¿Casuchas y niños desnutridos?

Jaime Arocha
12 de marzo de 2019 - 05:00 a. m.

Como lo hicieron otros medios, Semana publicó una crónica sobre la deplorable masacre de diez personas que el 27 de noviembre de 2017 ejecutaron guerrilleros del Eln en Pueblo Nuevo, una vereda de Magüí-Payán. El móvil consistió en neutralizar a quienes esos elenos recién llegados a la región consideraban disidencias activas de las Farc. Sellaron la operación izando su bandera a la orilla del río para que no quedaran dudas acerca de quiénes en adelante ejercerían control sobre la región.

Para explicar la demora en la investigación requerida, el cronista apeló al estereotipo que parece indispensable a la hora de hablar del Pacífico: “Al municipio de Magüí Payán, olvidado por el Estado, la pobreza se le sale por los poros, por las casuchas de madera, por la desnutrición de los niños, por la falta de atención médica especializada”**. En el recorrido por esa región, al cual me he referido en columnas anteriores, hallé un panorama algo distinto: a espaldas de la iglesia de Magüí, subiendo por una colina hay un centro de salud construido en cemento con un médico que remite a los enfermos graves a hospitales de mayor nivel. Puede hacer esas remisiones gracias a una ambulancia estacionada al frente. Más arriba están la garitas hechas con sacos de arena que albergan soldados armados con ametralladoras. Muchos niños juegan por las calles o se bañan en el río, sin los pelos desteñidos que deja la desnutrición, en tanto que los adolescentes se arremolinan con teléfonos inteligentes en el punto de la plaza que ofrece wi-fi gratis. Las casas de madera que han imperado en todo el litoral desaparecen a medida que hay más cemento. Fui cámara en mano documentando las pocas que aún ostentaban balcones bien tallados. Las acorralan construcciones de concreto con ventanales de narcoestilo azul o verde. Incluso, sobre el malecón hay un edificio de siete pisos que albergaba el hotel de un paisa. A diferencia de las de madera, que son palafíticas, por lo tanto bien adaptadas a las crecientes del río, el primer piso de las de cemento está a ras del suelo, en riesgo cuando suben las aguas.

Hace unos años, en esa área no existía la docena de estaciones de gasolina construidas sobre ambas orillas del río, innovación que también se da en Roberto Payán, Barbacoas y Olaya Herrera. Ostentan las mismas insignias de las bombas de Bogotá y, contaminando las aguas, les suministran diésel a las retroexcavadoras y motobombas de la minería industrializada, gasolina a los motores fuera de borda y deduce uno que a las cocinas que se han extendido por la región. Otro cambio que, además de Tumaco, replican los puertos mencionados consiste en ferreterías con depósitos de cemento y de canecas plásticas con todo tipo de químicos. En todas esas mercancías aparecen los íconos de marcas aceptadas y muy difundidas en todo el país. Llegan por las vías, así sean precarias, que han construido los distintos gobiernos. Es posible que pronto se reinicie la aspersión aérea de glifosato. Se dice que también será necesario controlar la entrada de los precursores químicos. ¿Cómo lograr ese propósito sin obstaculizar el transporte y sin desacelerar la construcción, agravando al mismo tiempo la ilegalidad de la minería? Más que por la ausencia del Estado, los problemas del Pacífico tendrán que explicarse considerando las complejidades y ambivalencias de la clase de Estado que se ha consolidado por allá.

* Profesor de antropología en la Universidad Externado de Colombia; votante por el Sí; defensor de la libertad de cátedra y de expresión, de la JEP, de la Comisión de la Verdad, de la reforma rural integral, de los derechos a la territorialidad ancestral de los pueblos étnicos, de los sistemas tradicionales de producción por su sostenibilidad ambiental. Opositor al fracking, a la deforestación de selvas tropicales y de bosques andinos, así como de la expansión de las agroindustrias de la caña de azúcar, de la palma aceitera y de los pastos para criar ganado.

** Semana. 2017. “Magüí-Payán, el cumpleaños que acabó en masacre”, diciembre 9, https://www.semana.com/nacion/articulo/masacre-en-narino-magui-payan-eln-asesino-a-13-personas/549910.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar