Esta semana nos jalaron las orejas por hacer una nota sobre el confuso trino de Gustavo Petro, en el cual parecía sugerir que Antanas Mokus y Juan Manuel Santos representaban el paramilitarismo. Además, nos pasamos de prudentes con el gancho de la portada sobre la denuncia de la muerte de Santiago Ochoa y Santiago Murillo al decir que “aparentemente” habían sido asesinados. Y pues tampoco.