“Colombia: Antioquia te lo prestará” o “Colombia necesita un visionario: Luis Pérez”, se lee en dos vallas que aparecen en Medellín. Después de unos meses de silencio, el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez anuncia su regreso a la política. ¿Queremos más de lo mismo?
A Luis Pérez hay que reconocerle el impulso que dio en Antioquia a iniciativas como el túnel de Oriente (que une el Valle de Aburrá con el Valle de San Nicolás) o el túnel Guillermo Gaviria Echeverri que permitirá llegar desde la capital de Antioquia a Urabá en un plazo aproximado de cuatro horas y media. A esto se suman iniciativas como el Banco de las Oportunidades o la construcción de obras como el Metrocable, la doble calzada o la creación de la Secretaría de Cultura.
Dentro de su trayectoria como alcalde están algunas acciones ejecutadas por su equipo de confianza en Empresas Públicas de Medellín: la compra de una vajilla de oro que a finales del 2003 costó aproximadamente $100 millones, en una ciudad de pobreza evidente.
Bajo su mandato también se realizó la Operación Orión liderada por el general Mario Montoya en la que el ejército ocupó la comuna 13 con el argumento de desalojar a presuntos paramilitares, milicianos y guerrilleros.
El operativo, que dejó muertos, masacrados y desaparecidos, se convirtió en uno de los sucesos más oscuros de la historia reciente de Medellín; una foto de Jesús Abad Colorado lo recuerda bien.
Luis Pérez también es reconocido por su baja tolerancia al debate y a las preguntas de varios periodistas. Se conoce su negativa a conceder entrevistas a quienes lo cuestionan con argumentos. En el pasado interpuso una tutela contra este diario y el periodista y abogado Pascual Gaviria por un escrito suyo. Héctor Abad Faciolince, escritor, también tuvo que responder ante la justicia por opiniones escritas sobre él. Al investigar sobre Luis Pérez en distintos sectores de Antioquia se habla de sus obras y proyectos, y al mismo tiempo algunos repiten palabras como corrupción, dudas, miedo o escándalo. ¿Qué más hay detrás de sus obras?
No se trata de buscar pureza absoluta a la hora de revisar la trayectoria de un gobernante, porque como seres humanos somos imperfectos y nos equivocamos. Sí se trata de mirar la coherencia entre lo prometido y lo cumplido, el interés genuino por los menos favorecidos, un carácter que además de cumplir la norma sea también moral y ligado a los principios y valores humanos.
Al leer las vallas nuevas de Luis Pérez —donde se declara un visionario y habla de esa “grandeza” que lo ha llevado a pensar en contratos millonarios, acercarse a personas con historias turbias o liderar la construcción de obras que generan cuestionamientos (como un autódromo cerca al municipio de Bello)—, surge la pregunta: ¿queremos el regreso de esa “grandeza” que realmente nunca se ha ido?
¿Realmente necesitamos ahora esos proyectos (como el Valle del Software) en una ciudad donde muchos no tienen tres comidas al día y donde cientos de niños han estado varios meses sin compañía por el retraso en programas como Buen Comienzo? Se aproximan las elecciones y está en nosotros cambiar el destino.
