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Ayudar o “el amor es hoy”

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Adriana Cooper
08 de julio de 2021 - 05:30 a. m.
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Hace casi 20 años, Luis Carlos Barbotto y Beatriz Ferrer recibieron la noticia más difícil, tal vez: Felipe, su hijo, fue diagnosticado con un cáncer en el corazón. Un futuro promisorio en el mundo tangible quedó en pausa; la enfermedad se convirtió en protagonista y comenzó una de las experiencias más desafiantes y transformadoras de sus vidas. Médico y habitante temporal de la ciudad de Milán, Felipe los recibió a ambos en Italia cuando los días de la vida se escurrían sin freno y sus colegas ya habían dado su pronóstico: le quedaba poco. Semanas antes de trascender (verbo que usan sus papás), los invitó a un paseo. Luis Carlos y Beatriz no entendían completamente cómo alguien con una enfermedad terminal los invitaba a salir y a disfrutar el día: “El amor es hoy”, les respondió él.

Unos días después del viaje, el pronóstico de los doctores fue real. A partir de entonces, Luis Carlos y Beatriz empezaron un proceso de duelo y al mismo tiempo continuaron un camino espiritual del que su hijo hacía parte desde que tenía alrededor de 12 años, en 1988. Con el deseo potente de ayudar a otros, empezaron a acompañar a familias que al igual que ellos perdieron seres cercanos. También siguieron un camino en el que comparten su conocimiento: realizan talleres y diplomados donde enseñan a las personas a conocerse, a ser mejores y a ayudar a otros para que superen miedos o traumas. Su sede está en Medellín y también viajan por las ciudades de Colombia para llevar hasta ellas su mensaje.

En medio de todo, aclaran: “No estamos en pro ni en contra de ninguna religión ni pretendemos convencerlos de verdad alguna. Tampoco pertenecemos a ningún movimiento o secta o buscamos adeptos. Solo nos guía la filosofía del amor”.

En un libro que reúne las enseñanzas de un maestro inicial, precisamente cuentan en qué consiste: aceptación, tolerancia y paciencia, humildad, no juzgar, perdón, dar sin esperar recibir, amar la naturaleza, conservar y cuidar la materia, usar correctamente las palabras, bondad y entrega, no manipular ni dejarse manipular, honradez, honestidad, justicia, buen uso del poder y el dinero, desapego y respetar las creencias de los demás.

Después de mucho trabajo y estudio, este ingeniero civil y esta administradora de empresas entendieron que gran parte de las enseñanzas principales de la vida suceden junto a otros y que muchas veces no hemos sido preparados para estar con ellos.

Esto último puede comprobarse al revisar muchos de los currículos de escuelas, colegios privados o universidades: el énfasis está en la acumulación de saber intelectual. Algunos invierten gran parte del tiempo en enumerar los premios recibidos, el lugar en el escalafón o el puntaje en las pruebas Saber. Otros hacen énfasis en el rigor, en la necesidad de enfocarse en ciertos saberes, protocolos o el buen uso de ciertas normas científicas o gramaticales. En el caso de los gobernantes, existen aquellos que miden su éxito o presencia por las obras construidas, la tecnología adquirida o las transferencias realizadas. ¿Y a quién le interesa la educación emocional? ¿Quién enseña a querer a otros, a protegerse o a encontrar un poco de luz ajena incluso dentro de la aparente oscuridad absoluta?

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Gabriel(23948)08 de julio de 2021 - 08:03 p. m.
Ojalá el doctor Luis Carlos y su señora Beatriz enfocaran todo su potencial en la familia Uribe Moreno, si sale victorioso, lo dudo, ganaría la sufrida Colombia.
Felipe(94028)08 de julio de 2021 - 03:22 p. m.
El ser humano puede tener pensamientos y actos buenos, por ejemplo, la piedad. De ahí a concluir que existen espíritus y espiritualidad hay un mundo. La carga de la prueba corresponde al que emite el enunciado, si yo afirmo que existe Dios o un espíritu, debo demostrarlo. Si digo que hay planetas azules piramidales, debo demostrarlo. No valen testimonios ni pretendidos milagros.
  • Libardo(10892)09 de julio de 2021 - 02:16 a. m.
    Si yo creo que usted, Felipe, es un gran ser humano, la carga de la prueba recae estrictamente sobre usted. Es fácil jugar con las palabras, otra cosa son los aprendizajes significativos.
Felipe(94028)08 de julio de 2021 - 03:17 p. m.
Digno de librito de autoayuda de supermercado: Paz y amor. La clave del artículo está en la frase casi subliminal, "un libro que reúne las enseñanzas de un maestro inicial". Dios bendiga este negocio que hace que la gente vote a quien digan Uribe y los pastores cristianos. El primer error es hablar de espiritualidad cuando nadie puede demostrar que exista algún espíritu.
Carlos(3643)08 de julio de 2021 - 02:48 p. m.
Adriana, bello y empoderador mensaje!! Yo tuve la experiencia de perder un hijo a los 8 años, a causa de una leucemia linfoide grado 3. Sin embargo mi testimonio está basado en el amor a él, sólo alegria y regocijo produce su recuerdo y aquí mi mensaje a tus lectores: perdimos el amor el día que elegimos darle prioridad al hacer sobre el ser!! Capitalismo salvaje, la divinidad actual!!! CASJ
Hernando(84817)08 de julio de 2021 - 02:24 p. m.
Adriana excelente su columna con un mensaje idealista propuesto por otros personajes de la historia como Buda, Jesus y algunos mas que han valorado la grandeza de lo humano desde el amor. Pero en los tiempos actuales de competencia despiadada, la educación esta centrada en el hacer mas que en el sentir porque se considera la única forma de triunfar en un mundo que no tiene compasión por los debile
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