Carta abierta a la OEA

Yohir Akerman
02 de septiembre de 2018 - 05:00 a. m.

Señor secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Almagro. Respetada Asamblea General, Consejo Permanente de la Organización y admirados representantes de los pueblos de las Américas.

Les escribo esta carta como colombiano sorprendido y preocupado por el nombramiento del señor Alejandro Ordóñez Maldonado como el delegado de mi país ante la entidad que ustedes representan.

Me explico.

Sorprendido, ya que el señor Ordóñez, entre otras, cuando tenía 24 años solía asistir a quemas de libros que consideraba paganos, como los que defendían los ideales de la democracia liberal. Valores que ustedes a su vez promueven y reclaman en las Américas.

Está documentado que Ordóñez consideraba que esos textos eran un camino seguro al comunismo ateo, y por eso lideró quemas de libros de autores tales como el nobel de Literatura Gabriel García Márquez y los filósofos Jean-Jacques Rousseau y Karl Marx. (Ver Foto).

Preocupado, también, ya que el señor Ordóñez ha usado sus cargos públicos para imponer una agenda católica en Colombia pese a que por ley es un Estado laico. En ese esfuerzo ha atacado los derechos de las minorías, principalmente a la comunidad LGTB y en general a personas de otras religiones o creencias distintas.

Desde el cargo de procurador general de Colombia, libró férreas batallas en contra del aborto, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, el matrimonio gay, la legalización de la marihuana, el proceso de paz y la eutanasia. (Ver Posturas más polémicas).

Ahora bien, lo que más confundido me tiene es cómo se le puede dar una embajada tan importante para Colombia a una persona que fue destituida de la Procuraduría.

Me sigo explicando.

El Consejo de Estado determinó que la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia no podía ternar a Ordóñez Maldonado ante el Senado de la República para su reelección en la Procuraduría, puesto que este había nombrado en altos cargos del órgano de control disciplinario a familiares cercanos de los magistrados que lo postularon. (Ver Destitución).

La famosa puerta giratoria de tú me eliges, y yo nombro a tus familiares.

Un ejemplo de esto es bastante preocupante.

José Leonidas Bustos Martínez fue magistrado de la Sala Penal de la Corte Suprema y un poderoso de la justicia colombiana que mantuvo su poder hasta que fue involucrado en un escándalo de corrupción, acusado, nada más ni nada menos, por el exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno, preso en Estados Unidos por recibir sobornos. (Ver Reloj).

La exesposa de Bustos Martínez, la señora Ana Josefa Velasco de Bustos, fue profesional universitario grado 17 en la Procuraduría Regional de Cundinamarca hasta el 7 de abril de 2006 cuando se retiró después de haberse jubilado. Su pensión de retiro fue calculada en ese momento con base en el salario que tenía, el cual rondaba los cinco millones de pesos mensuales. (Ver Renuncia).

Ahora bien, el 19 de febrero de 2010, una vez Ordóñez llegó a la Procuraduría, Velasco de Bustos fue milagrosamente reintegrada a la entidad, ahora con un cargo mucho más alto como procurador 134 Judicial II. (Ver Nombramiento).

Para ese entonces, la señora Velasco de Bustos todavía era esposa del exmagistrado, como lo confirma un permiso que pidió el 4 de agosto de 2010 para asistir con su entonces esposo, Leonidas Bustos, a un evento en Cartagena. (Ver Permiso).

Esta funcionaria estuvo en la Procuraduría, en esta segunda oportunidad, hasta el 30 de noviembre de 2014 cuando se volvió a jubilar, esta vez con una pensión reliquidada, gracias al salario del cargo de procurador judicial II, que era de más o menos 25 millones de pesos. (Ver Constancia).

Es decir, este nombramiento fue simple y llanamente para subir el valor de la pensión de jubilación de la exesposa de Bustos. Y no poquito.

La ley colombiana establece que los miembros de la Procuraduría con las características de la señora Velasco de Bustos se pensionan con el 75% del salario del último año. 

Como profesional 17 su pensión era tasada en más o menos cuatro millones de pesos, y como procurador judicial II esa pensión subió aproximadamente a 19 millones de pesos mensuales. Esto es una diferencia de 15 millones de pesos al mes que suman 180 millones de pesos al año, o 60.000 dólares, que el señor Ordóñez, con sus maniobras, le regaló del erario a la exesposa del magistrado que hoy suman, cuatro años después, unos 240.000 dólares. Y los que faltan.

Esto se confirma mediante la resolución de Cajanal número 105 del 25 de octubre de 2005 que reconoció su pensión de vejez, la cual fue reliquidada mediante resolución RPD 51620 del 3 de diciembre de 2015 y modificada con la resolución RPD 7474 del 20 de febrero de 2016.

No para ahí.

El señor Alejandro Ordóñez realizó una estrategia similar con Martha Cristina Pineda Céspedes, la segunda esposa del exmagistrado Bustos, que trabajó como procuradora 26 judicial II hasta el 29 de agosto de 2016. Otra platica invertida en sus cuotas políticas.  

Ejemplos como estos de corrupción y cuotas políticas son varios en la administración de Ordóñez, y son los que hicieron que fuera destituido de la Procuraduría, realizándole un inmenso daño a la legitimidad de las decisiones de ese ente de control.

Ahora, estimados miembros de la OEA, esta persona con este oscuro pasado llegará a la organización y se puede pronosticar un polémico y complicado mandato diplomático.

Es importante recordar que el señor Ordóñez en el pasado no ha escatimado para demostrar repetidas veces su desprecio ante la protección de los derechos humanos en el continente, como lo hizo hace menos de un año, al poner un trino en sus redes sociales preguntándose quiénes componen a la CIDH. Su inmediata respuesta fue, nada más y nada menos, que “miembros de la izquierda internacional en busca de recursos para financiarse”. (Ver Twitter del 8 de noviembre de 2017).

Esa es la persona con la que tendrán que proteger la democracia y la integración de las Américas. Muchas gracias por la atención y un atento saludo.

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

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