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¿Más subsidios para Bogotá?

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Adolfo Meisel Roca
10 de julio de 2010 - 03:16 a. m.
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BOGOTÁ TENDRÁ METRO TARDE O temprano y lo subsidiaremos todos los colombianos, desde los que vivimos en la Costa Caribe hasta los indígenas de la Amazonia y los vendedores de plátano verde del mercado público de Quibdó.

El metro se va a construir a pesar de que los conceptos técnicos, como el de la Universidad de los Andes, muestran que la razón beneficios/costos es menor a uno. Pero incluso si fuera rentable el metro debería construirse con recursos propios de Bogotá, ya que un subsidio nacional de esa magnitud sería muy regresivo desde el punto de vista regional.

No hay que ser un experto en evaluación de proyectos de transporte para saber por qué los estudios que avalan la construcción del metro están errados: cualquier primíparo de economía sabe que en esas estimaciones siempre está inflada la demanda por el servicio y subestimados los costos de construcción. Por lo menos eso nos enseñó desde primer semestre a muchas generaciones de sus alumnos el profesor Manuel Ramírez, uno de los mejores economistas que he conocido. El que no lo crea que repase lo que pasó con el metro de Medellín, o lo ocurrido con tantas otras obras de infraestructura de transporte público.

Pero aunque se hagan algunos kilómetros del metro, otras líneas de Transmilenio y se establezca un tren de cercanías, el problema de la congestión del transporte en Bogotá no parece que se va solucionar por muchos años. En la medida en que los diferentes subsidios implícitos al mayor crecimiento de la capital no se desmonten, Bogotá seguirá el patrón tercermundista de las grandes urbes que dominan la economía, la política y el presupuesto nacional, y que por tanto divergen de las regiones periféricas, que se rezagan cada vez más.

Uno de los mayores subsidios que recibe Bogotá es el que le permite mayores inversiones en capital humano para sus habitantes. Un ejemplo de ello es lo que sucede con las becas crédito de Colfuturo, que para el 2010 acaba de anunciar 1.025 nuevos cupos para posgrados en el exterior. Las cifras son muy reveladoras de lo que estamos argumentando. Este año el 55,9% de las becas créditos se otorgaron a 613 personas nacidas en Bogotá, cuya población está alrededor del 16% del total nacional.

Los resultados para la Costa Caribe son especialmente negativos: sólo el 5,8% de las becas créditos las obtuvieron habitantes de esta región, que tiene el 21% de la población nacional. Peor aún, sólo un candidato graduado de una de las siete universidades públicas de la región fue seleccionado.

El diagnóstico está hecho. El principal escollo para el acceso a las becas créditos de Colfuturo por parte de los jóvenes profesionales de la periferia del país es el dominio de lenguas extranjeras. A pesar de ello ni los directivos de las universidades de la periferia, especialmente las públicas, ni los directivos de Colfuturo hacen nada al respecto.

Este es un tema de enorme importancia, pues el número de beneficiarios de Colfuturo  es, entre otras cosas, uno de los mejores reflejos de la calidad de las universidades colombianas. Prueba de ello es que entre las tres que muchos consideran las más destacadas, Los Andes, la Javeriana y la Nacional, obtuvieron en el 2010 el 54% de las becas créditos de Colfuturo para el 2010. Todas ellas, no sobra recordar, bogotanas. Allí está la gran ventaja competitiva de la capital y no en la construcción de obras de infraestructura de transporte que parecen poco transparentes, como las de la  calle 26, o poco rentables, como el metro.

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