Carta abierta a María Victoria Angulo, nueva ministra de Educación

Álvaro Restrepo
05 de agosto de 2018 - 04:30 a. m.

Apreciada señora ministra:

En nombre de toda la comunidad de El Colegio del Cuerpo (eCdC) en Cartagena de Indias, quiero expresarle nuestras más sinceras felicitaciones por su nombramiento.

Le cuento que el miércoles 25 de julio fui convocado en Bogotá para una reunión conjunta entre el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Ministerio de Cultura que han denominado “Hacia el fortalecimiento de la educación artística y cultural en Colombia”.

Esta es una de mis obsesiones desde hace muchos años —incluso desde antes de la fundación de eCdC en 1997 (¡hace 21 años!).

En el año 1991 trabajé con Ramiro Osorio, en ese entonces director de la desaparecida Colcultura, como subdirector de Artes. Al cabo de un año de estar en este cargo, con la responsabilidad enorme de la orientación de todas las Artes de todo el país, le manifesté a Ramiro mi deseo de renunciar para dedicarme al tema que verdaderamente me interesaba y me sigue interesando: la educación artística y cultural desde los primeros años (para los artistas y para los no-artistas).

En ese entonces, Colcultura era Ministerio de Educación y consideraba que su misión ¡y su obligación! era propender por crear las condiciones e instituciones que ofrecieran una educación, en las artes y en la cultura, al más alto nivel desde la infancia.

Se creó en ese momento en Colcultura lo que se llama el SINFAC: Sistema Nacional de Formación Artística y Cultural. Sin embargo, esta área nunca tuvo, a mi juicio, la relevancia e importancia (ni el presupuesto) que merecía.

Me retiré de Colcultura en el 92, cuando la antropóloga Gloria Triana, en ese entonces directora del IDCT, me nombró rector de la naciente Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB), hoy Facultad de Artes de la Universidad Distrital. Pensé que desde allí podría aplicar muchas de mis ideas sobre una educación multi/inter/trans disciplinaria en las Artes y que además diera una gran importancia al cuerpo como dimensión transversal y territorio/patrimonio común de todos los seres humanos: el lugar donde acontece nuestra vida.

En los dos años que estuve al frente de la ASAB logramos aprobar, además de fortalecer, los ya existentes programas de Teatro y Artes Plásticas, el programa de Música y el primer programa de Danza Contemporánea de Nivel Superior de nuestro país.

Luego, en el año 1997, con la creación del Ministerio de Cultura, el tema de la Educación Artística (formal e integrada al currículo) quedó en una especie de limbo, tierra de nadie: una papa caliente.

El Ministerio de Cultura, con el pequeño presupuesto que tiene, ha venido haciendo lo que puede en el campo de la educación no-formal (hoy llamada “para el trabajo y el desarrollo humano”): profesionalizaciones de artistas empíricos, talleres y becas de actualización, etc.

Por su parte, en los últimos años el MEN ha ido restándole presencia y reconocimiento a la Educación Artística y Cultural, al determinar que los ejes prioritarios y las competencias básicas e “importantes”, son únicamente las matemáticas, las ciencias y el lenguaje (y bilingüismo). Como decía García Márquez: se sigue considerando a las ciencias y las artes como “hermanas enemigas”: irreconciliables.

El día que la escuché hablar en un encuentro de rectores en Compensar, me llenó de esperanza constatar la importancia que usted le otorga a la educación artística, a las humanidades, a la cultura, como herramientas, dimensiones y estrategias fundamentales en una educación integral: humanizadora y además como estímulo a la creatividad, a la imaginación, a la innovación: el niño completo que no es sólo razón y lógica, sino también intuición, percepción, sensorialidad. Tal y como lo decía Deleuze: no sólo manejamos conceptos sino también perceptos.

Nosotros, señora ministra, en eCdC, hacemos una clara diferenciación entre educar PARA el arte y educar CON el arte. Por supuesto, educar PARA el arte tiene que ver con la detección temprana, oportuna, del talento: lo que Gabo llamaba las vocaciones congénitas. Ofrecer al niño que se reconoce como artista la oportunidad de desarrollar sus dones y predisposiciones, para llevarlo al más alto nivel profesional imaginable. Para ello son fundamentales los colegios artísticos especializados, conservatorios, academias y universidades en las diferentes disciplinas de las artes. Desde la cuna hasta la tumba, como también decía nuestro inmortal Gabo, citando a Martí.

Y luego están los contenidos artísticos, humanísticos y culturales en los currículos de la educación general (educar CON el arte) para aquellos que no serán artistas, pero que complementarán su educación y su calidad de vida, con el acceso a la belleza, al goce estético, al prodigio de la creación: la educación de la sensibilidad de todos los educandos.

Por último... No podemos olvidar que estamos formando unas nuevas generaciones en un país que aspira a consolidar el posconflicto y a construir una nueva mentalidad, pacífica y reconciliada con su historia. Hace un par de años llevé personalmente al presidente Santos una carta en la que, a nombre de muchos artistas-educadores, le pedíamos que incluyera a las artes y a la cultura en las prioridades que su gobierno otorgaba, para llegar a ser el país más educado (y pacífico) de la región en el 2025.

A raíz de esta carta el presidente convocó a las dos ministras, Gina Parody y Mariana Garcés, para estudiar la creación de un área de convergencia entre los dos ministerios. Lo que yo quisiera soñar como posible: un auténtico Sistema Nacional (bi-ministerial) de Educación Artística y Cultural. Un poco como el existente y débil SINFAC de Mincultura, pero dependiendo presupuestal y metodológicamente de los dos ministerios unidos, en este propósito común por enriquecer la educación INTEGRAL y el quehacer artístico y cultural en nuestro país.

Educación para la Paz a través del Arte y Educación para el Arte en un país en paz que se reconoce, en sus niños y jóvenes y población en general, como una potencia mundial de creatividad, diversidad, talento y fuerza hacia el futuro.

Le deseo lo mejor en su nuevo reto.... Y por favor, cuente con nosotros los artistas/educadores para lograr sus metas y sueños al frente de las que considero, repito, las más importantes de todas las tareas y asignaturas pendientes: la educación integral y humanista de los colombianos.

* Director de El Colegio del Cuerpo en Cartagena de Indias.

 

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