Choque de aviones

No es exageración. Sucedió y cómo se le echó tierrita y se tapó, a la espera de que otra noticia más truculenta haga olvidar un descuido que pudo terminar en una tragedia con cientos de muertos, convirtiéndose en una vergüenza nacional de incalculables consecuencias para la aviación comercial de nuestro país.

Al anochecer del pasado sábado 17 de noviembre un gigantesco avión de la línea aérea alemana Lufthansa fue desviado al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón por mal tiempo en Eldorado, pero al momento de aproximarse a la única pista que tiene este aeropuerto otro avión, esta vez de Avianca, pretendía hacer lo mismo, razón por la cual se dejó en manos de la operadora la decisión de quién debería aterrizar primero.

Sin embargo, la operadora, como se dice en el argot popular, “se embrolló” porque no se hizo entender del piloto del Airbus y este, a su vez, no pudo entender lo que ella le decía.

Comprendo que una funcionaria que tiene sobre sus hombros semejante responsabilidad debe tener algún conocimiento del idioma inglés y que también existen frases y palabras de común usanza en estos menesteres.

Pues ni lo uno ni lo otro: la operaria no dominó la situación porque en ese momento, según ella, “varias aeronaves le hablaron al mismo tiempo y no se le pudo copiar la información al piloto”.

Fue entonces cuando el piloto de Avianca intervino y le expresó a la operadora que debía darle prioridad al Lufthansa, que “viene de lejos, no le está entendiendo, no está familiarizado con el aeropuerto y no sabe qué hacer”. Conclusión: de no haber sido por el capitán del avión colombiano, seguramente se habría producido la colisión.

Pero es que dicho error no fue totalmente de la operadora, sino de quienes la contrataron, que a lo mejor ya vendieron el sofá, despidiendo al chivo expiatorio y lavándose las manos, como es usual.

Es preciso, por tanto, una investigación que ojalá no se quede en falsas promesas y que se prescinda de los funcionarios que tienen a su cargo el entrenamiento y la supervisión de los controladores aéreos.