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“Los años han pasado. No he vuelto ni creo que vuelva nunca a Barranquilla. A mi alrededor nadie conoce siquiera su nombre. Cuando me preguntan cómo es me limito a decir que está junto a un río, muy cerca del mar”. Este es el último párrafo de la novela En diciembre llegaban las brisas, de la escritora barranquillera Marvel Moreno (1939-1995). No es accidental que este sea el final de esta obra. Lo dice Lina Insignares, alter ego de la autora. Esta es la gran novela sobre la ciudad, escrita con un sentimiento de amor-odio de parte de su autora.
A menudo se debate si la huella inmensa del boom de la novela latinoamericana y del realismo mágico y la figura enorme de Gabriel García Márquez afectaron el surgimiento de autores que llegaron a la madurez un poco después. Marvel Moreno es un magnífico ejemplo de una escritora innovadora que buscó el sol sin dejarse opacar por García Márquez, y que encontró su propia voz. Me atrevo a definir lo que logró en su libro En diciembre llegaban las brisas como realismo brutal. La temática es la vida social de la élite de Barranquilla entre finales de la década de 1950 y los 60. Pero es sobre todo acerca de la falta de libertad de las mujeres de esa élite por causa del machismo, la violencia física y psicológica, la dependencia económica, los valores religiosos, patriarcales, la tradición, así como el racismo y el clasismo.
La narración avanza lentamente, recargada de personajes, pero los centrales son cuatro mujeres: Dora, Catalina, Beatriz —y todas las tristezas de sus vidas por la opresión de otras mujeres— y Lina, la equilibrada observadora con la cual parece haberse identificado Marvel.
¿Cómo era Marvel?, les he preguntado a muchos contemporáneos. Ella fue reina del Carnaval de Barranquilla de 1959, a los 20 años de edad, y la recuerdan como una gran reina. Era alegre, inteligente, divertida y atractiva. Pero también se dice que era indigestada, por sus tempranas lecturas, rebelde y diferente. En mi concepto, fue una joven brillante con inclinación intelectual y que tal vez nació antes de tiempo, pues unos años después las jóvenes barranquilleras, así como en todo el país, se empezaron a sacudir del mundo patriarcal y empezaron a estudiar en las universidades, se divorciaban si no les gustaba su esposo y se divertían, sin tanta opresión por parte de sus familias y su grupo social. No es que todo se hubiera superado, pero sí mucho, y rápido. Bien lo dice Lina, en la obra de Marvel, sobre lo que observó cuando vio en París a “nuevas muchachas de Barranquilla, ya liberadas y un poco indulgentes al dirigirse a mí porque sabían vagamente que alguna vez escribí un libro denunciando la opresión que sufrían sus madres”. Tal vez, si ella hubiera pertenecido a esa nueva generación, nunca se hubiera ido de Barranquilla.
Marvel Moreno fue una gran cuentista y En diciembre llegaban las brisas es una novela central en la literatura colombiana. Próximamente será publicada en alemán y ya hay conversaciones para publicarla en francés y en inglés. Con los años se valorará aún más esta voz lúcida, crítica y, paradójicamente, amorosa.