Hace 40 años, luego de la erupción del volcán nevado del Ruiz, La Patria, el diario de Manizales, se empezó a llenar de fotos de desaparecidos en la noche del 13 de noviembre de 1985. Personas de Chinchiná y de veredas de Villamaría y Neira, así como viajeros en la vía Manizales-Pereira.
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“Gonzalo León Giraldo salió de Pereira el miércoles a las 9:00 p.m. con destino a Manizales en una tractomula de propiedad de Cementos Caldas pero no llegó a su casa. La última noticia que se tuvo de él fue que pasó por Chinchiná a las 10:30 p.m., lo que hace suponer que fue una de las víctimas de la tragedia. Por esto sus familiares piden información al respecto”.
“La señora Lyda Inés Londoño de Valencia y sus pequeños hijos Paula Andrea y Daniel Mauricio viajaron el pasado miércoles en vía de paseo a la ciudad de Santa Rosa de Cabal y desde entonces sus familiares no han sabido nada de ellos. Se teme que hayan quedado atrapados en el trayecto de la carretera de Cenicafé a Chinchiná, destruida por la borrasca producida por la explosión del Ruiz. Se pide cualquier información sobre el paradero de esta familia”.
La erupción del Ruiz provocó lahares que bajaron por los ríos que nacen en el nevado. El Gualí, el Lagunilla y el Azufrado descienden hacia el Tolima (el Lagunilla destruyó Armero), mientras que el Molinos, así como las quebradas La Poa y Nereidas, desembocan en Río Claro que entrega sus aguas al Río Chinchiná. Por ahí rodó la mayor tragedia que ha vivido Caldas en toda su historia, y de la que casi nadie habla, arrasada por el apocalipsis de Armero.
El lugar común reza que en la “Tragedia de Armero” murieron 25.000 personas: 22.000 en Armero y el resto en Caldas. Significa que esa noche hubo 3.000 muertos entre las veredas Primavera, El Destierro y Río Claro, de Villamaría; los barrios El Río, Mitre, La Isla y las urbanizaciones La Nevera y Almacafé, de Chinchiná, y la vereda Tapias, de Neira. La Gobernación de Caldas habla de 5.000 víctimas, mientras que el Servicio Geológico Colombiano dice que fueron 1.500, según la base de datos de Desinventar. No existe un listado oficial y en su momento fue imposible armarlo porque la región estaba en plena cosecha cafetera y cada octubre llegan recolectores de todo el país. Población flotante sin arraigo ni registro.
Sin cuerpos no hay sepelios. Desaparecieron para sus familias y para el relato oficial sobre esta tragedia, pese a que ni siquiera el terremoto del 25 de enero de 1999 causó tantos muertos en el Eje Cafetero.
El río Chinchiná desemboca en el Cauca. Esta semana leí que tan solo en Bolombolo, Antioquia, contaron por esos días 54 cuerpos que bajaban por el río. Muchos otros flotaron entre Irra y La Pintada y algunos llegaron hasta Santafé de Antioquia y más abajo. También leí que MinCulturas avanza en la declaratoria de las ruinas de Armero como bien de interés cultural y que editó el libro Armero, volver al mapa, con el objetivo de hacer memoria. Leí el libro. Es hermoso y conmovedor, pero se trata de una memoria desmemoriada: en más de 100 páginas no cupo ni una sola línea para recordar a los desaparecidos del otro lado de la cordillera.