejecutado el 68 %. O sea, están pendientes por ejecutar más de 1,4 billones de pesos en lo que resta de año, recursos con los que se les podría titular la tierra a cerca de 600.000 familias campesinas. 

La Agencia de Desarrollo Rural, encargada, entre otras, de llevar proyectos productivos, construir y mantener distritos de riego y realizar acompañamiento técnico a la población rural, solo ha ejecutado el 23 % de su presupuesto de inversión. Es decir, casi 200.000 millones de pesos están pendientes de ejecución.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, por su parte, solo ha ejecutado el 25% de su presupuesto de inversión, dejando de invertir a la fecha más de 46.000 millones de pesos. Aunque con un mayor grado de ejecución, el Fondo Colombia en Paz, que maneja los recursos para la sustitución de cultivos de uso ilícito y para la reincorporación de excombatientes, entre otros programas vitales para el posconflicto, debe ejecutar en los próximos 15 días la suma de 720.000 millones de pesos, el 31 % de su presupuesto.

Si el presupuesto no se ejecuta los recursos vuelven al Tesoro Nacional, las entidades son castigadas y se aplazan las soluciones a los problemas y necesidades de los ciudadanos. Solo quien ha sido gerente público sabe que si no hay ejecución no hay resultados. Los presupuestos de la vigencia siguiente se castigan, los programas pierden alcance, el Estado legitimidad y los ciudadanos la fe.

Ojalá me corrijan con hechos, pero es prácticamente imposible que logren ejecutar una cifra tan alta en 15 días. Esperemos que en el 2020 el Gobierno "enderece”. Que el próximo año venga cargado de una ejecución decidida, como lo han hecho los sectores de Educación, Trabajo y Salud, con ejecuciones por encima del 90 % de sus presupuestos. Que el propósito de todas las entidades del Ejecutivo sea el de no seguir dejando envejecer mal problemas que se pueden resolver trabajando a toda marcha.

 

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